El dilema
Aunque plagada de buenas intenciones, en su comedia –y/o melodrama– en la cinta no abundan rastros de esa lucidez de Ron Howard.
No hay duda de que Ron Howard ha tenido momentos donde rasguña la genialidad. Baste con mencionar películas como Una mente brillante o Frost/Nixon: la entrevista del escándalo para comprobarlo. Pocos como él son capaces de abordar argumentos tan solemnes dándose el lujo de mantener al espectador en ese permanente estado de tensión que patentó desde su palomera –pero impecable– Apollo 13.
Aunque plagada de buenas intenciones, en su comedia –y/o melodrama– El dilema, no abundan rastros de esa lucidez. En ella, el hiperactivo Vince Vaughn interpreta a Ronny Valentine, un empresario cuya estabilidad emocional empieza a cojear luego de sorprender a la esposa (Winona Ryder) de su socio y mejor amigo (Kevin James) en brazos de otro hombre (Channing Tatum). Las complicaciones en la trama, y con ellas los esperados gags, surgen a partir de la dubitativa actuación a la que Valentine obedece a partir del incidente: ¿cómo y cuándo debo decírselo a mi amigo? ¿Sería mejor callar y esperar a que ella se lo diga? Es notorio el esfuerzo que la cinta hace porque nos identifiquemos con un tema universal y de perenne actualidad, pero queda la sensación de que pudo haber llegado a más. Eso aunque terminásemos cambiando divertimento por incomodidad.
–Carlos Jesús González