Robert Redford batalló por sobresalir en una industria que parecía renuente a reconocer su talento actoral. La situación se complicó aún más porque los mensajes sociopolíticos incluidos en algunas de sus películas más importantes parecían perderse ante la aparente simpleza de sus tramas o el carisma de sus personajes. Tampoco obtuvo los reconocimientos que muchos podrían pensar, pues en sus casi 60 años de carrera sólo fue merecedor de una nominación histriónica al Premio de la Academia . Y aun así logró convertirse en una de las mayores leyendas en toda la historia del cine.
A continuación las diez mejores películas de Robert Redford.
Downhill Racer (Dir. Michael Ritchie, 1969)
Las películas deportivas suelen mostrar los esfuerzos realizados por competidores con poca o ninguna oportunidad para sobresalir, mientras que Downhill Racer desafió estos clichés al introducirnos con un habilidoso esquiador cuya incorporación al equipo norteamericano podría ser determinante para alcanzar el podio, pero su arrogancia podría resquebrajar el equipo desde su interior. Estos dilemas no están peleados con las emociones, pues también incluye memorables secuencias de esquí que la convierten en una cinta deportiva tan redonda como diferente. Aunque le valió el BAFTA a su protagonista –un reconocimiento conjunto por Sundance Kid y El valle del fugitivo–, el filme ha perdido peso con el paso del tiempo y hay quienes creen que su destino habría sido distinto si Roman Polanski, contemplado inicialmente para la dirección, no lo hubiera abandonado en beneficio de El bebé de Rosemary (1968).
Un caballero y su revolver (Dir. David Lowery, 2018)
Algunos de los papeles más celebrados en la obra de Robert Redford implicaban carismáticos delincuentes, por lo que resulta lógico y casi poético que el actor eligiera a Forrest Tucker para despedirse de la interpretación, un veterano ladrón de bancos cuyo método no consiste en la violencia, sino en aprovechar su encanto y elegancia para solicitar amablemente el dinero a los cajeros. Como ya era una costumbre, su labor fue motivo de alabanza, pues resultó clave para transmitir una doble sensación de nostalgia por el histrión y su personaje: dos leyendas en sus respectivas ramas que se ven forzadas a dejar sus pasiones cuando en el fondo todavía tienen mucho por dar, una labor que le valió una nominación a Mejor actor en los Golden Globes, que terminaría convirtiéndose en el último gran reconocimiento de su carrera.
El candidato (Dir. Michael Ritchie, 1972)
Hoy figura entre las grandes leyendas del cine, pero Robert Redford batalló para ser tomado en serio durante sus primeros años, pues había quienes sólo atribuían su éxito a su apariencia física. Quizá por ello resulta irónico que el actor se arrancara estas etiquetas con El candidato, una sátira sobre un joven político cuyo atractivo y carisma le llevan a ser elegido para competir en las elecciones contra un rival mucho mejor preparado en una campaña plagada de absurdos que coincidió con los vistos durante el periodo de reelección de Richard Nixon. Su Oscar a Mejor guion demuestra por qué es considerada una de las mejores comedias políticas de todos los tiempos y así como su importancia en la consolidación de Robert Redford tras su exitoso trabajo en Butch Cassidy (1969).
La ley del talión (Dir. Sydney Pollack, 1972)
Robert Redford tuvo una carrera tan polifacética que resulta fácil olvidar que es uno de los grandes exponentes del western crepuscular, no sólo por Butch Cassidy (1969), sino también por La ley del talión que marcó su segunda de siete colaboraciones con Sidney Pollack. El actor interpreta a un veterano de la guerra contra México que busca la paz en las montañas norteamericanas, pero es incapaz de alcanzarla porque un grupo nativo intenta castigarle al relacionarle con un ataque que no cometió. La simbología del hombre condenado a pagar con sangre por sus crímenes del pasado, de la unión americana condenada a la violencia por las sangrientas bases que sostienen su historia y del renacimiento del hombre blanco a partir de su unión con la naturaleza no fue acreedora a grandes galardones, pero sigue siendo motivo de alabanza entre los amantes del género, algunos de los cuales la consideran fuente de inspiración para El renacido (2015) de Alejandro González Iñárritu.
Three Days of the Condor (Dir. Sidney Pollack, 1975)
Las tensiones provocadas por los asesinatos de John F. Kennedy, Martin Luther King Jr., los últimos años de Vietnam y los escándalos de Watergate generaron un clima de incertidumbre que fue bien aprovechado por una joven generación de cineastas, lo que resultó en una auténtica era dorada para el thriller. Estas sensaciones de incertidumbre fueron perfectamente rescatadas por Sidney Pollack y Robert Redford en Three Days of the Condor, sobre un analista de la CIA que se dedica a la búsqueda de mensajes codificados en los medios, un auténtico ratón de biblioteca que deberá entrar en el campo cuando se vuelve blanco de una conspiración que busca terminar con su vida. Un filme que combina la paranoia de la época con auténticos elementos hitchcockianos, lo que invariablemente resulta en uno de los mejores exponentes en toda la historia del género.
