Palmer: Ryder Allen rompe paradigmas con su debut fílmico
En Palmer, su primera película, Ryder Allen aprendió el valor de serle fiel a uno mismo, sin importar lo que otra gente pueda decir o pensar.
Bien dicen que, muchas veces, los niños son mucho más sabios que los adultos. En la película Palmer, Ryder Allen interpreta a Sam, un niño que vive sin estar atado a los convencionalismos que comúnmente son impuestos por la sociedad y que, por consiguiente, les enseña grandes lecciones a sus mayores. El personaje comparte mucho con el artista que le da vida: es seguro y muy directo. No obstante, se divierte haciendo lo que hace.
Platicamos con el joven actor, quien apenas comienza a labrar su camino, pero que ya entregó una de las interpretaciones más entrañables y comprometidas del año.
“Tiene ocho años”, nos advierten a los medios antes de enviarnos a una sala de Zoom donde él se prepara para contestar preguntas relacionadas a su primera actuación en un largometraje (en 2017, ya había aparecido brevemente en un episodio de La ley y el orden). A simple vista, parece un niño como cualquier otro, sentado con una sonrisa de oreja a oreja, aguardando. Pero una vez que responde, se olvida totalmente que se está frente a alguien que apenas ostenta su primer crédito en cine. El profesionalismo y la naturalidad con las que lleva la charla son notables. No queda duda de que está en su elemento y eso se vuelve evidente desde que cuenta la razón por la que eligió el proyecto.
“Realmente sabía lo que quería. Por los mensajes, por [las personas] que conocí, y me emocionó mucho. Amé el mensaje y sentí que, en ese momento, Sam era exactamente como yo, entonces estuve muy conectado. Realmente quería tener el papel”.
Y es que, aunque al verlo en pantalla se detecta la química y el compañerismo que hubo en el set, es refrescante escuchar directamente que Allen los ve como una “verdadera familia”, misma que le emociona haber conocido. En el reparto del filme también encontramos a Justin Timberlake, Juno Temple y Alisha Wainright, pero sin duda el intérprete de Red social fue de mucha ayuda a la hora del rodaje, pues le ofreció consejos muy importantes para el futuro de su carrera en la industria. Uno de estos fue que, si alguna vez llega a olvidar sus diálogos, no debería pedir disculpas. Simplemente debe continuar como si nada y dejarle lo demás a “la magia de las películas”.
De hecho, este largometraje le supuso la oportunidad perfecta para explorar su rango actoral. Centrada en la improbable amistad que se forma entre el pequeño Sam y un exconvicto, ésta es una película que se desarrolla principalmente en el género dramático, pero que, al ofrecer mensajes de redención y empatía, transita también en la línea del feel-good.
“Puedes sostener dos cosas al mismo tiempo, o puedes decir: ‘ahora tengo un chicle y ahora tengo una pizza, entonces, básicamente, puedes usar tus acciones en conjunto, y eso es lo que hice, más o menos. Pero, realmente, actuar triste y feliz, eso sucede en dos partes separadas de la película. […] No sentí que estuviera haciendo [ambas] al mismo tiempo”.
Seguramente nunca olvidará estas enseñanzas de su coprotagonista, pero en realidad, él también tuvo un impacto en quienes lo rodeaban. Inicialmente, el director Fisher Stevens quería audicionar a cinco intérpretes, pero, por azares del destino, Timberlake sugirió que fueran seis. Ryder fue ese sexto aspirante y, afortunadamente, fue el elegido. Así, por una sencilla decisión de último momento, y gracias a su indudable talento, obtuvo este gran empujón.
“Sentí que tenía una gran química con Justin, pero, honestamente, durante todo ese proceso estaba dudando un poco de mí. Pero entonces miré un poco hacia arriba y ahora estoy aquí, hice ese papel y estoy muy agradecido de haberlo hecho”.
Es bueno que haya superado esas dudas, pues en la película Palmer, Ryder Allen hace mucho más que darle vida a un personaje. Él rompe paradigmas con respecto a la identidad de género y lo hace de una forma sumamente accesible, directa y delicada a la vez, cuestión que espera pueda impactar al público de manera positiva. Sam juega con muñecas, ve programas televisivos sobre princesas y viste disfraces que los demás catalogan como “para niñas”. A diario se enfrenta con comentarios y miradas que le recuerdan que “los niños no hacen eso”, pero él continúa expresándose libremente y siendo quien es.
“No creo eso [de que el rosa sea para las niñas y el azul para los niños]. Creo que todos deberían ser libres con sus personalidades. Y si algunas personas piensan eso, entonces quisiera cambiarlo con esta película e inspirarlos a no pensarlo. Siento que eso está muy mal y quiero que esta película muestre que está mal juzgar a las personas por lo que quieren, por lo que les gusta o por su personalidad. Estoy orgulloso de que Sam pudiera aceptar su propia personalidad, porque amo su personalidad, amo quien es. Amo a Sam y espero que otras personas [lo amen] también”.
Además, nos platicó lo siguiente:
“Creo que Sam tiene la idea correcta sobre usar el vestido de princesa porque inspirará a otras personas a hacer lo mismo, si sabes a lo que me refiero. Si se quieren vestir así, deberían hacerlo. Digo, siento que, incluso en estos días, todo el mundo está como: ‘sigan al líder’. Si una persona hace algo, la otra lo seguirá, pero realmente no me gusta eso. Creo que las personalidades son diferentes, las opiniones son diferentes. Si no te gusta la opinión de alguien más, no hay razón para entrar en una pelea por eso. Si tienen una personalidad diferente a la tuya, puedes alejarte si quieres. Tienes la opción. Debes hacerlo desde tu corazón”.
¿Qué sigue para él? Quiere ser cantante y seguir actuando. Además, dudoso, nos confiesa que también está considerando ser bailarín. Bueno, si se dispone a hacer todas estas cosas con la misma seguridad que proyecta desde ahora, el porvenir será bastante brillante.
La película Palmer, con Ryder Allen, ya está disponible en Apple TV Plus.