Mejores películas españolas del siglo XXI
El cine español del siglo XXI no sólo nos ha cautivado con sus historias, sino que nos ha dado algunos de los mejores directores de todo el mundo.
Aunque el cine español siempre se ha caracterizado por su alta calidad, su industria ha tenido un gran impulso en los últimos años. Esto puede evidenciarse en el éxito global de varios títulos particulares, así como el reconocimiento internacional de cada vez más directores. Los pioneros fueron Pedro Almodóvar y Alejandro Amenábar, pero no pasó mucho para que la lista creciera con Paco Plaza, J.A. Bayona y Rodrigo Sorogoyen, entre otros.
La tendencia promete continuar, con cintas cada vez más ambiciosas, lo que sólo aumenta su prestigio en el panorama global.
A continuación las diez mejores películas españolas del siglo XXI.
[REC] (Dir. Jaume Balagueró, Paco Plaza, 2007)
El renacimiento del zombie encontró a un poderoso aliado en el cine español: [REC] que fusionó a los infectados de la era contemporánea con los valores de la cámara subjetiva para construir uno de los filmes más perturbadores de los últimos tiempos. La cinta nos introduce a una reportera que acompañada de su camarógrafo, sigue a un grupo de bomberos en una inusual operación al interior de un edificio que concluirá con resultados fatales.
Aunque su naturaleza le privó de los grandes premios, su éxito entre las audiencias del mundo entero marcó el inicio de una fructífera carrera para sus realizadores, disparó una sangrienta franquicia de cuatro entregas e inspiró un remake estadounidense muy inferior en calidad. Hoy es considerado el mayor clásico Z de los últimos tiempos junto con Exterminio (2002).
Te doy mis ojos (Dir. Icíar Bollaín, 2003)
Uno de los filmes que mejor ha representado la violencia de género, al relatar la historia de una mujer aquejada por su marido, pero que se niega a dejarlo al creer en sus tibios esfuerzos por cambiar. Además de capturar la violencia física y psicológica que enfrentan incontables mujeres de todo el mundo, la cinta fue aplaudida por cuestionar las razones que las llevan a confiar en las promesas de cambio de sus agresores y que repercuten directamente en el silencio de las personas más cercanas. El filme ha gozado de un creciente reconocimiento global en los últimos años, apoyado por la propagación de movimientos femeninos como #MeToo y #YaEsHoraMX.
Verano 1993 (Dir. Carla Simón, 2017)
La catalana Carla Simón se inspiró en su propia infancia para concebir uno de los filmes más conmovedores del siglo XXI. Tal y como su nombre lo indica, las acciones se desarrollan en el no tan lejano verano de 1993, donde una niña de apenas seis años se ve obligada a vivir con sus tíos tras el deceso de sus padres.
La cinta cautiva por la naturalidad con la que su pequeña protagonista, Laia Artigas, captura las emociones que aquejan a su personaje durante este complejo proceso de adaptación: el cariño existe, pero también la eterna conciencia de que no es la familia que nadie tenía en mente. No menos importante es su carga histórica, pues el guion sugiere que los padres ausentes murieron de SIDA, una enfermedad común en la España de los 80 y 90 ante el elevado consumo de drogas suscitado tras la caída de la dictadura en 1975.
La isla mínima (Dir. Alberto Rodríguez, 2014)
El thriller es uno de los géneros más populares en España, así como uno de los más abordados por la industria nacional. Pocos han tenido el impacto internacional de La isla mínima, que nos traslada a un remoto pueblo ibérico durante los 80, donde la desaparición de una pareja de hermanas marca el inicio de una investigación que desembocará en la búsqueda de un asesino serial y una compleja red de engaños.
Además de la trama, sus estupendas actuaciones y su elevada calidad técnica le hicieron ser comparada con la multilaureada True Detective, estrenada ese mismo año. Arrasó en los Goya, pero la propia naturaleza de su historia le privó de ser elegida para representar al país ibérico en los Premios de la Academia.
Celda 211 (Dir. Daniel Monzón, 2009)
Inspirada en la novela homónima del periodista Francisco Pérez Gandul, la película nos adentra en una prisión amotinada donde un oficial de nuevo ingreso debe hacerse pasar por un reo para garantizar su supervivencia. La historia fue aplaudida por su cruento reflejo de la violencia al interior de estos inmuebles, así como por la atrevida mención a ETA con la que abordó la politización de estos conflictos. Ganadora del Goya a Mejor película en una de las entregas más reñidas en toda la historia del certamen, donde superó a las no menos ovacionadas Ágora de Alejandro Amenábar y El secreto de sus Ojos de Juan José Campanella.
