Los distintos proyectos vistos en cine y televisión son un reflejo de su época. Sin embargo, cada vez son más los títulos que se ven envueltos en la polémica al ser juzgados desde perspectivas contemporáneas, lo que ha sumido a las artes creativas en uno de los momentos más desafiantes de los últimos tiempos. A continuación algunos de los proyectos que han suscitado debates de lo políticamente correcto en el siglo XXI.
Canción del sur (Dir. Harve Foster & Wilfred Jackson, 1946)
Walt Disney siempre soñó con adaptar la colección de historias del Tío Remus recopiladas por Joel Chandler Harris, ignorante de que su esfuerzo terminaría convirtiéndose en la obra más polémica del estudio. Los impresos exploran la ideología afroamericana en las plantaciones sureñas tras la Guerra de Secesión, pero los deseos por respetar la esencia del personaje fueron duramente criticados desde el estreno del filme por ser considerados una exaltación del racismo y los estereotipos, lo que resultó en numerosas protestas entre 1946 y 1947. A más de 70 años de distancia, Canción del sur ha sido prácticamente borrada del mapa al ser la única película del ratón que nunca ha sido estrenada en ningún formato casero. Se pensaba que esto cambiaría con la llegada de Disney+, pero el sistema de streaming ha sido todavía más precavido de lo que se pensaba. El mayor legado contemporáneo de Canción del sur es Splash Mountain ubicada en los parques del ratón, pero esto podría cambiar ante las nuevas presiones para que el estudio modifique las bases temáticas de la atracción.
Franquicia X-Men
Los mutantes integran uno de los equipos más populares del cómic norteamericano, pero también uno de los más inclusivos por la temprana integración de un equipo multicultural que contó con nativos americanos, africanos y soviéticos, así como por su mensaje simbólico de unidad y aceptación. Esto no es suficiente para el mundo contemporáneo, pues WeGotThisCovered asegura que la franquicia cinematográfica a cargo de Marvel Studios podría cambiar el nombre del grupo para aclarar que la alianza incluye personajes masculinos y femeninos. Las adaptaciones a cargo de Fox ya habían bromeado con esta posibilidad cuando Deadpool emplea el nombre de X-Force para evitar el machismo de su recién formada agrupación y cuando una enfurecida Mystique sugiere a Charles Xavier que los hijos del átomo sean rebautizados como X-Women porque “las mujeres siempre están salvando a los hombres por aquí”. En caso de concretarse, no descartemos que la medida pueda extenderse al popular impreso.
Little Britain (Matt Lucas & David Walliams, 2003)
El blackface, que consiste en maquillar actores caucásicos para interpretar personajes de color, fue una práctica recurrente en los orígenes de la industria norteamericana ante las limitantes laborales impuestas a los afroamericanos, pero con el tiempo se tornó ofensiva al considerarse un símbolo del racismo de antaño. Esto no evitó que Little Britain la utilizara para algunos de sus irreverentes sketches donde capturaba las vivencias del Reino Unido a partir de personajes estereotípicos. El show estaba disponible en la plataforma iPlayer de la BBC, pero la cadena optó por retirarla luego de que un portavoz explicara a The Telegraph que “los tiempos han cambiado desde que se transmitió por primera vez”, mientras que el cocreador David Walliams recurrió a su Twitter para asegurar que “Matt [Lucas] y yo hemos explicado en los últimos años que nos arrepentimos de haber interpretado personajes de otras etnias. De nueva cuenta aclaramos que estuvo mal y estamos muy arrepentidos”. El show podría encontrar la redención en un rumorado revival que sería realizado por Netflix, aunque faltaría ver los aficionados aceptan los cambios que garanticen un proyecto menos controvertido para el mundo contemporáneo.
