Operación Overlord – Crítica

Los nazis son los villanos por excelencia a la hora de mostrar un elemento en la narrativa que evite buscar la empatía con la audiencia, y si se le añade un monstruo del cine de género que también carece de profundidad o desarrollo como lo son los zombies, la combinación es casi siempre llamativa. Tal es el caso con Operación Overlord, la película de Julius Avery, quien de la mano de JJ Abrams y su compañía Bad Robot, nos regresan a un escenario ficticio durante la Segunda Guerra Mundial, en la que un grupo de soldados llegan a una zona ocupada por los alemanes durante el Día D… y las cosas no son lo que parecen.

Mathilde Ollivier protagoniza esta cinta que junta a dos villanos por excelencia: los zombies y los nazis.

Lo primero que habría que señalar en Operación Overlord es su lograda secuencia inicial, que recuerda escenas militares como Al filo del mañana y, en sus debidas proporciones, Rescatando al soldado Ryan, en donde la acción nos lleva directo a los hombros de cada soldado, todo a través de un cuidado plano secuencia. Sin embargo, uno de los problemas a los que se enfrenta la película es al exceso del uso de las sombras y la oscuridad como elemento que enganche con la audiencia.

Es decir, la gracia de muchas películas de terror es precisamente ese: jugar con las sombras y la caída de la noche, pero es un recurso que rápidamente podría convertirse en cliché y dejar a los monstruos escondidos durante 90 minutos, para en su último acto mostrar la amenaza.

Pero esto no le quita algunos de los elementos por lo que vamos a ver una película de terror al cine: asustarnos entre amigos sin pasar momentos que nos inquieten. Es un entretenimiento que juega con estos elementos del cine serie B –aquel de científicos locos y los chicos buenos dispuestos a salvar el día–. Aunque habría que señalar que, a diferencia del cine de matiné de los 50 y 60, aquí la mujer no espera que la rescaten, sino que toma también un rifle y está dispuesta a patearle el trasero a algunos zombies nazi.

Operación Overlord cumple al entregarnos una aventura para asustarnos entre amigos, sin pasar momentos que nos inquieten.

Aunque dentro del segundo acto la película comienza a plantearnos el escenario al que llegará para su desenlace, comenzamos a preguntarnos: ¿qué es lo que pasó con X situación? o ¿Y el misterio Z del principio? ¿Acaso ya no nos dirán qué con eso? Al final, las respuestas a algunas de estas dudas pueden estar ahí, pero no debemos dejar de pensar que es una película producida por el fan de los misterios: JJ Abrams. Sin embargo, probablemente abusó de este recurso.

La proyección en formato IMAX ofrece un toque diferente para un cine de género que rara vez vemos en una pantalla de tal magnitud y eso le ofrece un plus a su secuencia inicial y los momentos de tensión. Al final, Operación Overlord ofrece lo que promete, sin más que puro entretenimiento al más puro estilo de una película de género de los 60, donde la misión para salvar a los vivos se convierte en una lucha por enfrentar a los muertos.

Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.