Creed 3: Michael B. Jordan enfrenta el round más importante de su carrera sin Sylvester Stallone
Michael B. Jordan nos habla de los retos de dirigir su primera película y de hacerse responsable de un gran legado cinematográfico.
Michael B. Jordan ha recorrido un camino muy grande en el ámbito fílmico estadounidense. Desde que inició su carrera como actor en 1999, en la serie Los Soprano, ha sabido elegir muy bien sus proyectos. Precisamente gracias a esas elecciones conoció a Ryan Coogler, realizador que lo invitó a protagonizar la galardonada cinta independiente Estación Fruitvale (2013) y dos años después le ofreció otro de los papeles que cambiaría su vida para siempre: el de Adonis, un joven boxeador que, por vocación, decide dedicarse de lleno al mundo del pugilismo para seguir los pasos de su fallecido padre, el mítico Apollo Creed.
Creed (2015), como muy apropiadamente se supo llamar la película, fue un éxito con la crítica especializada, en especial por la actuación del estelar, y porque la producción tuvo a bien rescatar a un personaje esencial para el género deportivo. Hace 8 años, Rocky Balboa (Sylvester Stallone) volvió para ser el mentor del hijo de su rival e inseparable amigo.
Hoy, la historia de Adonis es completamente diferente. Después de una segunda parte igual de exitosa, llega a salas Creed 3, cinta que continúa el viaje del peleador y que, además, le da a Jordan una oportunidad única: la de ponerse en la silla del director. Tres cintas después, se puede decir que Adonis tiene toda la experiencia requerida para enfrentar a un aterrador adversario que pondrá su vida de cabeza haciéndolo revivir su pasado. Lo interesante es que, fuera de la ficción, el intérprete convertido en cineasta también enfrentó retos importantes. Ahora, se hace cargo de un legado que se ha forjado por décadas, pero además le agrega elementos nuevos a la fórmula. Por si esto fuera poco, es la primera vez que Rocky no aparecerá en una entrega de la franquicia que él inició.
Platicamos con Michael B Jordan sobre Creed 3. Así es como el actor logró mantenerse en pie durante el round más importante de su carrera.
Encuentro una dualidad muy curiosa porque, en la ficción, Adonis Creed es un peleador con mucha experiencia, pero esta es la primera vez que tú diriges una película. ¿Qué tomaste de la experiencia de Adonis para crear tu primer proyecto como director?
Creo que me remonté a los inicios de Adonis, de ser inexperto y joven, cuando aún tenía brillo en los ojos y era ingenuo, crédulo y ambicioso. Tuve la oportunidad de contar un poco de la historia de origen de Adonis en esta entrega, lo cual pienso que fue muy divertido de hacer. Todas esas cosas definitivamente están ligadas con mi inexperiencia de director primerizo.
En la conferencia de prensa de la película dijiste que un elemento importante de la producción es la accesibilidad, no sólo para la comunidad con sordera, al incorporar lenguaje de señas, sino para que todas las personas con discapacidad puedan ver la película. ¿Cómo te las arreglaste para insertar el elemento de la accesibilidad en la narrativa del viaje de Adonis?
Era muy importante empezar desde el principio. Honestamente, creo que en realidad fue desde la concepción del guion, ¿sabes? Tenemos a Bianca (Tessa Thompson), de la primera película, quien tiene una discapacidad auditiva y en la segunda película tiene una hija que es sorda.
En la tercera película, eso es parte de nuestra historia y nuestra familia. Entonces, hay que ser considerados e inclusivos siempre que podamos. Y en cada oportunidad que tuvimos nos aseguramos de hacer una versión accesible para todos. Era muy importante para nosotros.
Esta película es una gran oportunidad para representar el deporte del boxeo en México. ¿Cómo fue tu experiencia trabajando, por ejemplo, con Saúl “Canelo” Álvarez? ¿Puedes hablarnos más de eso?
Fue una increíble experiencia con “Canelo” y José Benavidez, quien interpreta a Félix Chávez en la película. Escucha: las comunidades latinas e hispanas son boxeo. Existen tantos boxeadores hispanos legendarios con peleas legendarias, y en el mundo de las películas no hay representación de boxeadores mexicanos o hispanos.
La película cuenta una historia que muestra personajes que no se habían visto antes realmente, pero que tienen una enorme presencia en el mundo real del boxeo. Para mí, nunca ha tenido sentido [que no se haya hecho antes]. Entonces me quería asegurar de tener esa representación ahí. Sé lo grande que es la representación, sé lo importante que es verse a uno mismo en la pantalla, así que tener eso era muy importante.
Como director, ¿cómo lidias con los sentimientos de trabajar en una franquicia “de legado” que al mismo tiempo cuenta tu propia historia, de tu propio personaje? ¿Cómo mezclas los elementos de una franquicia de legado y de una historia separada?