Franquicia James Bond
La búsqueda de un nuevo James Bond siempre ha generado especulaciones y el próximo sucesor de Daniel Craig no ha sido la excepción. Los rumores más sonados hablan de actores como Tom Hiddleston, Richard Madden, Henry Cavill e Idris Elba, quien ha sonado con fuerza por su popularidad, pero también por la necesidad de construir una franquicia más inclusiva. Esto último ha provocado que algunos apunten todavía más lejos y consideren la posibilidad de que 007 pase a un agente femenino por primera vez en su historia bajo el nombre de Jane Bond. La idea generó opiniones divididas en público y crítica, el veterano Pierce Brosnan apoyó la propuesta, mientras que actrices como Gillian Anderson, Emilia Clarke y Priyanka Chopra levantaron la mano entre bromas. La posibilidad empezaba a sonar cada vez más seria, hasta que algunas de las mujeres más cercanas a la franquicia levantaron la voz. Tal fue el caso de Halle Berry, quien consideró que “esa serie está llena de historia, no creo que puedas cambiar a Bond por una mujer”; Eva Green considera que “las mujeres pueden interpretar distintos personajes y estar en películas de acción y superhéroes, pero James Bond siempre debe ser un hombre. Hay historia en el personaje que debe continuar”; la ganadora del Oscar y esposa de Daniel Craig zanjó el debate al preguntarse “¿por qué no crear una historia propia en vez de apoyarse en los hombros y ser comparada con los predecesores masculinos?”. Craig coincidió con esta idea al confesar que “tampoco veo la necesidad de poner a una mujer en el papel de Bond. Es una respuesta equivocada a ese debate. Lo que se necesita, en general, es escribir grandes papeles para mujeres” mientras que la productora Barbara Broccoli cerró las puertas al decir que "no estoy particularmente interesada en tomar a un personaje masculino y que una mujer lo interprete. Creo que las mujeres son mucho más interesantes que eso. Creo que deberíamos crear nuevos personajes para mujeres: personajes femeninos fuertes”. Aun así, hay quienes siguen soñando con la posibilidad e incluso piensan que una buena respuesta al agente encarnado por Lashana Lynch podría detonar la transición.
Looney Tunes (2019)
El viejo Bugs Bunny decía que “no te tomes la vida tan en serio”, pero parece que los nuevos Looney Tunes creados para HBO Max piensan distinto. Esto, luego de que el productor Peter Browngardt revelara a The New York Times que las actualizaciones de Elmer Gruñón y Sam Bigotes no portarán sus icónicas armas. No hubo ninguna explicación al respecto, e incluso se aclaró que los cortos sí tendrán violencia caricaturizada marca ACME, pero se piensa que la decisión surge ante el alto número de tiroteos en la unión americana. La decisión ha generado opiniones encontradas: hay quienes piensan que es una buena medida ante la violencia que vive el país de las barras y las estrellas, otros lo consideran un atentado contra la esencia de personajes clásicos y aseguran que responsabilizar a los dibujos animados por la brutalidad contemporánea es absurdo.
Disney+
El estreno de Disney+ generó altas expectativas entre los amantes del estudio, pero su llegada se vio envuelta por la polémica cuando las audiencias descubrieron que había alterado varios de sus contenidos para garantizar un sistema más familiar y libre de cualquier tipo de polémica. Algunas alteraciones parecían justificadas –la escena de Stitch en la lavadora fue suprimida por miedo a que los niños se lastimaran en los electrodomésticos–, otras comprensibles – las escenas con la presunta mujer desnuda de Bernardo y Bianca, la rumorada erección en La sirenita (1989) y las extrañas letras SFX/SEX de El rey león fueron eliminadas tras años generando debates–, pero otras resultaron sencillamente incomprensibles. Tal fue el caso de Splash (1984), que alargó digitalmente el cabello de Daryl Hannah para ocultar sus glúteos cuando su personaje emerge a la superficie. La decisión ha sido duramente criticada, pero fue clave para que la clasificación del filme pasara del PG-13 al PG.
Tom & Jerry (William Hanna & Joseph Barbera, 1940)
Tom & Jerry es una de las duplas animadas más famosas de todos los tiempos, pero también una de las más controvertidas. Primero por el racismo plasmado en el personaje de Mammy Two Shoes, cuya voz original ha sido modificada en algunos episodios para darle un acento afroamericano menos estereotípico, lo que no ha impedido la censura de algunos episodios en televisión, así como las leyendas iniciales donde se advierte que los cortos presentados son un producto de otro tiempo. No es el único show animado que enfrenta estos dilemas, ya que Disney enlató algunos cortos propagandísticos de la II Guerra Mundial al considerar que podrían tornarse ofensivos, mientras que Warner incluyó advertencias en las animaciones de Speedy Gonzáles. La segunda controversia de Tom & Jerry radica en sus niveles de violencia, lo que los ha llevado a ser etiquetados de tóxicos e impropios para las audiencias infantiles. Diversos estudios aseguran que estos shows no influyen en el comportamiento de los pequeños porque estos son conscientes de la naturaleza fantástica de los personajes, mientras que el VP de series de Warner Bros. Animation, Jay Bastian, declaró a Bleeding Cool que “son como hermanos. Sí, se ponen de los nervios y disfrutan abusar uno del otro, ¿pero no pasa con todos los hermanos? Son los primeros en golpearse, pero también serán los primeros en defenderse cuando surgen problemas”.
