De actores a directores: 13 estrellas que saltaron a dirigir y protagonizar sus propias películas

La industria cinematográfica puede convertirse, literalmente, en una fábrica de sueños, especialmente para quienes esperan dar el salto a grandes protagonistas. Pero en algunas ocasiones el camino puede ser complicado, y ese papel soñado puede no llegar de la forma en que se espera. Ante el paso del tiempo, y el hartazgo que este conlleva, numerosos actores han dado el salto a directores, y con todo tipo de proyectos. Algunos se pusieron tras las cámaras porque esa era la única forma de ser protagonistas, y otros para demostrar que no sólo tenían talento frente a las cámaras. A continuación, conoce algunos casos destacados de histriones que se convirtieron en cineastas, y asumieron además la responsabilidad de ser las estrellas de tales proyectos.

Dev Patel – Monkey Man: El despertar de la bestia (2024)

Lo hemos visto en películas como Quisiera ser millonario o Un camino a casa, intensos dramas que consiguieron nominaciones al Óscar, pero Dev Patel siempre quiso ser un héroe de acción. Luego de hacer números castings y estar a punto de quedarse en importantes proyectos, el actor se cansó. La solución estaba en dejar de intentarlo por medio de castings (al menos momentáneamente) y abrirse puertas propias. En muchas cintas lo consideraban como el comic relief, mientras que en otras sólo lo veían en la forma del nerd que ayuda a los protagonistas.

Patel, inspirado en una historia que escuchó de niño, comenzó a escribir la historia junto a otros guionistas. Si nadie estaba dispuesto a darle un protagónico para demostrar que podía hacer acción, él se lo iba a dar. Así trabajó en el guion, la producción, actuación y dirección de la cinta. Evidentemente, la considera como lo más demandante que jamás ha hecho en su vida. En el camino se enfrentó a la pandemia de COVID-19, a la renuncia del diseñador de producción y el director de fotografía, y todo parecía perdido. Al final, Monkey Man: El despertar de la bestia consiguió grandes críticas, y aunque no se convirtió en un éxito de taquilla, sí demostró que Patel tenía mucho para dar.

Orson Welles – Ciudadano Kane (1941)

Tras la icónica transmisión que se hizo de La guerra de los mundos, Orson Welles se encontró con el éxito. RKO Pictures, uno de los estudios más importantes de la época, le ofreció un contrato para no sólo actuar en dos películas, sino también participar en el guion, la producción y la dirección. Pero algunos proyectos que se tenían en mente tambalearon, y pronto surgió el temor de que el acuerdo no sirviera de mucho. En aras de salvar su carrera, y demostrar que La guerra de los mundos no había sido sólo un chispazo, Welles comenzó a trabajar con Herman J. Mankiewicz en una historia original.

Entre polémica por la supuesta inspiración de la historia, el hermetismo con el que se promocionó la cinta, y la libertad creativa que Welles tenía sobe la cinta, muchos esperaban una catástrofe para el proyecto. Pero lejos estaban de imaginar que Ciudadano Kane se convertiría en una de las mejores películas en la historia del cine. Gracias a su narrativa, personajes y apartado técnico, Ciudadano Kane se convirtió en todo un fenómeno capaz de soportar el paso del tiempo, e incluso sacarle provecho. Puede que sus siguientes proyectos no alcanzaran el mismo tipo de impacto, pero quedó demostrado que Welles era un cineasta digno de tener en mente.

Brie Larson – Tienda de unicornios (2017)

Cuando aún no era conocida mundialmente, la protagonista de Capitana Marvel hizo audición para esta producción. Desafortunadamente, el proyecto se cayó y Larson se quedó sin la oportunidad de participar en él. Años después, Larson ganó un Óscar como Mejor actriz por su trabajo en La habitación; la fama que obtuvo y el reconocimiento de la industria le dieron el valor suficiente para sacar adelante la historia que tanto le gustó años atrás, y así surgió esta película.

Larson sabía que, si ella no dirigía el proyecto y aprovechaba su popularidad, nadie más lo haría. En entrevista para IndieWire, reveló que “siempre estuvo destinada a contar la historia”, así que pulió el guion, nutrió a los personajes y se preparó para buscar financiamiento. La película no fue precisamente un éxito con los críticos, pero sirvió como prueba del talento de Brie incluso detrás de las cámaras. Al final, fue como cerrar un círculo.

Bradley Cooper – Nace una estrella (2018)

Durante muchos años, una nueva versión de este clásico cinematográfico se preparó con Clint Eastwood como director. Leonardo DiCaprio, Tom Cruise y hasta Johnny Depp se manejaron como protagonistas, mientras que el nombre de Beyoncé estaba confirmado para el rol principal femenino. Pero poco a poco el proyecto se cayó. Fue en 2015 cuando se confirmó que Cooper haría su debut como director en esta cinta, pero también escribiría y produciría. Consciente de lo que representaba Nace una estrella, y con Lady Gaga como protagonista confirmada, Bradley Cooper tomó al toro por los cuernos y también protagonizó la adaptación.