Volver (Dir. Pedro Almodóvar, 2006)
Hable con ella (2002) le dio el Oscar a Mejor película extranjera a España, así como la nominación a Mejor director a Pedro Almodóvar con la que se consolidó entre los mejores cineastas del mundo entero. El manchego sólo tardó cuatro años en superarse a sí mismo con Volver, sobre una familia quebrada por el dolor, el engaño y la muerte de la madre, hasta que ésta regresa para reencontrarse con sus hijas.
La trama fue clave para que el realizador exhibiera su gran madurez, al ahondar con destreza en temas recurrentes de su obra como el amor materno y la traición paterna. Además de ser incluida en varias listas con lo mejor del año, pasó a la historia por la nominación al Oscar de Penélope Cruz, quien se convirtió en la primera española nominada en la categoría de Mejor actriz.
El reino (Dir. Rodrigo Sorogoyen, 2018)
Son muchos los cineastas que han recurrido al cine para criticar la corrupción que aqueja al mundo entero. Tal es el caso de Rodrigo Sorogoyen y El reino, que aborda la debacle de un truculento político tras verse involucrado en una serie de acusaciones, para luego ser traicionado por su propio partido.
El cineasta no sólo se inspiró en numerosos escándalos nacionales para la realización del proyecto, sino que recurrió a la retroalimentación de gobernantes en activo. A esto sumemos lo hecho por Antonio de la Torre, cuya brillante interpretación reiteró por qué es uno de los mejores actores españoles de la actualidad. Hay quienes piensan que tenía mayor potencial de Oscar que Campeones, seleccionada española de su año y que no llegó a la terna final de nominados.
Blancanieves (Dir. Pablo Berger, 2012)
El clásico de los hermanos Grimm ha sido adaptado en infinidad de ocasiones, pero pocas tan memorables como la dirigida por Pablo Berger, con una versión netamente española que trasladó las acciones a la Sevilla de los 20 y convirtió a la princesa en la hija de un brillante torero cuya vida es destrozada por los celos de su madrastra.
La reinvención no sólo funciona, sino que alcanza niveles verdaderamente mágicos gracias a su condición silente y su fotografía en blanco y negro. Y claro, a esto sumemos las estupendas actuaciones de su elenco central integrado por Daniel Giménez Cacho, Maribel Verdú y Macarena García en el papel de la joven titular. Uno de los filmes más conmovedores de los últimos años, cuyo impacto global se vio tristemente opacado por las similitudes técnicas de El artista (2011) estrenada sólo un año antes.
Mar adentro (Dir. Alejandro Amenábar, 2004)
La cinta explora la historia verídica de Ramón Sampedro, un hombre cuadripléjico tras un accidente y sus casi 30 años de esfuerzos por lograr la eutanasia. En el aspecto creativo, la película afianzó a Alejandro Amenábar entre los grandes directores españoles de los últimos tiempos y con el talento suficiente para deambular libremente entre producciones ibéricas y de otras latitudes.
En el histriónico, ubicó a Javier Bardem entre los actores más completos del mundo, una posición que sería refrendada poco tiempo después en Sin lugar para los débiles. En el social, inició un fuerte debate global sobre la eutanasia, el cual sigue abierto hasta nuestros días. Con estos valores, a nadie sorprendió que la Academia la reconociera como la Mejor película extranjera de su año.
Dolor y gloria (Dir. Pedro Almodóvar, 2019)
La obra de Pedro Almodóvar siempre ha explorado temas recurrentes como el amor materno, la homosexualidad y la cinefilia. Esta tendencia alcanzó su punto más personal con Dolor y gloria, más que una cinta autobiográfica, es una potente metaficción que comparte sus más profundas emociones. Su grandeza no estaría completa sin la presencia de Antonio Banderas, cuya brillante interpretación de un cineasta aquejado por una crisis personal y creativa bien merece ser considerada la mejor actuación de toda su carrera. Un clásico instantáneo que ha sido motivo de elogios y admiración en todo el mundo.