El retumbar de Attack on Titan: Conclusión de sorpresas y sacrificios

Hace algunos meses, el manga Attack on Titan (Shingeki no Kyojin) llegó a su fin, cerrando la cautivante historia de una humanidad en contra de unos humanoides gigantes y, en última instancia, de sí misma. La obra cumbre de Hajime Isayama dejó, desde entonces, un vacío entre su enorme base de aficionados. No obstante, este 9 de enero podremos entusiasmarnos nuevamente con su universo, cuando se estrene la segunda parte de la temporada final del anime, donde veremos la conclusión de la guerra entre Paradis y Marley por eliminar o reivindicar el poder de los titanes.

¿Qué pueden esperar los fans de esta conclusión? En vísperas del comienzo de la recta final del anime, repasamos algunos de los elementos clave que debes tener en cuenta, por supuesto, libre de spoilers.

Un legado colosal

Attack on Titan se convirtió en un fenómeno popular desde el primer momento de su publicación. Para 2019, la obra se había consolidado como en una de las series manga más vendidas de todos los tiempos, con más de 100 millones de copias en circulación alrededor del mundo. Y en noviembre pasado, Kodansha (la misma editorial que publica el manga) reconoció a Isayama con el tercer Noma Publishing Culture Award, galardón que honra a creadores cuyas obras han tenido un impacto decisivo en la industria editorial.

“Attack on Titan se ha ganado los corazones de lectores en todo el mundo con su historia meticulosamente calculada (…) Ha sido adaptada a anime, con productos oficiales y juegos, así como un live-action de Hollywood en camino. Su impacto en la cultura del manga alrededor del mundo es incalculable”, dice el sitio oficial del premio.

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La adaptación anime, por su parte, sólo ha incrementando exponencialmente su popularidad desde su estreno en 2013. Prueba de ello es que el debut de la temporada final provocó tal expectativa, que los servidores de Crunchyroll y Funimation colapsaron ante la enorme demanda de usuarios. Asimismo, el anime llegó a posicionarse como la serie más vista en Estados Unidos durante su emisión a principios del 2021, según Parrot Analytics. Esto es digno de mención si consideramos que EE.UU. posee uno de los mercados domésticos de contenido más fuertes a nivel global y que superó a producciones como Wandavision o The Mandalorian, respaldadas por un gigante como Disney.

La historia ha sido capaz también de seducir y hacerse presente en esferas insospechadas: políticos, como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien incluso ha hecho referencias a la serie en TikTok; el mundo del deporte, con la peleadora de la UFC, Roxanne Modafferi, en la icónica pose de la Legión de Reconocimiento en uno de sus pesajes, o en los pasados Juegos Olímpicos, cuando el opening Shinzou wo, Sasageyo sonó en una competencia de Tiro con Arco; o hasta en la industria de la moda, con Bershka lanzando una línea de ropa con diseños del anime.

Con tantas industrias culturales prestándole atención, personajes públicos de sectores tan disímiles retomándola como referencia y una amplia base de fanáticos, no se puede negar que la creación de Hajime Isayama ya ha dejado su huella marcada de diversas formas, tanto económica como culturalmente.

Racismo, opresión y una lucha por el poder

Recapitulando brevemente, el último capítulo transmitido, “Cielo y tierra”, cerró con la invasión de las tropas marleyanas a Paradis; justo cuando Eren y sus seguidores, en conjunto con las fuerzas de Zeke, se habían hecho con el control de la isla. Pero los hermanos Jaeger están listos para activar el poder del Titán Fundador y hacer realidad así el plan de Zeke: esterilizar a todos los eldianos, a fin de extinguir a la postre y de forma definitiva a los titanes.

El arco de la Guerra de Paradis es el último del manga y nos tiene deparado, entre otras cosas, un nuevo enfrentamiento entre Eren y Reiner; los eternos enemigos con vidas paralelas, tratado de cumplir destinos y ajustarse a las expectativas que otras personas les impusieron. Todo ello, en el marco de una guerra detonada por el racismo, en una historia añeja marcada por la opresión.

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Ver hasta dónde llega este plan, en el que se juega el destino de toda la estirpe eldiana, será el núcleo principal de esta recta final. En el camino, tendremos revelaciones como el origen del poder titán; las decisiones de Mikasa y Armin ahora que su amistad con Eren se fracturó; y descubriremos cuáles son los verdaderos objetivos de Eren, que, créannos, desembocan en un clímax impresionante y aterrador en partes iguales.

Los eventos del final de Attack on Titan permitirán también lecturas diversas acerca de su temática. La obra tiene, en su núcleo, una reflexión sobre lo que pasa cuando un poder descomunal está en juego. Y todo comienza por un desequilibrio fundamental: algunos individuos pueden transformarse en titanes… otros no.

Esta ruptura, así como el peso de las acciones del pasado (aquellas ya reveladas en los primeros capítulos de la cuarta temporada y aquellas que faltan por conocer), convierten a todos los eldianos en una estirpe odiada, excluida, y detona en una carrera por la posesión de ese poder. El hecho de que todas las partes involucradas lo hayan visto como un arma para dominar o para vengarse tendrá consecuencias irreparables que también serán exploradas.

¿Un final decepcionante?

Para Hajime Isayama, brindar un cierre a Attack on Titan significó “libertad”. Y cómo no, imagínense el trabajo constante y sin pausas que supuso guionizar, esbozar y entintar un nuevo capítulo del manga cada mes durante más de una década. La culminación de un proyecto que le llevó un tercio de su vida.

