Black Adam – Crítica de la película y dónde ver
Black Adam es un espectáculo visual absoluto, pero con un desarrollo endeble, en donde el compromiso de Dwayne Johnson funge como motor de la película.
Ya desde el lejano año de 2007, corrían los primeros rumores acerca de una futura película de DC protagonizada por Dwayne Johnson. Se hablaba de que «La Roca» podría dar vida al superhéroe Shazam, o a su némesis, Black Adam. Incluso en algún punto se llegó a pensar que interpretaría a ambos. El tiempo pasó y todo quedó en el aire. Ningún proyecto se concretó en aquel momento.
Más adelante, en 2014 –y frente al incuestionable éxito de Marvel–, Warner Bros. comenzó a planificar un universo cinematográfico de DC. El hombre de acero, que en ese entonces tenía unos cuantos meses de haberse estrenado, sería la cinta inaugural de este universo. Fue en ese momento cuando Warner decidió darle un segundo vistazo a ideas desechadas en el pasado. En ese instante, Johnson volvió a tener conversaciones con DC y anunció, semanas después y de manera oficial, que él daría vida a Black Adam.
¿Por qué es importante hablar de la cantidad de años que Black Adam estuvo en lista de espera? Porque esto demuestra que es un largometraje que estuvo gestándose por casi dos décadas. No se trata de una producción improvisada. El mismo Dwayne Johnson, quien nunca abandonó el proyecto, afirma que este es el trabajo más importante de su carrera. Con todo esto en mente, ¿valieron la pena tantos años de espera?
Hablar del Universo Extendido de DC (DCEU) es algo complicado. «Inconsistente» sería la palabra ideal para describirlo. Mientras que cintas como Mujer Maravilla (2017), Aquaman (2018), ¡Shazam! (2019) y El escuadrón suicida (2021) han sido ampliamente elogiadas, filmes como Batman vs Superman (2016), Escuadrón suicida (2016), La liga de la justicia (2017) y Mujer Maravilla 1984 (2020) no han corrido con la misma suerte.
Black Adam ha sido vendida como la película que marcará un nuevo inicio para DC. Y de cierta manera lo cumple, pero tomando en cuenta que se trata de una producción con una década y media de planeación, es una realidad que se queda muy corta al momento de evaluar lo innovadora y revolucionaria que puede llegar a ser.
No es ningún secreto que hoy Warner Bros. busca alejarse, narrativa y visualmente, de los matices oscuros que Zack Snyder había impuesto en las primeras producciones del DCEU. Esto con el objetivo de alcanzar a un público más amplio. Y uno donde, por cierto, los niños sí tengan cabida. En pocas palabras, Warner busca utilizar la fórmula que tanto le ha funcionado a Marvel Studios: ahora el humor y los colores son bienvenidos. Black Adam está elaborada con esta fórmula, de principio a fin.
La película maneja un tono ligero y los personajes bromean constantemente entre sí. Algunos lo hacen más que otros, debido a sus respectivas personalidades. Pero a mayor o menor medida, el humor está presente en gran parte del filme. Esto, de cierta forma, le da un ritmo dinámico a la historia. Del mismo modo, la cinta recurre al uso de colores muy vivos y llamativos en los atuendos de los personajes. Igual sucede con los efectos visuales, los cuales son empleados en los superpoderes de los héroes. Estos destacan de gran manera, pues al tener como locación principal a una ciudad desértica, en donde las tonalidades amarillentas predominan, se genera un contraste agradable para la vista.
Dirigida por el español Jaume Collet-Serra, Black Adam es un festín absoluto de acción y de secuencias alucinantes, de eso no hay duda. En cuanto a efectos visuales, Black Adam se encuentra en los primeros puestos cuando la comparamos con otras cintas del DCEU. Desde una perspectiva visual, esto es una maravilla, pues cada escena de pelea que se nos presenta es un verdadero deleite. Ya sea por la coreografía, los efectos generados por computadora o la música que suena de fondo, todas las secuencias de acción están realizadas de manera meticulosa para que puedan disfrutarse al máximo en la pantalla grande.
Y justo hablando de la música, cabe hacer un pequeño paréntesis para enfatizar brevemente en este punto, pues el score compuesto por Lorne Balfe es una joya absoluta. Tan épica como imponente, la obra musical del compositor británico queda «como anillo al dedo» para la película. Cada pieza tiene una personalidad propia y cada melodía está colocada en la escena adecuada. Si algo hay que reconocerle a DC, es que siempre da en el blanco en cuanto a música se refiere. Los compositores Hans Zimmer, Rupert Gregson-Williams, Tom Holkenborg y Hildur Guðnadóttir son una clara prueba de ello.
Retomando el tema de la acción, desde un punto de vista narrativo, se podría decir que deja un amargo sabor de boca. Y es que el mayor problema de tener tantos combates y movimientos de cámara, casi sin parar, es que realmente puede llegar a sentirse excesivo, si lo ponemos en una balanza, a la par de la historia que están tratando de contarnos. El argumento es muy sencillo, por no decir pobre. Estar tan atiborrados de efectos visuales puede llegar a sentirse, de forma irónica, como una experiencia vacía, ya que no hay mucha profundidad en el relato que se nos está presentando.
Si bien el personaje de Teth Adam / Black Adam tiene una exposición adecuada, una evolución óptima y nos es proporcionada la dosis necesaria de información respecto a su pasado, sus intereses y sus motivaciones (lo cual es lógico, pues es el protagonista), hace mucho ruido que el resto de los personajes queden relegados. En cuanto a desarrollo se refiere, los demás son planos y unidimensionales. Es innegable que ver a la Sociedad de la Justicia hacer su debut en live action es algo glorioso. O al menos eso es lo que los fans de los cómics pensarán. Desafortunadamente justo ahí radica el mayor problema con estos personajes, pues pareciera que su presencia sólo está pensada para que la gocen los fans de antaño de DC.
