El poder de los centavos: Conoce la historia real del caso GameStop
Wall Street tuvo miedo gracias a las personas menos esperadas.
Tras dirigir exitosas películas como Yo, Tonya y Cruella, el cineasta australiano Craig Gillespie volvió a las pantallas con El poder de los centavos. Esta comedia dramática se basa en el libro The Antisocial Network: The GameStop Short Squeeze and the Ragtag Group of Amateur Traders That Brought Wall Street to Its Knees, y cuenta con un reparto en el que figuran Paul Dano, Seth Rogen, America Ferrera, Sebastian Stan y Shailene Woodley. Sin embargo, no es sólo su elenco lo que atrae la atención en torno a esta película. El poder de los centavos se basa en el famoso caso GameStop, que en 2021 demostró un verdadero enfrentamiento de David contra Goliat, y puso al mundo financiero de cabeza.
Si piensas ver la película y quieres conocer la increíble historia detrás de ella, aquí te la presentamos.
Recuperación milagrosa
Desde 2019, GameStop, una cadena de tiendas de videojuegos, electrónica y mercancía relacionada de Estados Unidos, enfrentaba un gran declive, que se agravó todavía más con la pandemia por COVID-19. En consecuencia, la empresa perdió mucho en bolsa. La tesis de los inversores bajistas era que la compañía estaba destinada a quebrar, a ser el próximo Blockbuster. Sin embargo, eso no ocurrió.
¿La razón? En enero de 2021, Wall Street entraría en pánico gracias a pequeños inversionistas amantes de los videojuegos. Estos se habían coordinado a través de plataformas virtuales para comprar, de forma masiva acciones de GameStop. Gracias a esos inversionistas, subió su valor en la bolsa de valores de un día para otro, literalmente.
Nadie se explicaba lo que sucedía. Algunos creyeron que era el amor de los clientes lo que los motivó a apoyar a la marca, pero otros sospechaban que algo extraño ocurría detrás. Los ejecutivos de Wall Street se mostraban dudosos mientras GameStop se posicionaba como una empresa cada vez más importante. Tenían razón: había alguien detrás de esta compra incesante de acciones, Keith Gill.
El “Robin Hood” que hizo temblar a Wall Street
Keith Gill es un influencer financiero que ganó gran popularidad en Youtube y Reddit, donde se le conoce como “Roaring Kitty”. Curiosamente, la relación entre él, GameStop y Reddit ya tenía cierto tiempo de existir. En 2019, Gill mostró una inversión de apenas $53 mil dólares en favor de la compañía. Muchos se burlaron de él y la “ridícula” inversión realizada, pero pronto quedó claro que tenía grandes ideas para GameStop. Dichas ideas lo hicieron ganar miles de seguidores que, a través de YouTube o TikTok, se mostraban pendientes de los pasos financieros de Gill.
Según él, compartir sus ideas no fue algo que hiciera con mala voluntad. Sólo quería compartir con sus seguidores que la empresa estaba infravalorada. Sin embargo, muchos consideran que lo hizo con pleno conocimiento de lo que podía causar. Al mismo tiempo que la pandemia azotaba al mundo y Gill compartía sus ideas, GameStop enfrentaba sus peores días. Las personas ya no tenían necesidad de ir a las tiendas, y tampoco podían hacerlo con tranquilidad por los confinamientos. Su salida del mercado era un secreto a voces.
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Dentro del mundo financiero, es común que algunos inversionistas adquieran acciones si los precios de éstas son bajos. El plan es simple, pues buscan venderlas cuando tengan mejor valor, y así volverse millonarios (o estar cerca de ello). A principios de enero de 2021, las acciones de GameStop costaban apenas $17 dólares, pero al final de dicho mes, ya alcanzaban los $380. En la Bolsa de Valores de Nueva York, las acciones se revalorizaron hasta un 134% en apenas tres días.
Estos incrementos se lograron gracias a los pequeños inversores mencionados hace unas líneas. Dispararon el valor de la empresa, y algunos de ellos consiguieron varios miles de dólares. El rumor se corría como la pólvora entre los usuarios de Reddit: si invertían una ínfima cantidad en GameStop, su suerte podía cambiar de la noche a la mañana. Muchos de ellos utilizaron la aplicación Robinhood, que ofrece a sus usuarios la posibilidad de invertir en acciones que cotizan dentro de Wall Street. Incluso Elon Musk motivó a muchos desde sus redes sociales cuando se descubrió lo que sucedía. Desde las sombras, Keith Gill / Roaring Kitty era el instigador de todos los nuevos inversores, y al mismo tiempo, los ejecutivos de Wall Street sentían que todo podía complicarse.
