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Películas y series que han reflejado la era de Donald Trump

03-11-2020, 8:15:11 AM Por:
Películas y series que han reflejado la era de Donald Trump

Desde los tradicionales sketches hasta las críticas más directas contra una era Trump que ha dado mucho de qué hablar.

El cine y la televisión son más que simple entretenimiento. También son un canal para analizar el contexto, con visiones directas o indirectas, pero siempre críticas a las distintas inquietudes sociopolíticas del mundo. Ambos formatos jugaron un papel importante durante la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría, Vietnam y el 9/11, por lo que a nadie debería sorprender que la fórmula se repita durante la controvertida era del actual presidente republicano. A continuación un recuento de las películas y series que mejor han reflejado el mandato de Donald Trump.

Saturday Night Live (Lorne Michaels, 1975)

El mítico late show nunca ha desaprovechado la oportunidad de mofarse de las altas esferas políticas, siendo Donald Trump objeto de continuas parodias escenificadas por un genial Alec Baldwin. De hecho, las burlas han provocado continuos dolores de cabeza en el mandatario, quien ha recurrido en continuas ocasiones a sus redes sociales para manifestar su descontento, asegurando [vía] que «es realmente increíble que programas como Saturday Night Live, no graciosos / sin talento, puedan pasar todo su tiempo golpeando a la misma persona (yo), una y otra vez, sin mencionar tanto al ‘otro lado’. Como un anuncio sin consecuencias”.

Lejos de intimidarse, Baldwin ha ironizado sobre los métodos del republicano, preguntándose [vía] “si un presidente en ejercicio exhortando a sus seguidores a que mi papel en una comedia de televisión me califica como enemigo del pueblo constituye una amenaza para mi seguridad y la de mi familia”. Será uno de los puntos más recordados de la era Trump por su labor hilarante, pero sumamente crítica, así como por la histórica confusión suscitada en un periódico dominicano que confundió la imitación del actor con el político. Cuando la realidad y la ficción cruzan caminos en primera plana.

House of Cards (Beau Willimon, 2013)

Donald Trump ha inspirado incontables películas y series. Más curioso es el caso de House of Cards, estrenada tres años antes del mandato republicano y rebasada por un gobierno altamente controvertido con el que se demostró –una vez más– que la realidad siempre supera a la ficción. Las similitudes entre ambos políticos se manifestaron en incontables momentos, siendo el encuentro con Vladimir Putin durante la cumbre del G20 celebrada 2017 el más sonado de todos al replicar casi al pie de la letra una escena transmitida en 2015. Estos paralelos atentaron directamente contra un show que nunca descifró la clave para superar a un líder tan polémico y que recibió su estocada final tras las acusaciones de acoso sexual enfrentadas por su protagonista Kevin Spacey. No fue la única ficción seriada que padeció una crisis creativa, pues los responsables de South Park suprimieron las mofas al presidente al percatarse [vía] que “nos estamos convirtiendo en: ‘sintonicen para ver lo que diremos sobre Trump’ […]. Nos estamos convirtiendo en CNN”.

American Horror Story: Cult (Brad Falchuk & Ryan Murphy, 2017)

Primera serie que aprovechó las elecciones presidenciales de 2016 como punto de partida para sus acciones y más importante aún, que abordó el destino de la unión americana bajo el régimen de Donald Trump. Ryan Murphy [vía] atribuyó esta concepción a que «nuestro sentimiento es que todo el mundo perdió la cabeza después de las elecciones […] y nadie realmente ha descubierto por ningún lado dónde poner esos sentimientos». Un concepto palpable en la historia de un joven que aprovecha el miedo para iniciar una espiral de violencia que le permita ascender dentro de la política y una mujer aquejada por múltiples fobias que terminará convirtiéndose en su mayor contrincante. Estas bases, aunadas a su potente carga simbólica, la convirtieron en la temporada más realista de American Horror Story y como tal, en una de las más perturbadoras en toda la historia de la popular antología.

