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Cine

Un padre no tan padre

22-12-2016, 12:05:15 PM Por:
Un padre no tan padre

Una comedia que, aunque sigue una fórmula conocida, funciona como entretenimiento ligero.

Cine PREMIERE: 2.5
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Está claro que el principal atractivo de esta película es la presencia de una verdadera institución dentro de la actuación de nuestro país, quien aquí se encuentra con uno de los pocos protagónicos que suele ofrecer el cine comercial mexicano a personas de su edad: Héctor Bonilla. Por supuesto es también él quien sale mejor librado en esta comedia que llega para cerrar el año en busca de posicionarse como una de las principales ofertas familiares.

Así pues, en Un padre no tan padre, Héctor Bonilla interpreta a Don Servando Villegas, un anciano patriarca a la vieja escuela, que vive en una casa de retiro, hasta que tiene problemas económicos, prácticamente lo echan a la calle y tiene que buscar acomodo con alguno de sus hijos. Esto lo lleva a mudarse con el menor de ellos, de quien sabe muy poco –por ejemplo, que ya le dio un nieto y que vive con él, con una mujer que no es la madre de su hijo y otras nueve personas de distintas edades, hábitos y preferencias– y cuyo muy particular estilo de vida, nada más no encaja con sus ideas y creencias, lo que desata una serie de incómodas y a veces disparatadas situaciones. Es evidente que esta comedia, titulada no de la manera más afortunada –antes fue conocida como El patriarca, aunque tampoco mejoraba mucho–, se apunta en la tradición de los hombre grumpy –Up: Una aventura de altura, St. Vincent– y sigue paso a paso la fórmula que esta dicta. Es decir, que todo gira alrededor de un sujeto gruñón cuya rutina es transgredida y lo obliga a relacionarse más de lo que aparentemente querría. En el fondo eso suele ser lo que están deseando y otras personas terminarán por sacarle su lado más afable, mostrándole una forma distinta de enfrentar la vida.

Es en este sentido que la película tiene uno de sus principales aciertos, pues además de contar con el oficio y capacidad de Bonilla –que sostiene sin problemas al personaje–, transita bien por cada uno de los lineamientos ya mencionados, además de que hace el conveniente traslado a nuestro contexto, sin convertirse en una copia barata de un concepto tan bien ensayado y a veces hasta perfeccionado por el cine estadounidense, aprovechando de paso a la ciudad de San Miguel de Allende como fondo. 

Claro, la ópera prima de Raúl Martínez Solares no se salva de caer en algunos lugares comunes y evidenciar ciertas deficiencias, como el resolver de forma muy rápida ciertos conflictos que se plantean como algo mucho más grave, y que algunas escenas resultan innecesariamente lacrimógenas. Incluso, de inicio tarda un poco en encontrar el ritmo y el tono necesario, pero cuando lo consigue, las piezas van encajando sin problemas. Esto, incluyendo al resto de los actores, quienes se empeñan de una forma discreta y cumplen en términos generales con los requerimientos de una comedia ligera que se sustenta en un discurso simple, pero muy claro sobre el clásico choque generacional. El punto de vista del adulto mayor frente a la homosexualidad y el consumo de marihuana, son tratados con respeto y evitando la obviedad. Se trata de un vehículo de entretenimiento que, a pesar de todo, encuentra momentos muy divertidos, que llega a ser entrañable y puede funcionar para quien busque una película amable, sin complicaciones, que no cae en frivolidades y falsas pretensiones.

autor Critico de cine y cómics. Critico en Cine con Kristoff de Telehit. Fue editor de Stageone México. Colaboró con Playboy, Chilango y la edición mexicana de Archie. Hoy escribe para La Razón y Mórbido Magazine. Conduce el programa de radio y Tv, Rocket.
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