Kirk Douglas tuvo una infancia dura y caracterizada por la necesidad. Por ello, luego de muchos esfuerzos por incursionar en la actuación, su debut en el cine pareció casi demasiado fácil: con una brevísima experiencia histriónica en radio y teatro, su amiga Lauren Bacall lo recomendó con el productor Hal B. Wallis para The Strange Love of Martha Ivers (1946). Sorprendió y sólo tres años y seis películas después, el neoyorquino se consolidaría entre los grandes talentos del celuloide con su primera nominación al Oscar.
La Academia nunca le concedió una estatuilla competitiva, pero esto no le impidió afianzarse entre los mayores referentes de su tiempo con una carrera que le llevó a trabajar bajo las órdenes de grandes directores como Billy Wilder, John Huston, Howard Hawks y Stanley Kubrick, así como en todo tipo de géneros como el noir , el western e incluso la épica histórica.
El inicio del siglo XXI marcó su retiro casi definitivo de la pantalla grande y el inicio de una auténtica leyenda que vivirá por siempre en su brillante filmografía. A continuación las mejores películas de Kirk Douglas .
Traidora y mortal (Dir. Jacques Tourneur, 1947)
Aunque Kirk Douglas obtuvo su primera nominación al Oscar en 1949 con Champion, su verdadero ascenso inició dos años antes con Traidora y mortal, uno de los mejores referentes del noir y donde interpreta a un hombre adinerado que contrata a un investigador privado para que localice a su novia que presuntamente le robó y disparó para luego ocultarse en México. Pero como sucede en los grandes clásicos del género, las cosas no siempre son lo que parecen y una misión aparentemente rutinaria termina convirtiéndose en un elaborado drama criminal. La presencia de Douglas fue breve, pero fundamental para el buen desarrollo de la trama, al grado que el rol del personaje fue expandido en El poder y la pasión (1984), reinvención contemporánea que recurrió a James Woods para emular lo hecho por la leyenda cinematográfica y que cosechó muy tibios resultados en su paso por las salas de cine.
Champion (Dir. Mark Robson, 1949)
Narrada a modo de retrospectiva, Champion muestra a Kirk Douglas en el papel de Michael “Midge” Kelly, un hombre fracasado, sumido en la miseria y cansado de la derrota, lo que aunado a su ira contenida y sus habilidades de pelea le lleva a probar fortuna en boxeo. Una oportunidad inmejorable para ser alguien en la vida, pero también sumamente engañosa, pues le hará traicionar a todo aquel que se cruce en su camino para garantizar el éxito. Una visión brillantemente retorcida del sueño americano que resultó en la primera nominación al Oscar para Kirk Douglas.
Dos semanas en otra ciudad (Dir. Vincente Minnelli, 1962)
Vincente Minnelli rescató varios elementos de su famosa The Bad and the Beautiful protagonizada por el propio Kirk Douglas y los fusionó con otros de La dolce vita (1960) y 8 ½ de Federico Fellini para una de las más brillantes películas sobre hacer películas. Dos semanas en otra ciudad representó un nuevo encuentro entre el cineasta y el actor, que en esta ocasión interpreta a un histrión virtualmente acabado que es invitado a Roma durante dos semanas para ayudar a su viejo director de cabecera a terminar su último proyecto. Una oportunidad ideal para retomar el camino, pero que viene acompañada de numerosas presiones de las mujeres que le rodean. Las propiedades metanarrativas de este título parecen no terminar nunca, pues hay quienes le consideran una evidente fuente de inspiración para la construcción de Rick Dalton en Érase una vez… en Hollywood (2019).
Espartaco (Dir. Stanley Kubrick, 1960)
Kirk Douglas es uno de los pocos que pudo presumir más de una colaboración con Stanley Kubrick, con Espartaco estrenando tres años después de La patrulla infernal. La cinta explora la historia del personaje titular, mítico esclavo que comanda una revuelta durante la tercera guerra servil en la decadente república romana. Se le considera uno de los puntos más altos en la carrera del actor, no sólo por su trabajo histriónico, sino por su influencia en la industria al ser determinante para la inclusión de Dalton Trumbo como guionista, vetado por el gobierno estadounidense por sus ideales políticos durante la Guerra Fría. Este hecho la convirtió en una perfecta analogía de sus temas centrales donde el héroe lucha por la libertad de los oprimidos. Irónicamente también es visto como uno de los puntos más bajos en la carrera de Stanley Kubrick, pues más allá de su popularidad, se le considera un filme complaciente y carente de la profundidad capturada en el resto de su filmografía.
