ADVERTENCIA : La siguiente lista incluye spoilers de Game of Thrones
Hay quienes piensan que Game of Thrones podría extenderse algunos años más. Incluso hubo un tiempo en el que HBO apoyó esta idea, pero la producción encabezada por David Benioff y DB Weiss la desechó al considerar que esto podría atentar contra la calidad global de la historia. Esto porque el proyecto siempre ha tenido una construcción virtualmente perfecta que se ha reflejado en temporadas de altísima calidad.
Todas tienen momentos memorables que se ubicarían fácilmente entre lo mejor de toda la historia de la televisión y que van desde la infame ejecución de Ned Stark hasta la frágil alianza entre las mayores casas de Westeros contra la amenaza proveniente más allá del Muro y sin olvidarnos de la infame Boda Roja o el cruento asesinato de Jon Snow . A continuación el ranking de todas las temporadas de Game of Thrones .
Temporada 5
Tras cuatro temporadas de gran calidad, era fácil pensar que la historia seguiría mejorando con la introducción absoluta de Dorne y sus mortíferas víboras de arena. Lamentablemente la producción no estuvo a la altura de las expectativas, lo que resultó en la temporada más frágil de todas, ¿en qué falló? Un ritmo semilento en exceso, al grado que por momentos pareció como si HBO hubiera querido entorpecer la marcha con la esperanza de que George RR Martin terminara de escribir su sexto libro The Winds of Winter para emparejar nuevamente las acciones. Esto resultó en una Arya Stark que dedicó buena parte de su tiempo a fregar pisos; una Brienne que deambulaba por Westeros sin llegar a ningún lugar; unos Hijos de la Arpía que provocaban conflictos una y otra vez a Daenerys Targaryen; y unos dornienses que no aportaron realmente nada a la trama. A esto sumemos la infame violación de Sansa Stark que se mantiene como el momento más controvertido de toda la historia, al considerarse una brutalidad excesiva para una joven que ya había sufrido demasiado. El despegue de esta quinta temporada llegó casi al final de ésta, ¡y de qué manera! La batalla de Hardhome finalmente exhibió todo el poderío de los Caminantes, pero ni siquiera esto fue suficiente para una Guardia de la Noche que no perdonó la ayuda que Jon Snow brindó a los salvajes.
Temporada 2
Mientras la primera temporada se caracterizó por la cercanía establecida con las principales casas, la segunda presentó la espectacularidad visual que le ha caracterizado desde entonces mediante la exploración casi absoluta de la Guerra de los Cinco Reyes. Todos estos monarcas sucumbieron en distintos puntos de la serie, lo que ha provocado que el arco central sea recordado con indiferencia. Sin embargo, el conflicto sí que tuvo consecuencias directas en los Siete Reinos, siendo la evolución de Tyrion Lannister la más memorable de todas: el león era sólo un alcohólico adinerado, hasta que sus obligaciones como Mano del Rey demostraron su destreza y valor durante la Batalla del Aguasnegras. Más importante aún fue que esta segunda temporada trajo una exploración más completa de la magia con la introducción de Melisandre, cuyo parto oscuro se mantiene entre los momentos más perturbadores de toda la serie. La Roja ha seguido exhibiendo su poder desde entonces, siendo la resurrección de Jon Snow su mayor hazaña hasta ahora. Aunque claro, no todos los tintes fantásticos son tan bien recordados, ya que los sucesos en Qarth se extendieron demasiado en comparación con lo que influyeron.