Paw Patrol (Keith Chapman, 2013)
El cine y la televisión rindieron incontables homenajes a la policía estadounidense a inicios del siglo XXI, en un modesto agradecimiento a su labor tras los atentados del 9/11. Las sensaciones han cambiado con el tiempo, lo que ha provocado que casi toda exaltación de estos grupos sea mal vista. Tal es el caso de Paw Patrol, serie infantil cuya cuenta de Twitter publicó un mensaje en el que manifestaba su solidaridad con la comunidad afroamericana tras las protestas suscitadas por el asesinato de George Floyd, lo que generó respuestas de odio contra el policiaco Chase. “Eutanasia al perro policía”, “quiten el presupuesto de Paw Patrol”, “¿sabían que Chase apaga su cámara corporal cuando se acerca a negros con gorras que luego aparecen muertos?”, “ha lavado el cerebro de los niños para que piensen que los agentes de la ley son nobles” y “todos los perros van al cielo, menos los traidores a su clase de Paw Patrol”, son sólo algunos de los muchos comentarios contra el show animado. No es la primera vez que Paw Patrol es motivo de debates, pues desde su estreno ha sido acusada por favorecer una visión de autoritarismo con un Chase empoderado por su cargo policiaco, la misoginia por el bajo número de personajes femeninos y la propiedad privada por la falta de un gobierno que regule los equipos de seguridad, lo que hace que los servicios básicos recaigan en manos de particulares. Incluso hay quienes dicen que es un reflejo idealizado de la unión americana concebida por Donald Trump.
Friends (David Crane & Marta Kauffman, 1994)
La popularidad de Friends que le llevó a convertirse en una de las series más populares de todos los tiempos se ha visto desafiada por una serie de acusaciones que incluyen masculinidad tóxica, así como falta de inclusividad y sensibilidad. Al respecto, David Schwimmer declaró a The Guardian que “el problema hoy en día es que se saca todo de contexto. Hay que mirarlo todo desde el punto de vista de lo que estábamos intentando hacer en la serie en su momento. Soy el primero en reconocer que hubo cosas inapropiadas y que se trataron temas con poca sensibilidad; pero también estoy convencido de que mi barómetro por aquel entonces era el correcto”. Por su parte, Lisa Kudrow recordó a The Sunday Times como “la esposa de un sujeto descubre que está embarazada y es gay, ¿y crían al bebé juntos? También teníamos temas de subrogación. Para su tiempo, era progresista”. Finalmente, la creadora Marta Kaufmman admitió ante ATX TV que “desearía haber sabido lo que ahora sé, porque habría tomado decisiones muy diferentes. Siempre hemos alentado la diversidad con las personas en nuestra compañía, pero no hice lo suficiente y ahora sólo pienso en lo que pude haber hecho”.
The Dukes of Hazzard (Gy Waldron, 1979)
Los personajes centrales de The Dukes of Hazzard nunca realizaron comentarios ofensivos –al menos ninguno de gravedad– durante las siete temporadas que le convirtieron en uno de los shows más exitosos de su tiempo. Aun así, el destino de la serie parece sellado por las connotaciones racistas en su elemento más icónico: el General Lee. El que es considerado uno de los automóviles más icónicos de la ficción ha sido señalado porque su techo exhibe la bandera confederada que se convirtió en el mayor símbolo del esclavismo sureño, mientras que el nombre del vehículo alude directamente a uno de los militares más relevantes de este mismo bando. En una unión americana que debate la destrucción de todo emblema que pueda considerarse una exaltación de la lucha confederada, IMDB TV estudia la posibilidad de retirar la serie de su catálogo para evitar cualquier controversia. A diferencia de otros títulos que pueden escudarse en la época que representan, la retirada podría marcar la desaparición casi absoluta de la serie ante la incapacidad por justificar elementos sureños a más de un siglo de la Guerra de Secesión.
