Sense8, temporada 2
Sense8 falla en su narrativa, pero no en su conexión humana.
El “cluster” está de regreso, después de dos años de espera, cambios en el elenco y la ausencia de Lilly, una de las Wachowski. En esta ocasión los sensorium lucharán para encontrar la verdad sobre su origen, mientras batallan con los Whispers y la BPO. Sin embargo, se darán cuenta de que la intriga va más allá de ellos y sus expectativas. No sólo eso, también se tendrán que enfrentar los problemas que van apareciendo en su vida personal.
La segunda temporada de esta serie original de Netflix venía cargada de mucha expectativa y emoción. No sin razón, ya que la primera parte demostró que las hermanas Wachowski y J. Michael Straczynski habían encontrado un medio en el cual podrían explotar sus excéntricas ideas al 100% de su potencial. Eso, aunado a un cast internacional espectacular, hicieron de ésta, una serie pionera con una narrativa contemporánea y una producción de nivel cinematográfico.
La espera terminó con la precuela, que se estrenó en diciembre como un especial navideño –al modo inglés-. El especial –que se siente más como un relleno- de más de una hora tuvo una tibia recepción que atenuó las expectativas. Después se confirmó que Lilly no iba a participar en la segunda temporada debido a su estabilidad emocional, pero que mayo iba a marcar el estreno de los 10 nuevos capítulos de esta saga.
Y entonces, ¿se logra recrear la magia que nos tenía al borde del asiento hace dos años? Sí y no. Debemos empezar por decir que este es un proyecto sumamente ambicioso y, por lo tanto, complejo. Son ocho historias distintas desarrolladas en más de diez países y el resultado funciona bien, pero en ocasiones la narrativa se siente desarticulada.
No nos referimos a las tramas personales de cada sensate, sino al tronco en común que los une: la persecución de la BPO y las verdaderas intenciones de Angelica (Hanna Daryl) y Jonas (Naveen Andrews). La parte que se supone debería ser emocionante es la menos interesante y la peor lograda. Parece que tan solo se abren vertientes para no quedarse sin historia. En muchos episodios nos encontramos deseando que cambiaran de enfoque a uno más interesante que el de Will (Brian J. Smith) y Riley (Tuppence Middelton) vs el BPO. Este juego del gato y el ratón no termina de cuajar hasta el último capítulo de la temporada, y eso es porque se deja a la audiencia en un cliffhanger.
El resultado de esta nueva dirección es que no veamos tanta interacción entre el cluster. Nos encontramos con varios episodios en el que se crean “equipos” y el desarrollo de sus relaciones se relega a momentos. Por ejemplo, vemos a Riley, Nomi (Jamie Clayton) y Will interactuar gran parte del tiempo, por su parte. O Wolfgang (Max Riemelt), quien prácticamente solo tiene escenas con Kala (Tina Desai). Extrañamos ver diferentes combinaciones desplegarse en la pantalla. Esta parte de Sense8 se siente perdida y unos sensates –Will, Riley- parecen tomar mucha importancia sobre otros –Lito (Miguel Ángel Silvestre) y Kala-.
Pero no todo es malo en Sense8 porque su mayor fortaleza radica en la diversidad de su elenco y la universalidad de las emociones que quiere comunicar. Todos los personajes, sin importar dónde estén, tienen algo que mostrar. Una realidad que retratar, como si fuera el deseo de los realizadores de comunicar que el mundo necesita estar unido, que todos somos humanos.
No es casualidad que las Wachowski y Straczynski hayan decidido contar esta historia en este punto en donde el mundo parece estar en crisis. Y es en los momentos más humanos donde Sense8 encuentra su grandeza. Es más conmovedor y relevante ver cómo todos ayudan a Sun (Doona Bae) a confrontar a su hermano, Capheous (Tobi Omwumere) obtiene el coraje para ayudar a su país, Lito se encuentra a sí mismo, Nomi da un paso importante en su vida o Will confronta una pérdida terrible.
Esperamos que sí se pueda realizar una tercera temporada; todo depende de los acuerdos a los que se llegue con los actores principales para volver. También esperemos que, de ser así, el enfoque regrese a la esencia de lo que era esta serie originalmente: una historia sobre conexiones humanas y como nos podemos ayudar los unos a los otros.