Temporada 7
Quizá la temporada más adrenalínica hasta ahora, con episodios que se apoyaron de lleno en la acción y giros que buscaron acomodar las últimas piezas rumbo a la batalla final. Fue espectacular, pero no por ello la mejor, ya que tuvo un ritmo demasiado apresurado y que poco ahondó en la psicología de los personajes. No fue una decisión narrativa realmente grave en este punto de la historia, pero sí que marcó un rompimiento con lo hecho en temporadas anteriores y evidenció que la producción ya se alistaba para el cierre definitivo. Muchos la recordarán por la grandeza visual de “The Spoils of War” que enfrentó a Jaime Lannister y Daenerys Targaryen, o “Beyond the Wall” con Jon Snow intentando hacerse con una prueba de los Caminantes para unificar a los Siete Reinos, pero irónicamente su mayor impacto recayó en los pocos momentos más íntimos: el asesinato de Meñique que selló la reunión de la Casa Stark, la traición de Cersei Lannister contra la tregua y que marcó el rompimiento definitivo con Jaime y el encuentro definitivo entre Jon Snow y Daenerys Targaryen que parece destinado a regresar a los dragones al poder. Y como cliffhanger, la resurrección de un gélido Viserion que incrementará todavía más la peligrosidad de los Caminantes.
Temporada 1
La temporada que lo empezó todo. Su mayor logro fue sentar las bases de la compleja adaptación a la obra de Canción de hielo y fuego de George RR Martin con la introducción de las casas más importantes, sus principales integrantes y las numerosas tensiones que marcaron el inicio del conflicto. A esto sumemos la crudeza del tono, con una alta carga de sexualidad y violencia que nos dejó muy en claro que, a pesar de sus tintes fantásticos, Game of Thrones dista mucho de las aventuras medievales que tanto han caracterizado al género. De hecho, esta primera temporada sigue siendo recordada por las brutales aniquilaciones de guerreros que parecían destinados a más, como Viserys Targaryen, Khal Drogo y muy especialmente Eddard Stark, cuya ejecución se mantiene entre los puntos más importantes de toda la saga. Algunos podrían decir que sus valores de producción no tienen la calidad de los episodios más recientes, algo comprensible y fácilmente perdonable al ser de una trama mucho más sencilla que la vista en los últimos años. Además, esto es lo que menos importa, pues este arranque fue clave para la creación de uno de los mayores fenómenos televisivos de todos los tiempos y cuyo legado perdurará por siempre.
Temporada 8
La temporada final de Game of Thrones, que debía sellar su lugar entre las grandes joyas en la historia de la televisión, siempre será recordada por la enorme controversia que generó entre los aficionados. Un ritmo demasiado apresurado, errores en el desarrollo de personajes y un desenlace injusto para Daenerys Targaryen fueron algunos de los comentarios más recurrentes escuchados durante cada uno de los últimos episodios. Todas estas críticas son debatibles, pues “A Knight of the Seven Kingdoms” fue uno de los episodios más intimistas en toda la historia de la serie al mostrar a los defensores de Invernalia conviviendo previo al enfrentamiento contra los Caminantes. Arya, Tyrion, Jon… todos los personajes se mantuvieron fieles a su naturaleza, lo que también incluye a la Madre de Dragones, cuya infamia final podía atribuirse a sus antecedentes familiares e incluso rastrearse a su pasado con acciones previas muy controvertidas. A esto sumemos la espectacularidad visual, con dragones CGI verdaderamente perfectos, la brutalidad con que “The Bells” calcinó Desembarco del Rey y la grandeza de “The Long Night”, con una batalla de casi 80 minutos que se convirtió en el mayor conflicto bélico en toda la historia del cine y la televisión. Para terminar, el ascenso de Bran Stark, no por su popularidad, sino porque era la opción más sabia para garantizar la paz en un mundo harto de la violencia. Al final, pareciera que muchas de las críticas negativas contra la temporada final fueron porque cada uno de sus episodios se distanció cada vez más del final feliz que muchos esperaban, aun cuando la producción siempre dijo que el desenlace sería agridulce.
