El camino de Xico – Crítica de la película

La película El camino de Xico comienza en un pequeño poblado mexicano, donde la pequeña Capi (Verónica Alva) emprenderá una aventura para salvar a su comunidad y al entorno natural de la voraz rapiña de un poderoso corporativo. La niña será acompañada por su mascota Xico (Pablo Gama) y su amigo Gus (Luis Ángel Jaramillo).

Ánima Estudios reafirma su añejo compromiso por retratar, revalorar y reinventar diversos aspectos de la identidad mexicana, como parte de su narrativa audiovisual. En esta ocasión, el estudio pone en el centro de la historia a un perro xoloitzcuintle, un canino originario de México, y lo dota de aspectos mágicos que retoman tradiciones prehispánicas. Xico es simultáneamente un enternecedor cachorro y un enlace hacia un misticismo ancestral.

La anécdota servirá para contrastar la plácida vida de un encantador pueblito y el especial vínculo que mantiene con la naturaleza, con la
explotación descontrolada e irresponsable de los recursos naturales por parte de una empresa. Si bien la película El camino de Xico nos presenta este enfrentamiento de tal forma que rescata elementos de leyendas prehispánicas y desde una perspectiva local, el mensaje básico y el llamado a la concientización es universal. Y no particularmente inédito.

El conflicto lo hemos visto en otras cintas. De entre ellas podemos recordar el largometraje animado Pocahontas (1995) de Mike Gabriel y Eric Goldberg y Avatar (2009) de James Cameron. Aún cuando uno de los filmes parte de un personaje histórico y el otro se remite a la ciencia ficción, los tintes, referentes y parábolas son similares. La explotación del medio ambiente, la avidez por las riquezas económicas, la relevancia de la tradición y la conexión con la tierra.

Todo esto lo encontramos aquí también. Inclusive, las tres películas coinciden en presentar la analogía de un gran árbol como personificación de la naturaleza, la sabiduría de las personas de la tercera edad y la trascendencia de la espiritualidad, entre muchos otros detalles. Y esto de ninguna manera se expone como reproche. Por el contrario, cada proyecto cuenta con su propia personalidad y el mensaje es más pertinente que nunca.

Los creadores de la película El camino de Xico lo exponen con una identidad que refiere no solamente al xoloitzcuintle, sino a otros animales de nuestra geografía. Y lo construyen con voces de una nutrida diversidad que van de Verónica Castro a Enrique Guzmán, o del Hijo del Santo a Elena Poniatowska. Y musicalmente, lo mismo encontraremos a Lila Downs, Paulina Rubio y a Alex Lora, con su divertido tlacuache que logra discernir la peculiaridad de algunas piedras. Ya saben, de esas que rodando se encuentran.

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Charlie Del Río Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.