Los valientes andan solos (Dir. David Miller, 1962)
Kirk Douglas nunca ha sido visto como un referente del oeste, aun cuando visitó la tierra prometida en más de una película. Una de las más memorables es Los valientes andan solos, western revisionista donde encarna a un cowboy contemporáneo que desprecia la modernidad, sus procesos y requerimientos, y que se aferra a los viejos valores estadounidenses. Esta ideología le convence de hacerse arrestar para rescatar a un viejo amigo encarcelado por ayudar a inmigrantes ilegales, lo que detona una serie de reflexiones sobre valores, el sentido del deber, así como la verdadera naturaleza entre el bien y el mal. El propio Douglas la catalogó en repetidas ocasiones como su película favorita en toda su carrera.
Ace in the Hole (Dir. Billy Wilder, 1951)
El cine ha capturado la labor periodística de muchas formas, pero rara vez con el tono ácido de Billy Wilder en Ace in the Hole. El mítico cineasta aprovechó las dotes de Kirk Douglas, para la introducción de un periodista frustrado tras ser relegado a un destino secundario y que intenta aprovechar un accidente minero para regresar a lo más alto. Pero sus esfuerzos son insuficientes y el personaje decide tomar control de las acciones para extender la cobertura a su antojo, resquebrajando así las premisas más básicas de la labor informativa y convirtiéndose en el centro mismo de la noticia. Un clásico en toda la extensión de la palabra y cuya importancia ha resurgido en estos tiempos de fake news, influencers y clickbaits.
Siete días de mayo (Dir. John Frankenheimer, 1964)
No sólo es una de las mejores películas de Kirk Douglas, sino uno de los thrillers políticos más desafiantes en toda la historia del cine, con varios miembros de la élite militar norteamericana –uno de ellos interpretado por el propio actor– planeando un golpe de estado para destituir al presidente por firmar un tratado de desarme en plena Guerra Fría. La producción recibió gran apoyo de la Casa Blanca, pues se dice que John F. Kennedy estaba muy interesado en su realización en un esfuerzo por llamar la atención del público y prevenir cualquier aspiración a destituirlo, pero todo fue en vano ante su asesinato en 1963, sólo unos meses antes del estreno. De hecho, la película debía abrir en ese mismo año, pero la fecha fue postergada por respeto. Más allá de esta polémica, la cinta es recordada como una de las mejores colaboraciones entre Kirk Douglas y Burt Lancaster, quienes compartieron créditos en siete ocasiones para convertirse en una de las grandes duplas histriónicas del cine norteamericano.
Sed de vivir (Dir. Vincente Minnelli, 1956)
La vida de Vincent van Gogh ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones, siendo Sed de vivir una de las más memorables gracias al talento conjunto de Vincente Minnelli y Kirk Douglas. La película aborda las vivencias del artista con gran honestidad y sin ningún tipo de delicadeza, lo que resulta en un retrato profundamente doloroso de un hombre torturado, aquejado por todo tipo de problemas y fracasado en varios objetivos importantes, incluyendo el reconocimiento inicial de su obra. Representó la tercera y última nominación al Oscar para Douglas, y aunque no fue galardonado con la codiciada estatuilla, el tiempo le convirtió en la encarnación definitiva de van Gogh y en fuente de inspiración para otras encarnaciones memorables.
La patrulla infernal (Dir. Stanley Kubrick, 1957)
No es la película más popular en la obra de Stanley Kubrick, lo que no evita que muchos la ubiquen entre sus mejores trabajos al aprovechar la I Guerra Mundial para abordar la naturaleza ambiciosa, violenta y absurda del hombre con tres soldados sometidos a juicio marcial como representantes de un batallón entero que se negó a pelear en una misión suicida. Su defensa correrá a cargo del coronel Dax interpretado por Kirk Douglas y cuya experiencia legal podría ser la única esperanza en un juicio amañado y con pocas posibilidades para los acusados. A pesar de su alta calidad y la importancia de su mensaje, pasó virtualmente desapercibido en temporada de premios, siendo la nominación al BAFTA a Mejor película su mayor logro.
The Bad and the Beautiful (Dir. Vincente Minnelli, 1952)
Una de las cintas más aclamadas de Vincente Minnelli, quien aprovechó las propiedades metanarrativas del cine para realizar una dura crítica contra la industria al abordar la historia de un productor sediento de éxito y poder hollywoodense, interpretado brillantemente por Kirk Douglas y presuntamente inspirado en la figura de David O. Selznick. Esta seguridad en su persona le lleva a conquistar a una actriz decadente y con problemas de alcoholismo, la cual parece ser su única aliada en la turbulenta preproducción de su próximo proyecto. Ganó cinco de seis nominaciones al Premio de la Academia, un récord de estatuillas para cualquier título que no compitiera en la categoría de Mejor película. Tristemente, la única terna en la que no salió avante fue Mejor actor para el propio Douglas, en la que sería su segunda nominación al Oscar.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.