The Handmaid’s Tale (Bruce Miller, 2017)

La novela escrita por Margaret Atwood fue publicada en 1985, es decir, más de 30 años antes del mandato del republicano, lo que no impidió que las bases narrativas y simbólicas de su adaptación la convirtieran en una serie imprescindible durante la era Trump. La evidente misoginia de un gobernante convencido que [vía] “cuando eres una estrella […] puedes hacer cualquier cosa. Tomarlas por el coño. Puedes hacer cualquier cosa”, plasmada en una historia donde las mujeres han perdido sus derechos y sólo son aprovechadas como canal de reproducción. A esto se suma el reflejo de distintas crisis sociopolíticas como el peligroso incremento del populismo conservador, los problemas que aquejan en las fronteras y la fuerte opresión padecida por la comunidad LGBTQ+. Un mundo distópico que se torna inquietante por lo cerca que parece de volverse realidad y que ha convertido a The Handmaid’s Tale en una visión preventiva de lo que podría suceder de continuar por este mismo camino.

Paddington 2 (Dir. Paul King, 2017)

Si Paddington 2 figuró entre las mejores películas de su año no fue sólo por su simpático protagonista, sino por la manera en que lo aprovechó para mostrar un mundo cuyas divisiones bien pueden ser sanadas con bondad y optimismo. Su naturaleza británica le llevó a ser considerada la película definitiva contra el Brexit, pero sus críticas a la xenofobia que aqueja al mundo entero permitieron que su mensaje fuera adoptado por numerosos países, siendo Estados Unidos uno de los casos más destacados. Esto por la identificación con un villano que no duda en arrollar a todo el que se cruce en su camino para cumplir sus deseos enfermizos de fama y poder. Más que simplemente idealista, una cinta curativa y gratificante con la que se demuestra que las historias felices pueden trascender más allá del escapismo ante los horrores que dominan la realidad.

Mindhunter (Joe Penhall, 2017)

Mindhunter es una brillante adaptación del estudio realizado por el FBI para entender el accionar de los asesinos seriales. No conforme con ello, la naturaleza de su historia ha permitido una perturbadora deconstrucción de los distintos problemas que han aquejado a los Estados Unidos en un paralelismo con la era Trump. Una sociedad resquebrajada desde sus cimientos, con una creciente ola de violencia contra las mujeres y los afroamericanos, plasmada en una serie de crímenes que no siempre fueron resueltos. Esto último, aunado a los polémicos métodos empleados por Holden Ford (Jonathan Groff) que resultan en una investigación interna, es vital para mostrar instituciones incapaces, endebles y sumamente cuestionables en sus métodos, en una importante similitud suscitada con el buró contemporáneo durante las investigaciones por la presunta intervención rusa durante las elecciones norteamericanas del 2016. Mención aparte para la durísima alusión al mandatario, con los protagonistas preguntándose si un psicópata sería capaz de llegar a la Casa Blanca.

The Post: Los oscuros secretos del Pentágono (Dir. Steven Spielberg, 2017)

No es coincidencia que algunas de las mejores películas periodísticas hayan estrenado en los momentos de mayor crisis sociopolítica. Pasó con Todos los hombres del presidente (1976) y ahora la historia se repite con The Post: Los oscuros secretos del Pentágono que muestra el enfrentamiento entre The Washington Post y el gobierno de Richard Nixon ante las irregularidades vistas en la Guerra de Vietnam. Un homenaje al periodismo en una época especialmente sensible para la labor periodística en una era Trump marcada por las acusaciones del mandatario contra las llamadas fake news y que alcanza su punto más alto con un tercer acto que ambiciona la reivindicación absoluta de los medios noticiosos en tiempos de gran necesidad.

