Recomendación anime: ¿Por qué deberías ver Ghost in the Shell?
En 1995, Mamoru Oshii nos otorgó una de las obras más influyentes en la historia del anime y la ciencia ficción moderna.
La presente cápsula sobre Ghost in the Shell (1995) conmemora el 25 aniversario del estreno de la película de Mamoru Oshii en Japón.
¿Quién soy yo?, ¿qué me hace humano?, ¿cómo podemos definir el alma o la conciencia? Estos cuestionamientos filosóficos sobre identidad han ocupado las mentes de los más destacados pensadores a través de la historia y dicha conversación parece aún más pertinente que nunca en el siglo XXI, donde los avances tecnológicos conducen lentamente a la humanidad a una nueva encrucijada existencial, entre el deseo de mejorarnos para trascender las limitaciones de la vida orgánica, y el temor de perder todo aquello que nos hace sentirnos nosotros mismos.
En 1995, el aclamado director Mamoru Oshii convirtió su adaptación de Ghost in the Shell, obra del célebre mangaka Masamune Shirow de 1989, en uno de los filmes más influyentes dentro de la ciencia ficción contemporánea, anticipándonos un futuro cercano donde la integración hombre-máquina y la inteligencia artificial son una realidad, y los humanos modificados puede permanecer interconectados directamente por medio de una red electrónica que permea casi todos los aspectos de la vida, con todos los beneficios y los riesgos que todos estos avances tecnológicos implican.
En el centro de la historia se encuentra la Mayor Motoko Kusanagi, quien logró transferir exitosamente su conciencia, su “ghost”, dentro de un cuerpo completamente cibernético, pero lidia con el conflicto de no sentirse más como un ser humano y comienza a cuestionarse su propia existencia. Ella comanda a las fuerzas de la Sección 9 de Seguridad Pública, un departamento de inteligencia dependiente del Ministerio del Interior de Japón, que se especializa en operativos contra el ciberterrorismo. Su nueva misión es detener a un misterioso hacker conocido como “Puppet Master”, quien ha manipulado los recuerdos de incontables cíborgs para cometer toda clase de atrocidades sin dejar rastros. A medida que la Mayor comienza a involucrarse en este caso, ella descubre que “Puppet Master” es el único que puede confrontar y brindarle claridad a las complejas interrogantes que le han atormentado.
Siguiendo con la aproximación que ya había desplegado en franquicias cinematográficas como Urusei Yatsura [2: Beautiful Dreamer] y Patlabor [2: The Movie], Mamoru Oshii decide apartarse deliberadamente de los elementos más comerciales y superfluos del material de origen, reduciendo drásticamente la acción, el tono cómico y el contenido erótico de Ghost in the Shell; en favor de una atmósfera sombría, potenciada por la icónica banda sonora de Kenji Kawai, para hacer énfasis en temas filosóficos, a partir de metáforas visuales, iconografía tomada del arte y la religión, además de alusiones directas al dualismo cartesiano, el materialismo reductivo, la paradoja de Teseo y el dogma del fantasma en la máquina del filósofo británico Gilbert Ryle, que motivaría el libro The Ghost in the Machine, de Arthur Koestler, y a su vez, éste sería la fuente de inspiración para el título del manga de Masamune Shirow.
Aunque el largometraje del también director de Angel’s Egg (1985) fue un fracaso comercial en cines, Ghost in the Shell tuvo un éxito rotundo en el mercado de video y su estatus de culto no paso invertido en occidente, al ser la primera película de animación japonesa en alcanzar el primer puesto en la lista de ventas de video de la revista Billboard y, con ello, formar parte de un grupo selecto de producciones de los 80 y 90 que avivarían el interés por el anime en el mundo entero.
Entre sus más fervientes admiradores dentro de la industria fílmica se encuentran, desde luego, las hermanas Wachowski, quienes tomaron prestados numerosos elementos visuales y narrativos de Ghost in the Shell para la creación de The Matrix (1999); además de James Cameron, quien la describiría como “una impresionante obra de ficción especulativa y la primera animación hecha verdaderamente para adultos en alcanzar un nivel de excelencia visual y literaria”.
El impacto de la obra maestra de Mamoru Oshii marcaría el inicio de una franquicia que, a lo largo de las décadas posteriores, a través de múltiples iteraciones en series y películas, incluyendo la estilizada versión hollywoodense protagonizada por Scarlett Johanson en 2017, continúa explorando nuevas tesis sobre las mismas fascinantes preguntas que exploró por primera vez a mediados de los años 90. Evolucionado al igual que la Mayor Motoko Kusanagi, junto con el medio que ayudó a impulsar y redefinir.
Ghost in the Shell está disponible en streaming a través de Netflix y Prime Video. La película puede ser adquirida en Blu-ray/DVD en Amazon.