El caso GameStop: Una lección para la élite financiera
Los más afectados fueron los grandes fondos de inversión en Wall Street. En el mercado de valores, hay dos maneras de ganar: operaciones en largo o en corto. Con las primeras, como ya mencionamos, si el inversionista cree que el precio de una acción va a subir, las compra para luego venderlas una vez que su valor aumente. En la segunda, es lo contrario: apostar a que una acción va a caer.
Sin entrar en muchos tecnicismos, este tipo de inversores toman “prestadas” acciones de las empresas para venderlas y luego comprarlas de vuelta. Si las acciones caen, el inversor se lleva esa diferencia entre el precio al que vendió los activos y el precio ahora menor que pagó para recuperarlos. Pero si suben, toca comprarlas más caras e igualmente existe una obligación de devolverlas a la compañía.
Con las finanzas que tenía GameStop, nadie jamás habría sospechado que irían a la alza. Así, cuando las acciones se dispararon, ya había muchos fondos del establishment que apostaron por el desplome de la empresa y habían vendido para operaciones con corto. Ahora, tenían que asumir las pérdidas millonarias al comprar esas acciones de vuelta. Ante el notorio caos de los pequeños inversores que provocaron todo, Robinhood cerró la posibilidad de que sus usuarios siguieran comprando acciones.
Irónicamente, el único que realmente se había beneficiado con toda esta operación era Keith Gill. Como él era accionista de GameStop desde mucho tiempo antes, su inversión de $53 mil dólares se llegó a valuar en $48 millones el 27 de enero de 2021. El caos originado por los pequeños inversionistas y sus ventas en corto causó que, en un día, los $48 millones se convirtieran en $33 millones. Aunque sus beneficios habían bajado, era evidente que él era el único beneficiado.
Así comenzó una demanda por parte de aquellos inversionistas motivados por Gill que se sintieron estafados. La querella contra el influencer lo señalaba de violar las leyes de valores, y de causar “enormes pérdidas” a todos aquellos que invirtieron. Hagens Berman Sobol Shapiro fue la firma encargada de llevar la demanda colectiva a los tribunales. En ella se aseguró que, inicialmente, Gill se presentó como un hombre con poco conocimiento del mundo financiero, cosa que se desmintió al demostrarse que poseía una licencia de analista financiero.
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Los afectados indicaron que Gill se hizo pasar por una especie de “Robin Hood”, y pintó a los especialistas en finanzas como los malos del cuento. También lo acusaron de usar las redes sociales para incitar un caos financiero y verse beneficiado a costa de los demás, emplear una conducta manipuladora, y de causar pérdidas a quienes compraron acciones en aras de mejorar su futuro.
Keith Gill se defendió argumentando que él nunca le pidió a nadie que comprar o vendiera acciones en su beneficio, aseguró que todos lo hicieron porque así lo decidieron. Señaló que muchos vieron la oportunidad de comprar acciones como una forma de vengarse de los capitalistas que comúnmente manejan o fundan este tipo de empresas.
Desde el escándalo con GameStop y Wall Street, Keith Gill ha mantenido un perfil bajo. Se sabe que ha invertido más en la compañía, y sigue confiando en que ésta se recuperará al 100%. Al parecer, vive en Massachusetts con su esposa y su hija pequeña. Contra todo pronóstico, GameStop sigue vigente en la actualidad. Aunque le costó recuperarse, pronto la compañía diversificó sus actividades. Sus más de 4 mil tiendas siguen operando, ya venden por internet, también distribuyen televisiones, armas de juguete, artefactos para gamers y otros coleccionables. Además, ha incursionado en el mundo de las criptomonedas y ha ahorrado sus costos mediante la reducción de su plantilla. Sigue con medidas austeras, pero ya no se ve en la necesidad de ponerse en venta. Ya no se encuentra en la necesidad de poner a prueba el poder de los centavos.
¿Dónde ver El poder los centavos?
El poder de los centavos ya está disponible en HBO Max.