Star Wars: Los últimos Jedi (Dir. Rian Johnson, 2017)

En su momento, Star Wars: La venganza de los Sith (2005) aprovechó su oscura trama para crear paralelismos con la era Bush, reflejada en el ascenso definitivo del Imperio y con la mítica frase “así es como muere la libertad, con un estruendoso aplauso». Casi 15 años después, Rian Johnson rescató la fórmula en la era Trump con Los últimos Jedi que presentó una galaxia desesperanzada, pero sobre todo desunida ante el creciente dominio del mal plasmada en una Primera Orden cuyos tintes fascistas fueron equiparados hasta el cansancio con el gobierno del republicano. Pero si algo nos ha enseñado la saga es que siempre hay una nueva esperanza, en este caso plasmada en una modesta pero incansable resistencia que no cesa en su lucha, pero sobre todo en el reclutamiento de nuevos aliados en busca de libertad, creado con intensidad en el chico de Canto Bight que hace gala de la Fuerza. Un reflejo de la América liberal que se ha manifestado duramente contra su mandatario, pero que tristemente se perdió en las incesantes críticas de los fanáticos.

Un lugar en silencio (Dir. John Krasinski, 2018)

Si el cine de terror ha sobresalido en los últimos años es en buena parte por su capacidad para capturar los miedos de un siglo XXI altamente turbulento. Los atentados del 9/11 y la Guerra contra el terror sentaron las bases, mientras que la presidencia de Donald Trump continuó la tendencia al ser fuente de inspiración para numerosos títulos, siendo Un lugar en silencio uno de los mejores ejemplos. La historia se desarrolla en un mundo condenado al mutismo ante la amenaza de una feroz especie que guía sus ataques por el sonido, en una oscura metáfora de un mandatario obsesionado con silenciar a sus numerosos detractores. Una práctica que se tornó especialmente evidente en los continuos ataques contra la prensa, desprestigiada hasta el cansancio con la etiqueta de fake news.

El infiltrado del KkKlan (Dir. Spike Lee, 2018)

La era Trump se ha caracterizado por su exaltación a la xenofobia, pero también del racismo al interior de la unión americana. Esto ha provocado que la mirada crítica de los distintos cineastas que han dedicado su carrera a la lucha contra estos prejuicios se torne más que necesaria, siendo Spike Lee uno de los casos más destacados. El afroamericano, que parecía bajar la voz durante el mandato de Barack Obama, la alza nuevamente por todo lo alto con El infiltrado del KkKlan, una ingeniosa comedia negra que muestra una infiltración al Ku Klux Klan orquestada por un policía de color y ejecutada por su compañero judío. Las mofas al supremacista David Duke (Topher Grace) son exquisitas, pero sus similitudes con Donald Trump resultan en un doloroso reflejo de una crisis que lejos de desvanecerse, parece intensificarse con un líder cuya ira disfrazada de carisma fue clave para desatar la marcha ultraderechista Unite the Right de Charlottesville en 2017. Trascendió por su nominación al Oscar a Mejor película y director, así como por su estatuilla a Mejor guion adaptado, pero sobre todo por la potencia de su mensaje que le ascendió entre las obras más destacadas del realizador.

Chernobyl (Craig Mazin, 2019)

“¿Cuál es el costo de las mentiras?”, se pregunta el funcionario Valery Legasov (Jared Harris) en el potente arranque de Chernobyl. “No es que las confundamos con la verdad. El peligro real es que, si escuchamos suficientes mentiras, entonces ya no reconocemos la verdad en absoluto”. En el papel, la que es considerada una de las mejores miniseries en toda la historia de HBO parece un ataque directo contra la administración rusa, al grado que las autoridades del país euroasiático señalaron su poca objetividad y comenzaron el desarrollo inmediato de una versión que plasmara su propia visión de los hechos, cuando que realmente aprovecha la catástrofe nuclear para señalar los engaños desde las distintas esferas de poder en el mundo. Tal ha sido el caso de Donald Trump, cuyo errático accionar durante la crisis del COVID-19 ha sido duramente señalado por la prensa, siendo el artículo de The New York Times titulado Trump’s Chernobyl el mejor ejemplo al asegurar que “los estadounidenses amenazados por el brote, como el pueblo soviético en 1986 […], no se dejarán engañar por mucho tiempo cuando sus vidas se vean amenazadas”.

