Attack on Titan: The Final Season – Crítica del episodio 16
Esta primera parte ha sido poderosa, con grandes momentos épicos y un emocionante desarrollo de personajes.
ADVERTENCIA: La siguiente review del decimosexto episodio de Attack on Titan: The Final Season contiene spoilers.
Hemos llegado al final de la primera parte de Attack on Titan: The Final Season. Aunque persistía la incertidumbre sobre la continuación de la adaptación, al final del episodio llegó el anuncio: habrá nuevos episodios en invierno. Lo más probable es que “Condena” —el capítulo 76 del anime en general— llegue en el primer trimestre de 2022. Será una larga espera para el fandom, pero al ver el nivel de esta primera parte seguro valdrá la pena tomando en cuenta lo que aún resta del manga.
Ahora sí, adentrémonos en el capítulo en turno. “Cielo y Tierra” cerró justo en el preludio de una batalla que promete ser colosal: Eren y sus seguidores contra los guerreros de Marley. Con los voluntarios anti-marleyanos en control de Paradis, y la Legión y la Policía Militar sometidos, la búsqueda apresurada por la reunión de Zeke y Eren tendrá que esperar ante un asalto que busca retribución por el ataque en Liberio.
Luego de la explosión del episodio 15, Zeke se encuentra al borde de la muerte. En silencio y con medio cuerpo mutilado, alcanza a ver una silueta: Ymir, la Fundadora. Como presintiendo su destino, pensando en su encuentro con ella y su relación a través de la sangre, la vislumbra antes de ser salvado por un titán, que lo refugia en el interior de su estómago para que se regenere. Mientras tanto, Hange, Floch y otros han escuchado la explosión y se dirigen hacia allá. Seguramente será entonces cuando sepamos el destino de Levi y el impacto que tendrá en su gran amiga encontrarlo, sea cual sea su estado.
Ante la ausencia de Zeke, Yelena toma la batuta. Implementa un sistema de reconocimiento a través de bandas en el brazo que identifican a sus aliados y a los inconformes. Como observa Pixis, esto es similar a la vida que llevan en Liberio. Yelena argumenta que “se puede aprender mucho del enemigo”. Esto indica que, cuando las estructuras de dominación y sus prácticas están arraigadas en la mente de aquellos que han oprimido, éstos pueden imitarlas si logran también alcanzar el poder. Se instaura una clasificación y se les imponen a los sujetos objetivos ajenos a su voluntad, como “agradar” a quien los marcó, con la esperanza de ganarse su piedad. Distintos argumentos a un lado y otro del océano, pero iguales formas de encarcelamiento simbólico y físico.
La complejidad se da cuando ella misma asesina a Griz, por usar la palabra “demonios”. A pesar de su reproducción de prácticas de segmentación, en su mente no piensa que esté haciendo mal, sino que es lo necesario para lograr el objetivo que, cree, salvará a Eldia. No tolera que a los eldianos se les diga demonios. Ella se posiciona en otro lado ideológicamente; cree que es una cuestión de compasión, que eliminar a los sujetos del odio, eliminará el odio mismo.
A través de sus acciones, Yelena se perfila como un personaje fanatizado, que ha endiosado a Zeke y a Eren. Piensa que, en el futuro, se hablará de ellos como de dioses antiguos que evitaron el sufrimiento de su pueblo. Aunque admite que el plan de disuadir al mundo con el Retumbar luego de la esterilización forzada tiene fisuras, cree firmemente que los hermanos Jaeger obran por el bienestar y la paz. Su paraíso en la Tierra luce como un gran cementerio. Y tanto la conmueve esa visión, que es inútil tratar de convencerla de otra cosa.
Pieck y el asalto a Shiganshina
Por fin vemos a Pieck en acción, luego de enterarnos que estaba infiltrada en el episodio 12. Su aparición en la celda de Gabi es una sorpresa para la niña y para Eren, quien le hace frente a pesar de que le apunta con un arma. Él sabe que no puede matarlo, pues perderían al Fundador. La escena posee tensión y logra jugar con la ambigüedad de la decisión de Pieck de “unirse” a Eren. La que resiente este engaño es Gabi. De todos los personajes, ella es una de las que más ha sufrido por la continua ruptura de sus paradigmas: primero, la traición de Zeke; después, la amabilidad de los “demonios”; ahora, por un momento, la futilidad de buscar que los eldianos sean “bien vistos”. Queda por verse si esas grietas, mezcladas con la verdad que le han enseñado, la llevan a tomar acciones distintas.
Mientras la llevan al techo para que revele la ubicación de sus compañeros, Pieck interpela a Eren sobre el poder especial de Zeke para controlar titanes. La idea de que podría estar conectada con su capacidad de invocar al Fundador es interesante y, probablemente, posea una conexión especial con Ymir; por ello, la ve al inicio del episodio. Esto también podría ser una razón por la que está seguro de que su plan funcionará.
Una vez arriba, en un inicio silencioso que presagia el giro final, Pieck toma la mano de Gabi, quien comprende que todo es una treta. El viento mece su cabello, una atmósfera de calma antes de la turbulencia. Es una escena coloreada con tonos verdosos, cerca del amarillo ocre y arena. El dibujo y los fondos están hechos meticulosamente, conjuntándose para dar una última escena memorable. Pieck señala con el dedo a Eren y éste, sin comprender, es sorprendido por el Titán Mandíbula, que rompe el suelo y le arranca las piernas. La música de orquesta, con fuertes toques de percusión que hacen épica la acometida, comienza a sonar. Con una explosión, el Titán de Ataque aparece, con un diseño amenazante animado de forma tradicional. En un instante suspendido mira al cielo, donde los dirigibles anuncian la llegada de los guerreros marleyanos, furiosos y listos para vengarse.
“Cielo y Tierra” es un episodio épico, animado muy decentemente y que nos pone en camino hacia el acto conclusivo del arco final de Shingeki no Kyojin: la Guerra de Paradis. Lo que resta es pura acción y batallas colosales hasta el espectacular final de la historia, que conoceremos en el manga este mes de abril.
En términos generales, esta primera parte ha sido poderosa, con grandes momentos épicos, violentos y un emocionante desarrollo de personajes. Con todo y sus carencias de animación (que tampoco fueron excesivas), algunas notorias y otras menores, MAPPA logró entregar una adaptación fiel, pero inventiva, con amplio sentido de agilidad y profundidad narrativa.
La espera por la segunda parte de esta temporada final está en marcha y, cuando sea momento de su regreso, también volverá este espacio de análisis en Cine PREMIERE. ¡Estén atentas y atentos, gracias por su lectura!
Attack on Titan: The Final Season está disponible en Crunchyroll y en Funimation.