El asesino: Final explicado por David Fincher
¿Un final anticlimático?
El director David Fincher y el guionista Andrew Kevin Walker unieron fuerzas después por primera vez en casi tres décadas —desde Se7en: Los siete pecados capitales (1995), para ser precisos— con una adaptación cinematográfica de la novela gráfica francesa Le Tueur, de Alexis Nolent. Para sorpresa de nadie, el resultado ha sido objeto de elogios por parte de la prensa especializada y los cinéfilos. El desenlace, si embargo, se siente anticlimático. ¿Por qué el largometraje termina de esa forma? A continuación, te presentamos el final explicado de El asesino (The Killer) en palabras de David Fincher.
En este thriller, Michael Fassbender interpreta a un sicario anónimo quien, a pesar de sus rígidas reglas autoimpuestas y mentalidad enfocada como láser, arruina un trabajo en París al comienzo de la cinta. Eso tiene consecuencias inmediatas y brutales en su vida privada: un allanamiento en su casa remota en República Dominicana, que deja a su novia Magdala (Sophie Charlotte) hospitalizada de gravedad. Durante el resto del largometraje, vemos la ejecución de su venganza con alcances internacionales.
El final explicado de El asesino, de David Fincher
Sin embargo, la misión no termina como cabría esperar. Después de que el personaje de Fassbender localice y elimine metódicamente a cualquiera que haya jugado un papel en las lesiones de su novia, llegamos con el jefe final: Claybourne (Arliss Howard), alias “El Cliente”. El multimillonario que ordenó el trabajo original y, presuntamente, pidió el ataque contra el Asesino por fallar. Pero ése no fue el caso.
Tras infiltrase en su departamento a medianoche, el Asesino confronta a un Claybourne patético y aterrorizado. Él le confiesa que era la primera vez que contrataba a un sicario. Y, en realidad, fue Hodges, el abogado (Charles Parnell), quien sugirió la represalia como un “seguro”. Pero Claybourne tampoco parece comprender —o tenía intención de saber— lo que eso significaba exactamente. El Cliente sólo pagó la suma extra para “borrar el rastro” y se olvidó de todo el asunto. Ni siquiera comprende quién es exactamente la persona delante de él o por qué le está haciendo esta escalofriante visita.
El Asesino digiere toda esa información y toma una decisión: dejará ir a Claybourne sin un solo rasguño. Pero si el Cliente decide meterse nuevamente con él, ahora sí sufrirá una muerte espantosa. Luego de toda la sangre derramada, ¿por qué permitir que su objetivo principal quede impune?
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Para el director David Fincher, la respuesta es sencilla: pragmatismo. Claybourne no es una amenaza en ningún sentido para el Asesino. A diferencia del resto de víctimas que dejó en su camino por retribución, no hay un riesgo inminente si decide perdonarle la vida.
“[Claybourne] es la única persona que no tiene idea de dónde vive [el Asesino]”, explica el cineasta en entrevista con GQ. “Cuando finalmente se encuentra con [Claybourne], aunque este tipo probablemente esté involucrado en ocho o diez cosas increíblemente nefastas, no es el titiritero, simplemente lo está financiando. Mira, [Claybourne] fue una verdadera manzana de discordia con todos, quienes le decían, ‘Oh, ¿por qué no vamos a arreglar esta venganza?’ Pero en realidad no llega a un nivel como para tener que ocuparse de él”.
Al final, el Asesino ya había liquidado para es punto a cualquiera que estuviese involucrado con el ataque a su novia —y a cualquier testigo externo—. Asimismo, como él menciona en otro punto de la cinta, la justicia se vuelve más rápida y eficaz dependiendo de la fortuna de la víctima. ¿Es indispensable entonces acabar con Claybourne?
“[El Asesino] está parado frente a este tipo con su camiseta de Sub Pop y piensa: ‘¿Eres una amenaza para mí? No pareces una amenaza. Parece que podrías contratar a alguien que podría ser una amenaza para mí, pero también parece que eres fácilmente persuasible’”, añade Fincher.
El epílogo muestra al Asesino de vuelta en casa en República Dominicana, relajándose con Magdala y aparentemente fuera del negocio. Ahora, se ha convertido en “uno de los muchos”.
El asesino, de David Fincher, está disponible en Netflix.
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