¡Esa es una gran pregunta! ¡Sí! Creo que fue difícil transitar esa delgada línea, porque… Míralo de esta forma: cuando estás en una franquicia de legado tienes un contrato invisible con la audiencia. Tienen expectativas. Ya nos compraron lo que les dimos una y otra vez. Mi experiencia personal —y estas son las cosas que quiero infusionar en esta película, en estos personajes y en estas historias— es que debo encontrar un balance entre los impulsos creativos y artísticos de las oportunidades que estoy tomando, pero también entregar las cosas que la gente espera y quiere de una película como esta.
Esa fue la parte divertida y retadora de esta película: satisfacer mis dos lados. Tengo que satisfacer mi lado de director y mi lado de actor. Tengo que satisfacer mi lado comercial y mi lado de cine independiente. Ese fue uno de los retos de hacer ambas cosas, pero espero que después de ver las escenas se pueda notar lo que logramos.
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En la película hay nuevos personajes, pero también hay personajes que ya han aparecido en entregas anteriores de la franquicia. ¿Cómo fue tu experiencia al trabajar de nuevo con los personajes de Bianca (Tessa Thompson) y Viktor Drago (Florian Munteanu)?
Fue genial volver a interpretar a Adonis, fue algo con lo que estaba familiarizado. Y también fue divertido ver a Bianca, ver dónde se encuentran Adonis y Bianca en su matrimonio y en su vida familiar. Lo que es diferente y lo que es igual. Interpretar eso fue divertido.
Adonis y Viktor Drago son muy diferentes a como los recordamos en Creed 2. Creo que verlos en un lugar de su relación y de su vida fue algo muy divertido.
Adonis ahora es padre. Tiene una hija que criar y aún está aprendiendo y cometiendo errores, y creo que hay mucha diversión ahí, al verlo hacer cosas por primera vez con su hija. Es increíble ver eso también.
En esta película, él está revisitando sus relaciones más longevas e importantes, pero también está creando nuevas relaciones mientras avanza en su camino. Es muy entretenido verlo hacer ambas cosas.
¿Cómo fue para ti como actor despedir la presencia de Sylvester Stallone en el set? ¿Y para Adonis, como personaje, cómo es estar sin la presencia de Rocky para su próxima pelea?
Lo curioso es que, como yo lo veo, Rocky siempre va a estar presente. Desde el principio hasta ahora, siempre estará a mi alrededor con sus Rocky-ismos, su presencia y el legado que creó. Siempre estará alrededor de esta franquicia. Creo que él me dio una sensación de orgullo para continuar con este legado y hacer que Adonis se sostenga por sí mismo y se sumerja en la vida con su familia.
Hay que seguir a nuestro héroe a lo largo de esta película. Es nuestro campeón improbable. Eso me hizo inclinarme hacía, y duplicar, todas las cosas que sentí que Adonis tenía que pasar y experimentar para que realmente se sintiera como que esta es su franquicia, esta es su película, su vida y su mundo. Sí, era muy, muy importante hacer eso.
Las películas deportivas dan mucho espacio para jugar con elementos dramáticos y pueden ser muy vistosas y grandes, muy teatrales en muchas escenas. ¿Tuviste miedo de sumergirte en el género deportivo para tu primera película como director, o fue algo natural para ti?
Fue natural. Pero que haya sido natural no significa que no tuviera miedo [ríe]. ¿Sabes a lo que me refiero? Y, digo, no es que estuviera asustado, sino más bien ansioso. Tenía el nerviosismo que me provoca hacer lo que amo hacer. Ya sabes, cuando haces algo que te divierte, pero sales un poco de tu zona de confort y te sientes incómodo, es cuando siento que haces tu mejor trabajo. Yo quería retarme como nunca lo había hecho antes, y este era un reto que no estaba seguro si sería capaz de superar de la forma en que lo hice. Es ahí donde me siento vivo. Siento que estoy viviendo al máximo cuando estoy un poco incómodo y cuando estoy haciendo algo de lo que no estoy completamente seguro.
Pero más allá de eso, hay que buscar trabajar duro, apoyarse en las cosas que te llevaron hasta ahí: la disciplina, la ética laboral, escuchar a las personas, hacer preguntas. Ya sabes, tu disposición para aprender. Esas fueron las cosas en las que intenté apoyarme mientras vivía esta experiencia por primera vez.
¿Quieres seguir dirigiendo? ¿Qué sigue para ti en el aspecto directoral? Y, ¿con qué te quedas, si es que te quedas con algo de este primer esfuerzo, para aplicar en tus futuros proyectos?
Bueno, te diré esto: tengo el gusanito de la curiosidad, entonces, definitivamente voy a dirigir otra vez. Me la pasé muy bien haciendo esto y no puedo esperar para dirigir otra vez, así que definitivamente vas a ver algo mío en el futuro. ¿Qué me llevo de lo que aprendí que pueda aplicar? Creo que la preparación. La preparación es tan importante para hacer una película, y creo que la próxima vez que me prepare tendré un mejor proceso para poder tomar aún más riesgos en el camino.