Eventos cinematográficos que cambiaron al cine del siglo XXI
Estas películas y sucesos marcaron un antes y después en la cultura popular y la industria cinematográfica del siglo XXI.
Desde que los hermanos Lumiére inventaran el cinematógrafo hace más de un siglo, el camino que ha recorrido el séptimo arte se ha visto afectado por eventos que cambiaron la forma de ver o hacer películas. Y el cine del siglo XXI no ha sido la excepción.
A pesar de que este siglo todavía es relativamente joven, eso no ha impedido que existan eventos que marcaron un antes y un después en la industria de cine. Ya sea porque marcaron tendencia en la forma de construir historias, porque renovaron la tecnología utilizada para hacer cine, o porque crearon una vanguardia de estilos y propósitos que ha sido replicada por muchos otros filmes y cineastas.
Sin que la lista guarde necesariamente un orden de preferencia o importancia, a continuación conoce los 5 eventos cinematográficos que cambiaron al cine del siglo XXI.
The Dark Knight y el estilo de Christopher Nolan
La segunda película de la trilogía de Christopher Nolan sobre Batman fue uno de los eventos que marcaron un antes y un después para el cine del siglo XXI. Desde el punto de vista autoral y estilístico, este filme demostró que las historias extraídas de los cómics podían ser tratadas desde la lente del realismo y el discurso social. Después de ella, muchas otras se volcaron en replicar el mismo estilo. Cintas como la reciente Guasón (2019), de Todd Phillips, así como prácticamente todo el enfoque que intento el Universo Extendido de DC, son prueba de ello.
Por otro lado, la obstinación de Nolan por filmar grandes escenas de acción sin el uso efectos visuales digitales, así como de explotar al máximo el formato IMAX, impactó en muchos proyectos consecuentes del cine de acción. Ejemplo de esto fueron las últimas entregas de Misión Imposible, Mad Max: Furia en el camino y un sinnúmero de películas que utilizaron el formato a gran escala.
Para la industria, el fenómeno mediático causado por Batman: El caballero de la noche se reflejó en la expansión de la categoría de Mejor película en los Premios Óscar, luego de las críticas a las que se hizo acreedora la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas tras ignorar al filme de Nolan de la categoría reina.
Harry Potter y El señor de los anillos
Aunque ambas sagas causaron un impacto importante por sí mismas, se les ha unido en esta lista porque representan el gran regreso de las franquicias al cine. Desde Star Wars no había existido una saga cinematográfica que dominara la taquilla y se convirtiera en un fenómeno cultural como lo fue Harry Potter.
La historia del joven mago a través de ocho filmes es la segunda franquicia más exitosa de la historia del cine. Pero más allá de los números que pudiera generar, su importancia en este conteo deviene en la gran apertura que se le dio a la literatura juvenil y la incesante cantidad de adaptaciones que vinieron en adelante. Películas como Crepúsculo, Eragon, La brújula dorada y Las crónicas de Narnia son filmes que difícilmente existirían sin Harry Potter o El señor de los anillos.
La trilogía de Peter Jackson generó un impacto todavía más profundo, principalmente por su aceptación entre las ceremonias de premios. A la fecha, El retorno del rey es la única gran película de este siglo que ha ganado 11 premios Óscar de 11 candidaturas.
Por otro lado, Harry Potter también inició la moda de dividir los episodios concluyentes de las sagas en dos películas. Un fenómeno que fue utilizado por muchas otras sagas ya sea con fines narrativos o monetarios.
Universo Cinematográfico de Marvel
A pesar de que se podría decir que la saga X-Men de Fox y la trilogía de Spider-Man creada por Sam Raimi para Sony, son antecedentes a lo hecho por Marvel Studios, el impacto que Tony Stark y compañía generaron en la industria del cine fue mucho más significativo este siglo XXI
Aunque las escenas post créditos y las sagas no eran nada nuevo para el cine, fue gracias a Marvel que dichos recursos adquirieron una importancia narrativa y publicitaria mayúscula. A partir de Iron Man (2010), las escenas después de los créditos fueron más importantes y comenzaron a utilizarse en todo tipo de filmes.