Quería demostrar todo su potencial como artista y dejar atrás esos personajes encantadores o con altas dosis de comedia, así que se preparó para tocar instrumentos, aprendió a cantar, y a moverse como todo un artista en el escenario. La preparación actoral de meses rindió frutos, pues la cinta recibió aclamación de la crítica y 8 nominaciones al Óscar. No se incluyó a Cooper en la categoría a Mejor dirección, pero sí en la de Actor; y aunque no ganó, dejó satisfechos a muchos con su ópera prima.

Jodie Foster – Mi pequeño genio (1991)

Con dos Premios Óscar en la mano, la industria pensaba que Foster se decantaría por una eterna carrera en la actuación. O, al menos, que no dirigiría tan pronto. Pero esto siempre estuvo en su radar, y al igual que muchas personas, tomó las opiniones negativas y más de un “no” como un reto personal. En vez de ganar más dinero actuando, Foster tomó la decisión de invertir lo que ya había ganado para cumplir uno de sus sueños y no hacer lo que le decían los expertos de la industria.

Foster se “dio” el protagónico para que su actuación fuera una extensión de su visión como artista. Fue consciente de que cada personaje, ángulo de cámara o color serviría como un reflejo de su interior. También quiso sentar el precedente de que las mujeres jóvenes podían dirigir exitosos proyectos y contribuir al desarrollo de la industria. Las críticas fueron muy positivas, y destacaron la sutileza con que Foster abordó los temas de la cinta, presentes en gran parte de su vida. Al igual que su protagonista, Jodie fue una niña prodigio, y llevar el tema a la pantalla fue otra de sus grandes motivaciones.  

Kevin Costner – Bailando con lobos (1990)

El guion de esta película enfrentó un gran camino para al fin llegar a la pantalla grande. El cineasta Michael Blake lo trabajó como una historia que, después, podía ofrecer a varios estudios para que la produjeran y distribuyeran. Pero el plan no salió como se esperaba, y Costner, quien ya había trabajado con Blake, le sugirió transformar el guion en una novela, vender los derechos de esta, y por fin conseguir el proyecto. Tras una larga lucha, se publicó en 1988, y Costner puso sus ojos en la silla del director. Quería dar el salto detrás de las cámaras para demostrar, como muchos otros, que su talento iba más allá de la actuación. Y no había mejor manera de demostrarlo.

Bailando con lobos alcanzó una gran popularidad. Recaudó más de $400 millones de dólares en todo el mundo y consiguió críticas inmejorables no sólo por su inmejorable apartado técnico, sino por el manejo de la historia, que mostró a un militar creando una estrategia de acercamiento con un grupo de indígenas. Costner recibió aclamación como director y actor; la lucha de varios años por adaptar la historia de Blake rindió los frutos necesarios. Se convirtió en una de las películas más elogiadas y premiadas en los años 90.

Eugenio Derbez – No se aceptan devoluciones (2013)

El cine mexicano no podía quedar fuera de esta recopilación, y nadie tan exitoso como Eugenio Derbez para demostrar que se puede pasar de un medio a otro con tremendos resultados. Gracias a sus programas y personajes, famosos más allá de México, Derbez ya había formado parte de algunas películas. Sin embargo, quería conectar con las emociones de los espectadores, crear una historia que no se alejara de sus raíces cómicas, pero sí conmoviera los corazones de todos. Básicamente, Derbez quería demostrar que también podía hacer llorar.

Podrán opinar lo que quieran de la película, pero lo cierto es que la audiencia la abrazó con total apertura. No se aceptan devoluciones es, desde hace más de 10 años, la película mexicana más taquillera de la historia. Su comportamiento en taquilla fue atípico, con descensos atípicos para una cinta que abrió con semejante recaudación. Al final, Derbez consiguió su objetivo. Hizo reír, pero también llorar, a millones de espectadores no sólo en México, sino todo el mundo. El comediante creó el proyecto que demostraría su versatilidad, e hizo historia.

Mel Gibson – Corazón valiente (1995)

Luego de dirigir su primera película, Gibson recibió la oportunidad de trabajar en el guion de Corazón valiente, proyecto que retrataría a uno de los héroes más grandes de Escocia. Cuando leyó la historia, no se sintió muy atraído por esta, pero pronto se animó a ponerse tras las cámaras. Si bien, no era un novato en la dirección, tomó la decisión de también protagonizar siguiendo los pasos del ya mencionado Kevin Costner.

Gibson quería su propia historia épica, una que, aun dentro del género de acción, lo posicionara como un director importante y capaz de dirigir todo tipo de historias. Costner aconsejó a Mel, y lo motivó para ir a lo grande con una historia llena de estupendos valores de producción y secuencias de acción memorables. El esfuerzo valió la pena, pues Corazón valiente gano 5 Premios Óscar, incluyendo el de Mejor película y Mejor director. Gibson pasaría, ahora sí, a las ligas mayores.  

