El cine de horror se ha caracterizado por las grandes oportunidades que puede brindar con un presupuesto limitado. Sin embargo, cuando malas ideas se combinan con malas actuaciones y con una peor dirección, los resultados pueden ser verdaderamente lamentables. Al final, los sustos se convierten en carcajadas y uno se pregunta si no estará viendo una comedia. Aquí te presentamos algunas de las peores cintas de horror y terror , que te espantarán ¡de lo malas que son!
Robot Monster (Phil Tucker, 1953)
Considerada una de las peores cintas de la historia. El malvado extraterrestre Ro-Man está a punto de culminar su conquista de la Tierra, y para lograrlo, deberá eliminar a los seis humanos restantes que son inmunes a su rayo calcinador –¿a poco se puede ser inmune a un arma?–. Sin embargo, como el monstruoso ser (con cuerpo de simio, casco de buzo y cabeza de calavera) se enamora de una de las sobrevivientes, se niega a completar la colonización, dejando la tarea en manos de su perverso líder. Como dato curioso, el presupuesto no alcanzó para un traje decente de robot, así que el realizador consiguió un traje de gorila prestado de un amigo. Basta decir que es tan mala, que incluso se rumoró que su director intentó suicidarse tras verla.
Basket Case (Frank Hehenlotter,1982)
¡Segunda aparición del director en la lista! Una de sus cintas más “brillantes”, que incluso dio paso a una trilogía –¡toma eso George Lucas!–, relata la historia de un par de siameses, uno de ellos perfectamente sano y el otro, deforme, al grado de parecer un cerebro con cara. En un intento por separarlos, el padre los lleva con expertos que elaboran una compleja operación y terminan salvando a ambos –aunque el feo sobrevivió por accidente–. Una vez adultos, el hermano sano guarda al enfermo en una canasta, y deciden comenzar su venganza contra aquellos que los separaron. La gran incógnita es ¿por qué alguien querría tener una extraña protuberancia pegada a su espalda?
The Gingerdead Man (Charles Band, 2005)
Tras ser ejecutado en la silla eléctrica, las cenizas de un asesino son enviadas a su madre, que decide incluirlas en una mezcla de harina y enviarlas a la repostería de una joven que testificó en su contra. Cuando la chica recibe el ingrediente fundamental, decide hacer un hombre de jengibre, que desafortunadamente, cobra vida con los restos del malvado individuo. Es así como comienza la historia de una perversa galleta que buscará vengarse a como dé lugar. Afortunadamente, los que ya vimos Shrek, sabemos que la única manera de derrotar estos azucarados personajes es arrancando sus botones de gomita.
Jack Frost (Michael Cooney, 1997)
No se trata de la cinta de Michael Keaton –esa tal vez ingrese en una futura lista navideña–, sino en un filme de horror que tuvo lugar dos años antes. Un asesino que era transportado a su ejecución, sufre un accidente con un camión que transporta desechos tóxicos y termina fusionándose con la nieve –algo como Sandman, pero en chafa–. Sin duda lo mejor de la cinta fue el debut de Shannon Elizabeth –la que se desnuda frente a la webcam en American Pie–, aunque después es atacada en una escena capaz de acabar con cualquier bonito recuerdo de la infancia, ya que el villano la viola ¡con su nariz de zanahoria! ¿En qué estarían pensando cuando hicieron la secuela?
Godmonster of Indian Flats (Fredric Hobbs, 1973)
¿Por qué los animales “monstruosos” siempre deben ser lobos y murciélagos? En un pueblo del oeste, una extraña sustancia provoca la transformación de una oveja en un temible monstruo lanudo. El alcalde y un científico deciden unirse en la búsqueda de la criatura, la cual ha aterrado a todo el pueblo al aparecer detrás de ellos caminando de puntitas y emitiendo un extraño gas naranja –ya que probablemente la mutación le inflamó–. Al final y como buen western, el gigantesco borrego es lazado al más puro rodeo style. ¡Ajúa!
La horripilante bestia humana (René Cardona, 1969)
¡Nuestro cine no podía faltar en la lista! La trágica historia comienza con un brillante médico que sufre por el mal cardiaco de su hijo, el cual lo llevará a una muerte segura. En su desesperación, el doctor le transplanta el corazón de un gorila –¿no era más fácil conseguir un donador?–, pero una vez terminada la operación, el niño muta hasta convertirse en un simio humanoide que vaga por la calle asesinando hombres y violando mujeres –¿por qué un gorila haría eso?–. Pero como en México también tenemos justicieros, una luchadora llamada Lucy sale al rescate. Se caracterizó por secuencias tan grotescas –incluyendo escenas reales de cirugías–, que fue censurada en algunos países, entre ellos, Inglaterra.
Cannibal! The Musical (Trey Parker, 1993)
La cinta narra la historia de Alferd Packer y un grupo de hombres que se aventuran en Colorado tras escuchar sobre yacimientos de oro en la región. Sin embargo, el guía muere al caerle un rayo, por lo que el grupo termina perdido en las montañas y con el frío invernal acercándose. A pesar del miedo, uno de los hombres decide animar a sus amigos cantando una alegre canción sobre hacer hombres de nieve y luciéndose con unos pasos de tap. Obviamente uno de los suyos lo mata por semejante ridículo y el cadáver termina convirtiéndose en la cena del día. Ahí es cuando se dan cuenta que para sobrevivir, deberán comerse los unos a los otros, eso sí, todo menos el trasero, pues eso sería asqueroso.
Frankenhooker (Frank Henenlotter, 1990)
Un joven estudiante de medicina sufre una gran depresión cuando su prometida muere en un trágico accidente al ser atropellada por una podadora –al menos no fue de auto, ni nada cliché–, logrando salvar únicamente su cabeza. Decidido a recuperarla, comienza a contratar prostitutas para asesinarlas y reconstruir a su amada. Desafortunadamente para el científico, su creación comienza a hacer un muy buen uso de sus partes con todos los hombres que se cruzan en su camino. Una historia tan brillante que no se le podría haber ocurrido ni a la mismísima Mary Shelley.
Microwave Massacre (Wayne Berwick,1983)
Un pobre trabajador está harto de la comida que le prepara su esposa, la cual incluso ha empeorado tras la adquisición de un gigantesco microondas, ¡tan grande como para meter una persona! Un buen día, tras un nuevo conflicto culinario, el protagonista se harta y decide asesinar a su mujer y cocinarla en su inmenso horno. Este sabor le causa un enorme placer, pero desafortunadamente, la carne humana no se vende en el súper, por lo que decide salir a ligar chavas sabrosas –literalmente hablando–, para acostarse con ellas y después preparar nuevos platillos. Famosa por su frase: “¡Tengo tanta hambre que podría comer una prostituta!”.
Frankenstein Conquers the World (Ishirô Honda, 1965)
Durante la II Guerra Mundial, un submarino Nazi transporta hacia Japón una peligrosa arma: el corazón de Frankenstein. Sin embargo, tras su llegada, el bombardeo a Hiroshima da inicio, con lo que el vital órgano se pierde para siempre. Extrañamente, un niño salvaje –algo así como Mowgli– encuentra la víscera y se la come, con lo que sufre una mutación que lo convierte en un gigante. Lo que no saben los japoneses, es que el monstruo terminará convirtiéndose en su última esperanza contra Baragon, otra inmensa criatura que pretende destruir la isla. ¿Godzilla se habrá ido de vacaciones?
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.