Nuestros años felices (Dir. Sidney Pollack, 1973)
Uno de los mejores dramas románticos según el American Film Institute, gracias a que Sidney Pollack no se conformó con explorar las diferencias suscitadas al interior de una pareja, sino que las relacionó con el complejo escenario de la posguerra, lo que resultó en una dura crítica política y social. Esta labor no habría sido posible sin su talentosa dupla estelar integrada por Barbra Streisand y Robert Redford: ella es una eterna pacifista que muestra gran preocupación por las crecientes tensiones que aquejan a su país; él es un escritor cuyo continuo desencanto y desinterés le impide sacar el máximo provecho de sus cualidades. En otras palabras, las dos caras de una América decadente y fragmentada por sus propias diferencias. También es recordada por su música, destacando que su tema The Way We Were fue galardonado con el Oscar a Mejor canción.
Todo está perdido (JC Chandor, 2013)
Cinta de supervivencia sobre un veterano marinero cuyo barco sufre un accidente irreparable en medio del mar. Una premisa relativamente sencilla, pero aprovechada al máximo por Robert Redford, quien carga con todo el peso de la trama sobre sus hombros al ser el único actor en pantalla y con el reto adicional de tener que transmitir sus emociones con un mínimo de diálogo. Su interpretación sonó con fuerza rumbo a la temporada de premios, pero al final tuvo un modesto paso al competir en pocos certámenes entre los que no figuró el Oscar. Esto no evitó que el público y la crítica la consideraran uno de los mejores trabajos en su carrera.
El golpe (Dir. George Roy Hill, 1973)
George Roy Hill, Paul Newman y Robert Redford cosecharon toda clase de reconocimientos con Butch Cassidy (1969) y no pasó mucho tiempo para que la tercia se reencontrara con El golpe, cinta criminal con elementos de buddy comedy que nos introduce con un par de habilidosos ladrones y su elaborado plan para estafar a un peligroso líder criminal durante la Gran Depresión. La cinta consolidó a una de las grades duplas cinematográficas de todos los tiempos, cuyo talento y carisma combinado fue clave para que compitiera por diez Premios de la Academia, incluyendo Mejor actor para Robert Redford en la que sería la primera y única nominación de toda su carrera. No ganó, pero le consolidó entre los mejores actores de su generación y hoy es un título clave para comprender cómo fue que se convirtió en una auténtica leyenda del cine.
Todos los hombres del presidente (Dir. Alan J. Pakula, 1976)
Muchas películas han mostrado la importancia del periodismo para contrarrestar el poder de las máximas instituciones, pero ninguna con tanta destreza como Todos los hombres del presidente. Robert Redford y Dustin Hoffman interpretan con enorme destreza a Bob Woodward y Carl Bernstein, la joven dupla cuyo compromiso con la verdad les permitió develar los detalles relacionados con el escándalo de Watergate y que curiosamente estaba renuente a ver su historia adaptada al cine. Nominada al Oscar a Mejor película y galardonada con la estatuilla a Mejor guion adaptado, pero su mayor reconocimiento es ser considerada la cinta periodística definitiva, no sólo por la relevancia de su trama, sino por su oportuno estreno ocurrido sólo dos años después de la renuncia presidencial de Richard Nixon.
Butch Cassidy (Dir. George Roy Hill, 1969)
Película clave del western norteamericano, con George Roy Hill aprovechando los talentos de Paul Newman y Robert Redford para explorar las figuras míticas de Butch Cassidy y Sundance Kid, asaltantes de trenes que operan bajo la única regla de no matar a nadie, lo que no evita una feroz búsqueda de las autoridades que buscan sellar la muerte del salvaje oeste y la victoria del mundo civilizado. A pesar de su simbología, también es vista como una película ideal para quienes no están familiarizados con el género e incluso para quienes no lo disfrutan, pues el carisma conjunto de su dupla estelar le ha convertido en el buddy film por excelencia, quienes años más tarde se reencontrarían en la igualmente popular El golpe (1973). Fue nominada a siete Premios de la Academia, pero extrañamente ninguna de éstas fue para sus protagonistas. Poco importó, pues Paul Newman ya tenía su leyenda bien forjada por ese entonces, mientras que Robert Redford inició la suya en este mismo año.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.