Con tres encarnaciones diferentes en casi 20 años de historia cinematográfica, los aficionados aún debaten sobre cuál ha sido el mejor Spider-Man . Más allá de las diferentes opiniones, casi todos coinciden en que el interpretado por Tobey Maguire siempre merecerá una mención especial. No sólo por ser el primero, o por sus aportaciones al cine de superhéroes contemporáneo, sino por su abrupta/injusta culminación que nos dejó con una saga inconclusa, incluso a pesar de haber errores en películas de Spider-Man .
A pesar del estupendo trabajo de Sam Raimi , la trilogía tiene algunos errores fácticos y de continuidad que poco afectan a la historia, pero llaman la atención de los aficionados. Más importante aún es el fallo confesado por el propio realizador y que selló el destino arácnido para siempre.
A continuación los errores más graves en la primera trilogía de Spider-Man .
La cámara en el laboratorio (Spider-Man 2002)
La mordedura de la araña es una de las secuencias más emblemáticas en la trilogía de Raimi, por lo que resulta curioso que la producción cometiera un error tan básico como es el reflejo de una cámara. Luego de que el arácnido muerde a nuestro protagonista, este se retira para reunirse con el resto del grupo, pero la toma permanece en el mismo sitio y se centra en una pantalla que estaba justo atrás de él, y que muestra una cadena modificada de ADN. En este mismo monitor se aprecia claramente el reflejo del equipo técnico y no sólo eso, sino incluso la manera en que este se mueve y se acomoda para concretar la escena.
El ataque de Octopus y la mirada perdida de MJ (Spider-Man 2, 2004)
La secuela arácnida está plagada de momentos memorables, siendo el secuestro de Mary Jane uno de los más celebrados. Seguro lo recuerdan, pues además de espectacular, fue usado como base para la campaña promocional: Peter y MJ se encuentran en una cafetería para hablar sobre su situación sentimental, pero la conversación es interrumpida por el villano que les arroja un coche por la ventana. El primer error es que el ataque no tiene ninguna lógica, pues el villano desconoce los poderes del joven, al que necesita con vida para que lo conduzca hasta Spider-Man. ¿Cómo concluyó que un ataque letal, como arrojar un coche, sería una buena idea para llegar a su objetivo? Más famosa es la reacción de Mary Jane al ponerse de pie: Peter Parker mira al frente en espera de su adversario, los extras al fondo buscan a su alrededor para comprobar los daños, la joven está con la vista al frente igual que su amigo, hasta que algo llama su atención a un lado y no le quita la vista por varios segundos. A menos que fuera otro súper villano que iba pasando, no se nos ocurre qué podría haberla distraído de ese modo.
La telaraña flotante (Spider-Man 2, 2002)
Luego de una cruenta batalla final entre Spider-Man y Octopus, el héroe sale adelante al lograr que el perturbado científico desista de sus planes y hunda sus peligrosos experimentos junto con su persona. La ciudad ha sido salvada, pero no así los muelles que están casi completamente destruidos. Nada de esto parece afectar al arácnido, quien toma a Mary Jane entre sus brazos, arroja una telaraña y se balancea hacia un lugar seguro. Todo parece lógico, hasta que nos preguntamos dónde sujetó su telaraña. Las edificaciones y las grúas cercanas están completamente destruidas y en cualquier caso, nunca hubo ningún edificio cercano que justificara el lanzamiento vertical de una red. Parece que Sam Raimi nunca pensó en ello y sólo concluyó que sería mejor dejar esta duda en el público que ver al maltrecho héroe marchándose a pie del punto de las acciones.
El stunt rescatado (Spider-Man 2, 2004)
En una tarde de teatro, Peter Parker es brutalmente interrumpido por una persecución policial. El héroe duda en intervenir, ya que la obra a la que va es protagonizada por Mary Jane, pero finalmente sella su incursión con el espectacular rescate de un coche patrulla que es lanzado por los aires durante la batida. Es justo en el momento del accidente cuando la escena permite ver con gran claridad al stunt que conduce el vehículo, el cual resalta por su casco protector. Eso, o era un policía muy precavido…
La ventana irrompible (Spider-Man, 2002)
Quizá el error mejor conocido por todos tras el estreno de la cinta original. Mary Jane es seguida por un grupo de maleantes al interior de un callejón, pero Peter Parker se percata y acude tras ella para protegerla. Una vez ahí, el arácnido se enfrenta con los criminales y los inhabilita con destreza, arrojando a dos de ellos al interior de un edificio abandonado a través de las ventanas, cuyos cristales se rompen con el impacto. O al menos eso pensábamos, pues sólo unos instantes después, las acciones se centran en la fémina y nos permiten ver que ambas ventanas están intactas. El fallo resulta perdonable porque sólo unos segundos después, Sam Raimi nos regaló una de las escenas más icónicas del cine de superhéroes: el famoso beso invertido bajo la lluvia, entre nuestro héroe y su eterna enamorada.
