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Cine

Raya y el último dragón – Crítica de la película

10-03-2021, 6:42:20 PM Por:
Raya y el último dragón – Crítica de la película

El nuevo filme animado de Disney encuentra su propio camino a pesar de las evidentes referencias a otros títulos.

Cine PREMIERE: 3.5
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Desde algunos años antes de la pandemia, los grandes estudios han incorporado en sus narrativas fílmicas interesantes historias ubicadas en China, con personajes regionales. Además de la diversidad temática, el enfoque también apuntaba hacia el inmenso mercado que representa. La película de Disney Plus, Raya y el último dragón, no es la excepción.

A pesar de generar entrañables relatos, que van desde el entendimiento del ser humano y la naturaleza en Un amigo abominable (2019) de Dreamworks, o la reconciliación con el sentimiento de pérdida y el duelo en Más allá de la Luna (2020) de Netflix, e incluso el remake live action de Mulán (2020) del propio Disney, la recepción en taquilla o ingresos en ese país no ha sido la esperada.

La película Raya y el último dragón podría representar un esfuerzo más en la perenne conquista del mercado asiático. La tierra fantástica de Kumandra que se nos presenta aquí no está inspirada en China, sino en las distintas culturas del sureste asiático. Entre los países que visitaron los animadores digitales, estuvieron Indonesia, Vietnam, Tailandia, Singapur y Malasia. Y vaya que visualmente esto se refleja en pantalla, con una variedad de entornos naturales y arquitectónicos, así como de vestuario.

Raya es una joven que emprende la búsqueda de una pieza ancestral, así como la de una criatura mitológica, para intentar unir a las tribus o grupos que conforman su tierra. Esto, mientras unos malignos entes de oscuridad diezman a la población, convirtiéndolos en piedra. En ese sentido, el filme aborda un tema de brutal vigencia global: la polarización de la sociedad. Y el mensaje, tan evidente como oportuno, de la empatía y la unidad.

Raya se une al grupo de heroínas protagónicas de los largometrajes animados de Disney y Pixar, en filmes como Pocahontas, Valiente, Moana, Frozen o Mulán. Por cierto que para quienes extrañaron al pequeño dragón Mushu en el live action de Mulán, algún consuelo encontrarán con el personaje de Sisu, en la divertida y fresca interpretación vocal de Awkwafina. Aunque resulta difícil dejar de pensar que el colorido y diseño de Sisu y el resto de los dragones de la película Raya y el último dragón nos recuerda la estética de la franquicia de My Little Pony.

Es ineludible identificar algunos de los numerosos guiños que Raya hace a películas de los géneros de aventura, ciencia ficción y fantasía. Ahí está nuestra protagonista como Indiana Jones explorando cavernas y trampas ocultas al estilo de Los cazadores del arca perdida (1981). Su singular medio de transporte (¡un armadillo!), deslizándose en espacios desérticos y rocosos, nos recuerdan al joven Anakin Skywalker y su podracer en Tatooine (Star Wars Episodio I: La amenaza fantasma, 1999). El peculiar y diverso grupo que va conformando a lo largo de su recorrido pareciera un eco de aquella comunidad del anillo (El señor de los anillos, 2001).

Con todo y esto, el nuevo filme animado encuentra su propio camino. A través del trayecto físico, tan vistoso como peligroso, Raya y su variado grupo destacan cuán invaluable resulta la reconciliación.

autor Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.
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