Doctor Fate, Hawkman, Atom Smasher y Cyclone brillan en cada escena en la que participan. Sus trajes lucen geniales, sacados de las páginas de las historietas, y sus habilidades son aprovechadas al máximo para mostrarse en pantalla cada que hay oportunidad. No obstante, eso es todo lo que tenemos de ellos. Los fanáticos del mundo de los cómics saben a la perfección quiénes son estos personajes, conocen datos importantes de cada uno e incluso pueden llegar a sentirse identificados con ellos. Sin embargo, para el resto de la audiencia, estos cuatro personajes pasan a segundo plano, pues no hay forma en que puedan conectar con ellos. Es casi nula la información que la cinta brinda acerca de sus identidades. Como resultado, se vuelven poco interesantes.
Se agradece que los orígenes de Black Adam estén bien cimentados y se presenten de manera adecuada en el largometraje. A final de cuentas, es su película. No obstante, sí distrae mucho el hecho de que la Sociedad de la Justicia sea prácticamente un relleno y que en ningún momento se profundice en el pasado de ninguno de sus cuatro integrantes. Se siente desperdiciada la oportunidad. Solo queda esperar a que este error sea remediado en futuros proyectos del DCEU.
Más allá de ello, hay que reconocer que Pierce Brosnan, Aldis Hodge, Noah Centineo y Quintessa Swindell tienen un muy buen desempeño con sus respectivos roles, considerando el poco material que les fue otorgado para trabajar. Cada actor hace suyo a su personaje, y eso se nota y se aprecia.
La película cumple de manera excepcional con su objetivo central: entretener a los espectadores. Si algo es seguro, es que el público no se va a aburrir con Black Adam. El filme no se atreve a romper la típica fórmula que hemos visto en los últimos años en el cine de superhéroes. Viéndolo desde un lado optimista, esto es bueno, pues la cinta apuesta a lo seguro y en todo momento sabe que no va a defraudar al público que únicamente busca entretenimiento. Black Adam entrega lo que prometió en sus trailers. Dwayne Johnson es un showman por naturaleza, desde sus tiempos como luchador en la WWE, y este largometraje lo vuelve a evidenciar. Su carisma traspasa la pantalla, incluso cuando su personaje requiere que contenga sus emociones y que no muestre muchas expresiones faciales.
Sin embargo, el hecho de que la película opte por seguir la misma fórmula de siempre, puede resultar en algo decepcionante. Especialmente si consideramos el tiempo que este proyecto estuvo en proceso de preproducción y producción. Como mínimo, después de más de diez años de espera, una nueva fórmula narrativa se hubiera agradecido. Y el más grande inconveniente de que Black Adam tenga una historia tan básica, carente de profundidad y con un hilo conductor tan débil, se nota principalmente en dos elementos, que están ligados entre sí: el villano y el tercer acto.
Mientras que Sabbac, el villano a vencer, resulta de lo más cliché posible, con orígenes y estímulos que hemos visto hasta el cansancio, y con una evolución en su personaje que no sorprende a nadie, lo que resulta peor es el tercer acto de la cinta, en donde el objetivo es… simplemente vencer a Sabbac. Un tercer acto que también ya hemos presenciado decenas de veces previas, tanto en Marvel como en DC, y que no trae nada nuevo a la mesa. Este último acto de la película se siente burdo, y nos genera la sensación de ya haberlo visto antes.
Aun así, esto no significa que el desenlace sea tedioso o aburrido. Esos serían los últimos adjetivos para describirlo, pues como ya se mencionó, el punto más fuerte de Black Adam, junto a la música, es la acción. Y a lo largo de todo el tercer acto, acción hay de sobra. Si una secuencia de pelea aparece en pantalla, es garantía que será un goce absoluto para los ojos y los oídos. Cada personaje tiene su momento para destacar, y vemos una cautivadora dinámica entre cada uno de ellos. Asimismo, hay uno que otro momento inesperado y esto le brinda algo de frescura al final del filme.
En conclusión, Black Adam es un espectáculo total, que nos entrega lo que esperábamos, pero que, sin duda, pudo ir mucho más allá. Dwayne Johnson no miente al decir que esta es la película más importante de su carrera, pues es notorio el compromiso que tiene con el personaje. Esto se ve reflejado tanto en la ficción, como en la realidad. «La Roca» no sólo protagonizó Black Adam, sino que también fungió como productor. Es evidente el amor que le tiene a este antihéroe, y se ve a leguas el empeño que le puso a la realización del largometraje. Su lealtad hacia este proyecto es algo realmente inaudito.
Cintas como Guasón (2019) o Batman (2022), a pesar de ser distribuidas bajo el sello de DC, no pertenecen al DCEU, pues están ambientadas en sus propios universos, y han tenido un éxito descomunal. ¿Acaso el futuro de DC está en las películas individuales, en donde los realizadores tienen mayor libertad creativa? El tiempo lo dirá. Por ahora, sólo queda recibir con los brazos abiertos las nuevas propuestas que el DCEU traerá para nosotros. Lo que sí es seguro, es que Black Adam, como personaje, tiene un futuro prometedor en este universo compartido. Un enfrentamiento contra Shazam y/o Superman es inminente, y ése es motivo suficiente para estar atentos a los planes que Dwayne Johnson y DC tengan con este popular antihéroe.
¿Dónde ver Black Adam?
Black Adam llega el 16 de diciembre de 2022 a HBO Max en América Latina.