La lámpara que se arregla por sí sola (Spider-Man 2002)
Peter Parker no sólo sufre una transformación dolorosa, sino también algo accidentada, ya que las primeras pruebas de su nueva telaraña natural –recordemos que no tenía lanzadores en esta saga– dejan todo un caos en su habitación. Una de las piezas más afectadas es su lámpara de noche, que es sujetada por la fina seda arácnida, arrojada por los aires y golpeada contra la pared hasta romperse en pedazos. ¡Seguro que a la tía May no le gustará esto! Aunque pensándolo bien, quizá ni siquiera se percate de ello, pues sólo unos instantes después la misma lámpara aparece en su sitio y sin un rasguño. ¿Será que la araña modificada que le mordió también tenía poderes reparadores?
El ambidiestro Spidey (Spider-Man, 2002)
Tobey Maguire hizo un estupendo papel de Spider-Man, pero ni siquiera este talento lo convertía en un buen dibujante. Por ello, la producción recurrió a Phil Jimenez, un reconocido artista en la industria del cómic, para bosquejar los trajes con los que Peter Parker planea incursionar en la lucha libre. Sí, su mano es la que aparece en pantalla. El problema radica en que el ilustrador es diestro, mientras que nuestro protagonista es zurdo. Aunque la producción se percató de ello en algunos momentos, hubo otros en los que no, dando como resultado una araña ambidiestra. Como dato curioso, resalta que Phil trabajaba para DC Comics al momento del rodaje, pero sólo unos años después terminaría ilustrando al mismísimo Spider-Man para Marvel Comics.
Batalla en ¿Cleveland? (Spider-Man 3, 2007)
Spider-Man es uno de los héroes más emblemáticos de Nueva York, el cual suele aprovechar los rascacielos de la gran manzana para columpiarse hasta las adversidades. Sam Raimi siempre fue consciente de este vínculo y lo enfatizó al mostrar algunas de las construcciones más emblemáticas de la ciudad en su trilogía. Por ello, resulta especialmente extraño que la producción de Spider-Man 3 no se percatara que The Terminal Tower, considerado uno de los edificios más emblemáticos de Cleveland, fuera claramente visible en el primer enfrentamiento entre Sandman y el arácnido. Parece improbable que no lo vieran durante el rodaje, por lo que quizá nadie lo reconoció y el equipo pensó que era sólo un edificio más que ayudaría a emular la arquitectura de la urbe de hierro.
Máscara regenerativa (Spider-Man 2, 2004)
La trilogía de Sam Raimi sufre toda clase de errores con la máscara arácnida, que se rompe y arregla aleatoriamente entre batallas. Quizás el más evidente de todos sucede tras la memorable secuencia del tren en Spider-Man 2, pues cuando el maltrecho héroe oculta su rostro ante la llegada de Octopus, la careta luce extremadamente sucia por un lado. El personaje es noqueado y llevado ante Harry Osborn, pero con una máscara completamente limpia y renovada. La experiencia nos dice que Peter nunca lleva máscaras de repuesto consigo y sólo nos queda suponer que Ock calmó sus ansias científicas para llevar a su prisionero a la tintorería y así entregarlo en óptimas condiciones.
El mayor error de Sam Raimi (Spider-Man 3, 2007)
Recapitular los errores de continuidad, geografía o del crew es sencillo, no así los que se originan en el corazón de la historia. Tal fue el caso de Sam Raimi, quien luego de dos entregas realmente memorables, cerró su trilogía con una de las películas más flojas en la historia del subgénero. ¿Por qué falló? En su momento, el cineasta declaró que “intenté que funcionara, pero realmente no creía en todos los personajes, algo que no pudo ocultarse de toda la gente que ama a Spider-Man. Si el director no ama algo, está mal de su parte que pretenda que otras personas lo amen”. Aunque no dice nombres, siempre se ha dicho que el creativo se refería a Venom, quien fuera incluido en la trama por presiones al interior del estudio. Al final, la película fracasó y marcó el abrupto desenlace de una historia que debía seguir adelante, pero al menos Sam Raimi la convirtió en una importante lección de humildad para los jóvenes cineastas.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.