Apropos of Nothing (Woody Allen, 2020)
Muchos cineastas han recurrido a las letras para inmortalizar sus memorias, por lo que pocos se sorprendieron cuando Woody Allen reveló que haría lo propio con Apropos of Nothing. Aun así, el anuncio generó altas expectativas por el bien conocido talento del director, escritor y actor, su peculiar sentido del humor y su largo historial de éxitos, pero también por la polémica que ha rodeado su vida personal y que le han convertido en el centro de incontables debates al interior de la industria, destacando las defensas/acusaciones de muchos actores de renombre que han trabajado bajo sus órdenes. Estas mismas controversias provocaron que Grand Central Publishing, parte de Hachette Book Group, cancelara la publicación a un mes de que saliera a la venta tras las protestas de casi un centenar de empleados y las críticas de quienes lo consideraron una falta de sensibilidad a las víctimas de acoso alrededor del mundo. La decisión fue duramente criticada por numerosos medios y creativos alrededor del mundo, al considerarlo un acto de censura orquestado por Ronan Farrow, hijo de Allen y Mia Farrow, y quien aprovechó su posición periodística y sus contratos previos con la Hachette para ejercer presión sobre la editorial. El escándalo resultó benéfico para la publicación, pues sólo pasaron unos días para que Arcade Publishing adquiriera los derechos y convirtiera la tormenta en uno de los mayores éxitos impresos del año.
Saga Harry Potter
La saga mágica de Harry Potter enfrentó numerosos recasts con el paso de los años, siendo el de Lavender Brown el más controvertido por las acusaciones de racismo que inspiró en 2016. La bruja fue interpretada por Kathleen Cauley y Jennifer Smith, ambas de color, en La cámara secreta y El prisionero de Azkaban, destacando que en ambos casos tuvo una presencia mínima, mientras que la producción de El misterio del príncipe se inclinó por Jessie Cave justo para la película en que el personaje tuvo una mayor participación. Los defensores de la decisión decían que la joven actriz hizo un estupendo trabajo, los detractores argumentaban que una chica negra también pudo hacerlo, mientras que la producción guardó silencio. Más curioso es que sólo unos meses antes, el Wizarding World enfrentó el mismo debate a la inversa, cuando grupos de aficionados protestaron que la puesta en escena de Harry Potter y el legado maldito eligiera a Noma Dumezweni, actriz de color, para la versión adulta de Hermione Granger. En su momento, JK Rowling defendió la decisión al asegurar que las novelas nunca describen el color de piel de la hechicera y que la decisión se basó en el hecho que “era la mejor actriz para el trabajo”.
Roman Polanski
La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas sólo ha expulsado a cuatro miembros en toda su historia: Carmine Caridi por violaciones de copyright, así como Harvey Weinstein, Bill Cosby y Roman Polanski por respectivas acusaciones de naturaleza sexual. El caso de este último, ocurrido en mayo de 2018, es el más controvertido de todos, pues mientras las acciones de Weinstein y Cosby fueron reveladas en años recientes, el cineasta admitió haber tenido relaciones sexuales con una niña de 13 años desde 1977, lo que le ha llevado a ser perseguido por las autoridades norteamericanas desde entonces. Esto no evitó que la Academia le concediera tres nominaciones desde entonces, el Oscar a Mejor director por El pianista (2003), que además vino acompañado por una ovación de más de 30 segundos –una de las más longevas en la historia del certamen–, ni que respetara su membresía por más de 40 años. El abrupto desenlace de esta tolerancia demostrada durante tanto tiempo provocó que el cineasta demandara a la entidad alegando faltas en el procedimiento, mientras que esta respondió que la decisión se tomó “de conformidad con las normas de conducta de la organización”. Con estos antecedentes, la prensa no ha cuestionado la expulsión, sino la conveniencia de que ésta suceda justo en este momento. No menos crítica ha sido la esposa y eterna colaboradora del cineasta, Emmanuelle Seigner, quien sólo dos meses después recibiera una invitación para convertirse en miembro de la Academia, la cual rechazó tras alegar una “hipocresía insufrible”, “un curioso caso de amnesia” y “un esfuerzo por calmar el zeitgeist”.
