Arturo de Córdova: sus mejores películas

En la Época de oro del cine mexicano, Arturo de Córdova fue el actor que más riesgos tomó en su trayectoria. Aquí sus mejores películas.
Arturo de Córdova: sus mejores películas. Así como la ascendencia cubana inyectó melancolía en sus venas, las largas estancias por Argentina le dejaron el gusto por el drama y también una inflexión vocal inconfundible. A más de un siglo de su natalicio, Arturo de Córdova, patrimonio del cine de oro mexicano, merece este altar de cinco veladoras cinematográficas. Aquí sus mejores películas:
La diosa arrodillada (1947)
Allí donde María Félix es gracia y carácter, de Córdova es un maremoto de emociones confundidas. El director Roberto Gavaldón reúne a estos monstruos de la época y los hace explotar en pantalla. Sensualidad, traición y muerte se confabulan en esta sublime pieza de cine noir rociada con salsa verde.

En la palma de tu mano (1950)
Es difícil encontrar una película mala entre las más de cien que filmó el hijo consentido de Mérida. Aquí, nuevamente de la mano de Gavaldón, Arturo de Córdova nos presenta a un mago charlatán que, empecinado en engañar a mujeres incautas, descubre su lado más terrible y sombrío. Por ello, tras tres nominaciones, de Córdova ganó por fin su primer Ariel.

Arturo de Córdova: sus mejores películas
El rebozo de Soledad (1952)
Siguiendo con el conteo, está este filme. Cuando no era una mujer, parecía ser la mera existencia la que atormentaba el alma de Arturo. Aquí interpreta a un doctor de buen corazón. Sin embargo, se enfrenta a ese México bárbaro y rural que ama. Sin embargo, no lo comprende. Asimismo, la ceja alzada de Pedro Armendáriz y la vileza con la que Carlos López Moctezuma hizo escuela funcionan como contrapuntos de lujo en esta cinta protagonizada por Stella Inda.

Él (1952)
Aquí, el actor se interpreta a sí mismo. No obstante, lo hace sin ambages de ningún tipo. Por ejemplo, parece que Luis Buñuel le hubiese dicho: “quiero que seas tú y tu personaje pero también que seas un poco –o un mucho– yo”. Quizá no exista una mejor película sobre el tema de los celos en el universo cinematográfico. Mírese bajo el riesgo de convertirse inevitablemente al buñuelismo –y de paso, al decordovadismo-.

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El esqueleto de la señora Morales (1959)
Ni Negrete, ni Armendáriz ni, con el perdón, Infante. Aún encasillado en cierto tipo de personaje, de Córdova era el actor más versátil de su afamada generación. También el que más arriesgaba. Así pues, en esta cinta da vida a un taxidermista que, como consecuencia de su agobio por los maltratos que le profesa su esposa, adopta medidas radicales. Que su voz aterciopelada y su elegante bigote sean recordados y honrados para siempre con estos fotogramas de humor negro.

Arturo de Córdova: sus mejores películas