Temporada 4
La más psicológica de todas las temporadas, que se olvidó parcialmente de las grandes batallas para ahondar en conflictos narrativos mucho más íntimos y que complicaron todavía más las cosas en Westeros. En el lado del realismo, el suceso más importante fue el resquebrajamiento de la Casa Lannister tras el asesinato del Rey Joffrey Baratheon. Esto tuvo una reacción en cadena al provocar una injusta acusación directa contra Tyrion Lannister cuya autodefensa se mantiene entre los mejores momentos de toda la serie; un épico juicio por combate entre Oberyn Martell y la Montaña, que además de sangriento, refrescó las tensiones por la Rebelión de Robert Baratheon; finalmente, el asesinato de Tywin Lannister a manos de su despreciado hijo y que dejó unos leones sumamente mermados. No conforme con esto, el asesinato fue clave para el posterior encuentro de Tyrion y Daenerys Targaryen, así como el reencuentro de Sansa Stark y Petyr Baelish que llevó a la loba por un tortuoso camino. El lado mágico también fue beneficiado en esta cuarta temporada, pues la introducción del Cuervo de Tres Ojos empezó el mayor desarrollo de los Caminantes luego de una larguísima -quizá demasiado- odisea de Bran Stark por el territorio norteño. Fue así como, mientras la tercera temporada revirtió la situación de algunos personajes principales, la cuarta terminó de sellar el giro con una alteración absoluta de todo lo que creíamos.
Temporada 3
Las dos primeras temporadas fueron determinantes para establecer las bases de la historia y sembrar el fanatismo alrededor de Game of Thrones. Sin embargo, fue hasta la tercera temporada que la historia alcanzó su potencial narrativo más elevado con toda clase de sucesos que dejaron muy en claro que no nos encontrábamos ante una trama cualquiera, sino una donde la premisa de “todo es posible” parecía destinada a cumplirse al pie de la letra. Fue aquí cuando el arrogante Jaime Lannister empezó su camino a la redención tras establecer una improbable alianza con Brienne de Tarth, la cual se concretará en su reencuentro para la batalla final. Esta temporada también inició el romance entre Jon Snow e Ygritte, que resultó clave para la unión con los salvajes en la defensa contra los Caminantes. Y claro, el encuentro también introdujo la célebre frase “You know nothing, Jon Snow”. Tampoco nos olvidemos de Daenerys Targaryen, quien empezó su verdadera escalada con la incorporación de los Inmaculados y el amaestramiento de sus dragones bajo la brutal orden de dracarys. Finalmente, esta tercera temporada suele ser recordada por la Boda Roja que representó un durísimo golpe contra las aspiraciones de los lobos, ya que dejó una manada fragmentada y con pocas esperanzas ante sus traicioneros adversarios. Más allá del sufrimiento entre los aficionados de la Casa Stark, fue aquí cuando HBO nos convenció que ningún personaje tenía la vida asegurada. Desde entonces, es imposible disfrutar de la serie sin temer por la vida de nuestros personajes favoritos.
Temporada 6
Luego de una quinta temporada plagada de altibajos, la producción de Game of Thrones enmendó todos sus errores con una sexta que se caracterizó por sus grandes momentos dramáticos, la espectacularidad de sus batallas y más importante aún, por empezar la unificación de cabos en vísperas del cada vez más inminente desenlace. Esto incluyó la resurrección de Jon Snow que, aunque -admitámoslo- algo predecible, le permitió reencontrarse con Sansa Stark para luego alcanzar su momento más alto con Battle of the Bastards. El duelo trajo la muerte de Rickon Stark, pero al menos permitió la reunificación absoluta del Norte. Sí, esto también incluye la introducción de la popular Lyanna Mormont. Daenerys Targaryen tuvo un recorrido similar, que empezó con una alianza inesperada con Yara Greyjoy que facilitó su largamente postergado retorno a Westeros en busca de la corona. ¡El verdadero juego de tronos parecía listo para empezar! En el lado fantástico, la sexta temporada suele ser recordada por “The Door”, que además de la trágica muerte de Hodor, exhibió una peligrosa conexión entre Bran Stark y el Rey de la Noche que ha desatado incontables rumores sobre sus aparentes vínculos. El punto más bajo de la serie llegó nuevamente desde Dorne, con alteraciones demasiado radicales a su contraparte impresa y una salida abrupta tras no aportar realmente nada a la trama central. Ni siquiera este tropezón afectó una sexta temporada de verdadero ensueño.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.