Ben Affleck – Atracción peligrosa (2010)

Luego de dirigir Desapareció una noche, donde le dio el protagónico a Casey Affleck, su hermano, Ben tomó la decisión de “regalarse” un protagónico. Ya había demostrado su capacidad como cineasta, y su reputación había mejorado luego de algunos años complicados. Sin embargo, ya era tiempo de comprobar sus habilidades interpretativas. En entrevista para The New York Times, Affleck señaló esta cinta de robos como “un emblema de la persona que quería ser a partir de ese momento”.

Ante una industria que no sabía qué tipo de papeles darle, básicamente por sus éxitos y fracasos, Affleck se construyó una cinta con la que demostró su talento para dirigir, actuar y, de paso, escribir el guion. El resultado fue inmejorable, con críticas increíblemente positivas y una nueva mirada hacia su director y protagonista. Lejos quedaron esos años donde se dudaba de su talento y futuro en la industria.

John Krasinski – Un lugar en silencio (2018)

Al igual que Ben Affleck, el recordado Jim de The Office ya tenía un par de películas previa en su haber, pero no se había puesto como protagonista absoluto. Fue hasta el nacimiento de su segundo hijo con Emily Blunt que se planteó un escenario aterrador: ¿qué pasaría si en algún momento no pudiera protegerlos?

Para dar su salto a un género como el terror, y demostrar que podía ser capaz de contar una historia con aspiraciones a ser un éxito, Krasinski se preparó. Estudió películas de terror y cómo se componían, desde la música hasta los clásicos jumpscares. Detectó qué de ellas funcionaba en él, y como lo mencionó para Smithsonian Magazine: “quiso poner todo de sí en una película”. Por eso también la protagonizó junto a Blunt, quien quedó fascinada con el proyecto y no soportaba la idea de no estar ahí. Ambos se encontraron con aclamación crítica mundial, más de $300 millones de dólares en la taquilla mundial, y dieron pie a una franquicia que, hasta nuestros días, pone tensos a los espectadores.

Michael B. Jordan – Creed III (2023)

Ya había protagonizado las primeras dos entregas de Creed, pero ante la ausencia de un director para la tercera parte, y gozando de una gran popularidad, Michael B. Jordan asumió el reto de dirigirse a sí mismo en Creed III. La noticia sorprendió a los fans de la saga, pues nunca imaginaron que Jordan quisiera ese rol, pero al mismo tiempo se hizo evidente que, si alguien conocía bien a los personajes, era él.

Durante la promoción de la cinta, el actor y director reveló que asumió la responsabilidad porque sentía que debía demostrar algo a su familia, pero también a sí mismo. Incluso citó estadísticas sobre la poca presencia de creativos negros en tareas como dirección, producción y guionismo. Nada mejor para demostrar su capacidad que una franquicia muy querida. Al final, el esfuerzo fue recompensado con tener la película más taquillera de Creed, y elogios hacia su trabajo como cineasta.

Molly Gordon – Ensayo general (2023)

La vimos en proyectos como La noche de las nerds, Shiva Baby y The Bear, pero esta joven actriz tenía una meta muy especial: dirigir y escribir una historia que ella misma pudiera protagonizar. Durante años trabajo con un grupo de amigos para pulir la historia y dejar un grato sabor de boca en la industria. Gordon y sus amigos tenían la intención de hacer Theater Camp desde hace muchos años, y por ello el protagónico le iba como anillo al dedo.

Inspirada en cintas donde trabajó como actriz, Molly vio la oportunidad de cumplir su más grande sueño profesional y luchó por tomar la batuta: “He reunido mi caja de herramientas al trabajar con todos estos increíbles directores, pero ahora todo lo que tengo que hacer es esforzarme para ser lo suficientemente valiente e intentarlo”, dijo para Elle. Theater Camp debutó en la edición 2023 del Festival de Cine de Sundance, y pronto Fox Searchlight compró los derechos para distribuirla. La comedia se encontró con muy buen recibimiento por parte de críticos y audiencia.  

Clint Eastwood – Obsesión mortal (1971)

Para principios de los años 70, Eastwood ya contaba con una importante trayectoria como actor. Incluso tenía Malpaso Productions, compañía productora que fundó años antes junto a Irving Leonard. Antes de su fallecimiento, este último le propuso a Leonard una última película juntos. Esta no sólo tendría a Clint como actor, sino que también le daría la oportunidad de dirigir, algo que ya ansiaba tras años de opinar en los sets de filmación, no poder ayudar a algunos compañeros actores, y verse influido por todo tipo de visiones en la dirección.

Así llegó Obsesión mortal, en la que Dave, un locutor de radio, comienza una relación amorosa con Evelyn. Pero pronto la situación se torna oscura cuando ella muestra comportamientos obsesivos. Aprovechando el salto a cineasta, y sabiendo la compleja historia que tenía en sus manos, Eastwood se quedó con el rol estelar. Las críticas fueron muy positivas, y así comenzó una fructífera carrera como realizador, la cual continúa hasta nuestros días.

Juan José Cruz. Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.