Matar a un ruiseñor (Harper Lee, 1960)
Matar a un ruiseñor es considerada una obra clave dentro de la literatura norteamericana, cuyo legado se extendió brillantemente al cine con la adaptación dirigida por Robert Mulligan y protagonizada por Gregory Peck, cuyo Atticus fue catalogado por el American Film Institute como el mayor héroe cinematográfico de todos los tiempos por la noble defensa judicial que brinda a un afroamericano acusado de un crimen que no cometió. Estos calificativos la han convertido en material de estudio en los programas académicos de Estados Unidos, pero también en continua fuente de debate, pues hay quienes piensan que se trata de una obra inapropiada por sus alusiones al racismo y la violencia sexual, por lo que no debería ser enseñada a los jóvenes. Las autoridades educativas han enfrentado más de diez reclamos parentales en lo que va del siglo XXI, destacando que tres han ocurrido en 2017, 2018 y 2019, con discusiones locales que comenzaron auténticas protestas a nivel nacional que buscaban garantizar el bienestar de las mentes adolescentes. El libro no ha sido prohibido, pero muchas escuelas han optado por hacerlo una lectura opcional. La educación mexicana atravesó un escándalo similar en 2001, cuando una profesora de literatura fue despedida por la inclusión de Aura de Carlos Fuentes en su programa. El escritor confesaría en la Feria del Libro de Guadalajara 2008 que “gracias a esa censura se multiplicaron las ventas del libro”.
Los Simpson (James L. Brooks, Matt Groening & Sam Simon, 1989)
Si Los Simpson se ha convertido en una de las series más populares de todos los tiempos es gracias a su brillante forma de satirizar a la sociedad norteamericana. Quizá por ello, muchos se sorprendieron cuando en 2007 –es decir, más de 15 años después de su estreno–, algunos sectores de la audiencia empezaron a manifestar su preocupación por el racismo implícito de Apu Nahasapeemapetilon tras una campaña publicitaria de 7-Eleven. El debate aumentó cuando Hank Azaria confesó que, durante su contratación, los productores le preguntaron si “¿puedes hacer acento indio y qué tan ofensivo podría ser?”. La verdadera crisis llegó en 2017 con el estreno del documental The Problem with Apu que profundizó en los problemas de que series y películas fomenten los estereotipos y con ello, el racismo. La producción respondió en 2018 con el episodio “No Good Read Goes Unpunished” en el que Marge y Lisa discuten sobre cómo “algo que empezó hace décadas y de modo inofensivo es ahora políticamente incorrecto”, lo que fue aplaudido por muchos y despreciado por otros. Meses después se dijo que Apu sería retirado del show, pero el equipo creativo negó el rumor, mientras que, en los primeros meses del 2020, Hank Azaria renunció al papel, pero sin cerrar las puertas a un posible retorno siempre que “haya un modo de lograr una transición o un cambio”.
Lo que el viento se llevó (Dir. Victor Fleming, 1939)
Hubo un tiempo que Lo que el viento se llevó fue considerada entre las mejores películas de todos los tiempos, pero esto empezó a cambiar cuando las audiencias empezaron a juzgarla bajo una visión contemporánea. Misoginia y racismo fueron dos de las etiquetas más comunes, pero las tensiones se dispararon cuando John Ridley, guionista de 12 años esclavo (2013) publicó una columna en Los Angeles Times donde acusa al clásico de glorificar la esclavitud porque "ignora sus horrores y perpetúa los estereotipos más dolorosos para las personas de color". Sólo un día después, la recién estrenada HBO Max retiró el filme de su catálogo en un esfuerzo desesperado por reducir el malestar, desatando así una nueva ola de inconformidad entre los amantes de la cinta. Al final, la cadena liberó un comunicado para notificar que el filme regresará con una notificación donde se aclara que "Lo que el viento se llevó es un producto de su tiempo y reproduce algunos prejuicios étnicos y raciales que, por desgracia, han sido comunes en la sociedad estadounidense". También se aclara que será presentada de manera íntegra, ya que “lo contrario sería afirmar que esos prejuicios nunca existieron".
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.