Sin embargo, la conclusión del manga –publicada el 9 de abril de 2021, tras 11 años y medio de serialización– tuvo una recepción mixta. Como suele suceder con los finales tantos otros relatos queridos y famosos: no pueden complacer a todo el mundo. Mientras un sector recibió con beneplácito y admiración las decisiones creativas de Isayama; otro llegó a lanzar una petición en Change.org para pedirle que lo cambiara, detallando una lista de cosas que, a su juicio, quedaron sin resolver satisfactoriamente.

Si bien, la edición del tomo final contó con páginas adicionales, las viñetas agregadas no cambiaron sustancialmente los eventos; aunque sí otorgan una interpretación adicional acerca del estado del mundo en que transcurre la historia.

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En una extensa entrevista con Bessatsu Shōnen Magazine, Isayama admite que su relato creció en temáticas y en la forma de abordarlas junto con su propia madurez. Escribir el manga significó retar su percepción de sí mismo, su timidez social, los cambios en su vida personal y sus habilidades como artista.

Con tantas emociones y tanto que englobar, él mismo reconoce que le dejó un sabor agridulce en cuanto a sus habilidades pictóricas y la incertidumbre de que, quizás, no abordó todo de la manera en la que hubiera querido.

“El arco final tuvo muchos temas que me resultaron difíciles de representar. Fue un dolor de cabeza. No creo que haya logrado expresar todo en el manga. Lamento eso”, expresó el creador de Attack on Titan.

No obstante, el mangaka refiere que le resultó una experiencia enriquecedora, sobre todo en la cantidad de personas con las que pudo conectar gracias a su trabajo. En cuanto a la adaptación, su visión está permeada por la distancia, al verla como algo paralelo:

“El anime puede ser descrito ‘otro Attack on Titan‘, y hay mucha gente que conoció la historia gracias a esa versión. Fue interesante ver cómo el director y los actores de voz me quitaron a los personajes de las manos, en un buen sentido, y los hicieron llevar vidas independientes”, dijo Isayama.

Un trabajo titánico de animación

Otro aspecto a tener en cuenta es la animación. En el manga, durante el clímax, encontramos paneles con cientos de personajes a cuadro, vistas panorámicas enormes y varias batallas sucediendo al mismo tiempo. La cantidad de trabajo para el estudio MAPPA –que tomó la serie luego de que WIT la dejara, justo por lo demandante que resulta en términos de producción– es, literalmente, colosal.

La primera parte de la temporada final recibió opiniones encontradas, con amplios sectores criticando algunas carencias en la animación. No faltaban las publicaciones que, domingo a domingo, subían capturas de pantalla en las que se veían dibujos deficientes o que criticaban el CGI en las batallas.

El problema escaló tanto que, luego de la transmisión del capítulo 5 (64 de toda la serie), “Declaración de Guerra”, su director Teruyuki Omine tuvo que cerrar sus cuentas en redes sociales ante la oleada de mensajes de odio que recibió de parte de “fans”, quienes no estuvieron de acuerdo con la musicalización y el ritmo del episodio.

“Eres libre de tener tu propia opinión sobre la producción. Sin embargo, molestar y acosar constantemente al staff es inaceptable. Se agradece que tuvieran la cortesía o al menos respeto por el esfuerzo sobrehumano que se está haciendo por el anime. Seamos maduros”, respondió en su momento otro integrante del equipo de MAPPA.

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Todo este clima de crítica se olvidó de aspectos fundamentales sobre las condiciones de producción de esta temporada. Detrás de la serie, hay un equipo de personas que ha encarado el reto con un cronograma de trabajo inhumano; que tuvo que adaptarse a las condiciones de la pandemia y que debe hacerlo todo a marchas forzadas dado el flujo constante de proyectos que son aceptados por MAPPA.

El animador Mushiyo constató estos hechos al hacer pública su renuncia al estudio, debido a las “condiciones insanas de trabajo” adoptadas por la compañía para cumplir con las fechas de transmisión de sus series.

La segunda parte de la temporada final tampoco contó con mucho tiempo para realizarse, pese a la pausa de nueve meses en su emisión. La apariencia física del director Yuuichirou Hayashi durante el evento MAPPA STAGE 2021 provocó una enorme preocupación entre los fans. Al mismo tiempo, MAPPA continúa dividiendo sus recursos en paralelo con otros títulos de alto perfil, como la película Jujutsu Kaisen 0 o la adaptación de Chainsaw Man.

Pese a todo lo mencionado, lo cierto es que el tramo final que nos espera, con toda seguridad, no dejará indiferente a nadie, tal como no lo ha hecho en todo este tiempo. La conclusión de una historia que mutó, de ser un relato de supervivencia a uno donde una guerra racial pone en jaque a sus personajes, está a la vuelta de la esquina. Será un viaje emocionante de sorpresas, revelaciones y sacrificios.

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Attack on Titan: The Final Season – Parte 2 se estrena este domingo 9 de enero en Crunchyroll y Funimation.

Carlos Carrizales Comunicólogo. Aprendí a graduarme en todo de aprendiz. Cinéfilo irredimible, que nunca puede ver todo lo que quisiera. Aspirante, también, a periodista. Amante de las series, de la trova, y de todo lo que implique conocer cosas nuevas.