Mejores abuelos y abuelas en las caricaturas
Algunas de las abuelas y abuelos más queridos de la televisión. ¿Cuál es su favorito?
Cada 28 de agosto, México está de fiesta en aras de homenajear a aquellos miembros de nuestra familia tan llenos de sabiduría, historias y una sazón inigualable. Ligado a ello, siempre es oportuno recordar a algunos de los mejores abuelos y abuelas que conocimos en variadas caricaturas (también llamadas ya series animadas): grandes ejemplos de que una edad avanzada no reduce el espíritu de lucha, una vitalidad envidiable ni el amor en sus corazones.
¿Cuál es su favorito? ¿O cuál patriarca o matriarca muy querido nos faltó incluir en el siguiente listado?
Abraham Simpson (Los Simpson)
¡Por supuesto que una de las series y familias más recordadas de los últimos 30 años debía contar con uno de los abuelos más memorables! Abraham «Abe» Simpson tiene una cualidad cascarrabias, con historias que no llevan a ningún lado y pasa la mayor parte del tiempo recluido en un asilo. Afortunadamente, ello no le ha impedido vivir aventuras junto con sus nietos. Cómo olvidar cuando lo convencieron de «escribir» capítulos de Tom & Daly o cuando él y Bart recuperaron unas valiosas pinturas escondidas en las profundidades del mar.
Abuela Pantalones Cuadrados (Bob Esponja)
Un capítulo fue suficiente para que esta venerable esponja de mar quedara grabada en nuestros corazones. ¿Acaso ustedes no se mueren por unas galletas caseras al atestiguar como las disfruta Bob (o las engulle el colado de Patricio)? Por si no fuera suficiente, el deleite repostero viene acompañado de suéteres tejidos, cuentos para tomar la siesta y un beso en la frente. ¡Y que nada de esto los avergüence! Recuerden que «no tienes que ser un bebé para recibir el amor de tu abuela». Ni las patillas ni apreciar el jazz improvisado se oponen a ello.
Abuelita (Looney Tunes)
En un mundo de animales lunáticos, donde perro, gato y canario se persiguen incansablemente, es bueno que exista esta figura de cariñosa autoridad para evitar la catástrofe. Si Silvestre creía que al fin había podido devorar a Piolín, la Abuelita estará ahí para darle fuertes palmadas al felino bajo la frase de «¡Escupe, escupe, escupe!». Esta célebre señora de nombre Emma Webster (¡sí, tiene nombre!) ha cambiado radicalmente de apariencia en un par de ocasiones. El look con el que mayormente la conocemos ni siquiera es el original; sólo echen un ojo al corto animado Little Red Walking Hood (1937).
Abuelo (Heidi)
La canción Abuelito, dime tú quedó grabada en la mente de todo público hispanohablante que creció viendo esta animación originalmente japonesa, dirigida por el gran Isao Takahata (La tumba de las luciérnagas) e inspirada en el libro infantil Heidi (1881). Cuenta la historia de una niña de cinco años que —tras quedar huérfana— debe mudarse a los Alpes suizos con su abuelo paterno: un señor fornido, de cabello blanco y barba abundante. Si bien su vida ermitaña le ha provocado un mal carácter, su indiferencia hacia la pequeña poco a poco se torna en auténtico cariño.
Lou Pickles (Rugrats: Aventuras en pañales)
El patriarca de la familia Pickles no suele ser el mejor niñero, pues en muchas ocasiones se queda profundamente dormido y los pequeños Tommy, Carlitos, Fili y Lili (a veces acompañados por la malévola Angélica) salen de su corral para vivir aventuras en el jardín o en el tétrico sótano. Pero fuera de esa negligencia, el abuelo Lou posee un espíritu juguetón y un gran amor hacia sus nietos. Tiene muchas anécdotas para contar —aunque quizá no tantas como el abuelo Boris— y consiente a los bebés rentando películas de Reptar o saltando con ellos en un sofá defectuoso.
Maxwell Tennyson (Ben 10)
Mejor conocido como Max, el abuelo de los jóvenes primos Ben y Gwen es un señor bonachón y que disfruta pasar tiempo con sus nietos. Claro que esta convivencia no se basa en salidas a pescar o comidas domingueras, sino en viajes a lo largo y ancho del país donde los Tennyson enfrentan a una multiplicidad de villanos, incluidos seres alienígenas y entidades sobrenaturales. Afortunadamente los chicos cuentan con un misterioso dispositivo que otorga habilidades sobrehumanas y un abuelo que sabe más de lo que aparenta…
Phil y Gertie (¡Oye, Arnold!)
Quizá sean los abuelos más maravillosos en la historia de las series animadas. Siendo parte de un producto de Nickelodeon sumamente inolvidable por la madurez de sus temáticas y sus personajes tanto encantadores como complejos, Phil y Gertie adquieren un lugar irremplazable en este listado. A pesar de ser excéntricos, el idealista «Cabeza de Balón» siempre hallará consejo por parte de su divertido abuelo, como también el valor para aventurarse siguiendo el ejemplo de su alocada y habilidosa abuela.
Rick Sánchez (Rick & Morty)
En un tono para adultos, tenemos a uno de los abuelos más icónicos de los últimos años. Siendo un científico loco —en toda la extensión de la palabra—, Rick Sánchez vivirá aventuras no sólo en compañía de su intelecto, egolatría y alcoholismo, sino también de su nieto Morty, un adolescente muy inseguro y no muy brillante. Una de las mayores aspiraciones del vulgar anciano es que el chico no resulte un «inútil» como su padre. Qué mejor escuela puede haber que viajes a lo largo del cosmos o hacia universos paralelos.
Stan Pines (Gravity Falls)
Los tíos abuelos también son abuelos, y qué mejor exponente dentro de las series animadas que el dueño de la Cabaña del Misterio. Los gemelos Dipper y Mabel deberán pasar unas vacaciones de verano con este pariente lejano, cuyo historial criminal y mala fama curiosamente no son la mayor amenaza en la población de Gravity Falls. Duendes, zombies y feroces bestias fantásticas aguardan en los alrededores, y quizá la incredulidad de Stan Pines sobre este entorno sea pura fachada…
Tío Grandpa (Uncle Grandpa)
Finalmente, siguiendo la línea de tíos abuelos, tenemos a este personaje de Cartoon Network que recorre el mundo entero —a bordo de una casa rodante— con tal de asistir a innumerables niños. ¡Todos ellos son sus «nietos»! El Tío Grandpa muestra un espíritu alegre y caricativo, propenso a las aventuras y siempre en compañía de una cangurera parlanchina, un dinosaurio antropomórfico, un tigre «realista» y una rebanada de pizza. Y a pesar de tanta extravagancia, no olvida las formalidades como dar los buenos días.