Guasón (Dir. Todd Phillips, 2019)

La popularidad de Joker y el talento de Joaquin Phoenix dieron una de las mejores adaptaciones de comics de todos los tiempos, pero también una de las más brutales alusiones a la unión americana bajo el régimen de Donald Trump. Una sociedad cuya franca decadencia resulta en el ascenso de un falso líder cuya locura y violencia garantizan la victoria del caos absoluto en un mundo resquebrajado por sus propias diferencias. Su gran diferenciación con otras cintas del subgénero radica en la ausencia de un superhéroe que ponga todo en orden, siendo este el símbolo definitivo de una sociedad que ha perdido toda esperanza de salvación. Fue duramente juzgada por su presunta glorificación de la violencia, cuando lo cierto es que sólo es un inquietante reflejo de su contexto.

Years and Years (Russell T. Davies, 2019)

A diferencia de muchos otros proyectos que se han limitado a plasmar una visión simbólica del controvertido mandatario estadounidense, Years and Years no vaciló en mostrar una perturbadora situación hipotética en torno a un potencial segundo mandato: una guerra comercial con China que desemboca en un ataque nuclear ordenado por el propio Trump. En el papel, las consecuencias parecen mínimas en una historia que, tal y como la vida misma, se mantiene en continuo avance. La realidad es que el suceso detona el ascenso definitivo del populismo ultraconservador plasmado en la figura de una carismática Vivienne Rook, interpretada por una brillante Emma Thompson. Más dramático es que, a diferencia de muchos otros títulos que capturan la clase política desde una perspectiva netamente gubernamental, la miniserie británica se adentra en la vida de una familia polarizada por sus opiniones, lo que convierte a los mandatarios en seres casi inalcanzables cuya visceralidad guía el destino de una insignificante humanidad.

The Comey Rule (Billy Ray, 2020)

Donald Trump ha sido personificado hasta el cansancio desde la comedia, pero no así desde el drama, siendo The Comey Rule el exponente más destacado. Una miniserie en dos partes con un Brendan Gleeson brillantemente caracterizado como el demócrata, quien lejos de fungir como protagonista de la historia, es mero objeto de análisis desde la perspectiva del entonces director del FBI, James Comey, quien atestigua los polémicos métodos del candidato durante la campaña contra Hillary Clinton y la polémica suscitada por el apoyo proveniente desde Rusia. Pretendía ser la crítica definitiva contra el mandatario a unas semanas de las elecciones de 2020, pero sus mensajes se difuminaron por el tratamiento arquetípico de sus personajes principales: un hombre obsesionado con hacer justicia ante un villano dispuesto a todo por conservar el poder. Aun así, es un buen reflejo de la fragilidad de las instituciones y una pieza histórica al tratarse de la primera gran crítica directa desde la industria del entretenimiento contra el polémico gobernante.

Borat 2 Subsequent Moviefilm (Dir. Jason Woliner, 2020)

Sacha Baron Cohen se ha convertido en uno de los mayores dolores de cabeza del Partido Republicano, con un Borat que criticó duramente la administración de George W. Bush y que ahora regresa para hacer lo propio con Donald Trump. Sus mofas no se limitan a los políticos, sino que se extienden a la sociedad responsable de llevarlos al poder, convirtiéndose así en un divertido, pero tortuoso cuestionamiento a los habitantes de la primera potencia mundial. Su estreno en la víspera de la elección 2020 le convirtió en un auténtico fenómeno, mientras que su imitación del primer mandatario en plena conferencia del vicepresidente Mike Pence ha generado revuelo mundial por su irreverencia, pero sobre todo por su osadía. El filme no ha pasado desapercibido para Trump, quien lo acusó [vía] de ser “un farsante” y “un gusano”. Estas palabras no han ofendido al comediante, tras asegurar [vía] que “¡agradezco la publicidad gratuita de Borat! Lo admito, tampoco te encuentro gracioso. Sin embargo, el mundo entero se ríe de ti”.

autor Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.
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