Por otro lado, la creación de un universo cinematográfico, aunque tampoco era algo nuevo, dio resultados como nunca con Marvel y a partir de allí muchos otros estudios intentaron replicarlo de muchas formas. Se pueden buscar ejemplos en el intento de Universal con su universo de monstruos clásicos, Legendary cono el MonsterVerse, Sony con los spin-offs del Hombre Araña, o Warner y DC con los personajes de Liga de la justicia y su universo del terror que comenzó con El conjuro.
Alicia en el país de las maravillas y los live-actions
A pesar de que los resultados obtenidos por Tim Burton en su adaptación a la acción real del filme animado de Disney, Alicia en el país de las maravillas, puedan ser cuestionables en cuanto a calidad, para la taquilla y la recaudación económica del estudio no lo fueron tanto. Después del gran éxito comercial de la cinta, Disney de dio cuenta de que existía una brecha no explorada: revivir sus clásicos con personas de carne y hueso.
Aunque la aseveración “carne y hueso” puede no ser cierta después de cintas como El libro de la selva y El rey león, la realidad es que el retorno de los clásicos animados de Disney se convirtió en uno de los eventos para el cine y una moda que hasta la fecha continúa dando resultados.
Películas como Maléfica y su secuela, La bella y la bestia, La Cenicienta o La sirenita, son prueba de ello. Ésta moda fue aprovechada también por otros estudios como Warner con Pan y Universal con Blancanieves y el cazador, además de muchas otras.
Avatar y la tercera dimensión
Para la última película que se tiene registro de James Cameron se debió crear tecnología de vanguardia que permitiera que la tercera dimensión, un recurso que no era nuevo, alcanzara una calidad y realismo mucho más logrado que el existente hasta el momento.
Avatar significó un parteaguas tecnológico para la industria del cine en el siglo XXI por el uso de la filmación para la tercera dimensión, pero sobre todo porque a partir de entonces se descubrió que el formato ser podría usar también como un recurso narrativo que no muchos filmes supieron explotar en adelante.
Ante el inminente estreno de Avatar y la promesa del espectáculo visual, miles de salas en todo el mundo se renovaron y equiparon con la tecnología necesaria para la ola de películas en 3D que se aproximaban. Para lograr un efecto parecido a la película de Cameron, se recorrió un camino en donde hubo muchos tropiezos —Furia de Titanes (2010), Alicia en el país de las maravillas (2010)—, hasta que se llegó a resultados satisfactorios —La invención de Hugo Cabret (2011), Gravedad (2016)— que supieron aprovechar el formato.
Aún no se puede asegurar que el 3D se haya tratado de una moda pasajera, aunque es evidente que ya no se tiene la misma euforia por el formato que se tenía hace diez años.
Mención especial: Barbenheimer y The Eras Tour
La industria de la exhibición no ha vuelto a ser la misma tras la pandemia por COVID-19. Pero donde franquicias probadas fallaron para traer de regreso al público a los cines, dos novedosos fenómenos que nadie vio venir (al meno no de ésa forma) lo consiguieron.
Primero, el estreno de Barbie, de Greta Gerwig, y Oppenheimer, de Christopher Nolan. Ambas películas no podrían ser más distintas la una de la otra y habría sido exitosas por sí solas; por ello, abrir el mismo día en cartelera parecía un error. Al final no sólo no se canibalizaron, sino que su lanzamiento simultáneo terminó beneficiándoles en términos de exposición. Y es que el público está dispuesto a volver a las salas, pero con hambre de ver algo nuevo y formar parte de una experiencia.
En esa línea de ideas, Taylor Swift no quedó complacida con las ofertas de las distribuidoras de Hollywood y decidió negociar directamente con las exhibidoras para llevar su película concierto The Eras Tour a la pantalla grande. Ella misma tuvo el poder para negociar precios y horarios para una cinta que salvó un otoño gris para las cadenas. Una prueba más de que existe interés en la audiencia por estas alternativas de contenido y de que el viejo sistema no es necesario para volverlos un éxito.
Aún es temprano para saber si tendrán un impacto duradero en la industria del cine en el siglo XXI, pero el potencial está ahí.