Monster Trucks

Salvo la parte sobre las camionetotas modificadas con llantas gigantes, la trama nos resulta familiar. En un pequeño poblado (o suburbio) un jovenzuelo con algún tipo de rezago social y/o problemas familiares conocerá un insólito ente, que podría ser alienígena (E.T. El extraterrestre), mitológico (Mi amigo el dragón), artificial (El gigante de hierro), marino (Liberen a Willy) o de cualquier otra índole. El extraño ser generará un vínculo afectivo con el protagonista y vivirán aventuras que incidirán en el proceso de maduración del rapaz. La criatura, por supuesto, requiere la ayuda del amigo humano para regresar a su entorno natural, lo cual –en el mejor de los casos– culminará con una emocionante persecución y una emotiva despedida.

En Monster Trucks, la desconocida forma de vida proviene de un medio acuático en las profundidades de la Tierra y es involuntariamente traída a la superficie en el proceso de exploración de un pozo petrolero. Conocerá a Tripp (Lucas Till), un adolescente que en sus tiempos libres trabaja en un deshuesadero de autos y que está armando una camioneta con pedazos viejos.

La película cuenta una ingeniosa visión de la simbiosis biomecánica. Absurda, pero ingeniosa… El exótico ser, cuya apariencia es una suerte de mezcla entre ballenato y calamar, se integra como motor de la «troca», para convertirla literalmente en una camioneta-monstruo.

Con todo y su perfil de entretenimiento familiar y fantasía, Monster Trucks alude interesantes temáticas para los jóvenes. Al igual que la teleserie animada Blaze and the Monster Machines, también producida por Nickelodeon desde 2014, enfocada hacia el aprendizaje de los infantes sobre ciencia, tecnología y matemáticas, Monster Trucks tiene algo qué decir. Ni tan didáctico, ni tan contundente, pero la cinta alude a problemas sociales y ambientales. Comenzando por su villano extraído del más voraz capitalismo: una empresa privada. 

La compañía petrolera desconocerá cualquier tipo de límites, con tal de no frenar ni disminuir su capacidad productiva. El desdén absoluto encuentra su primera víctima en la localidad de la explotación natural. Un pequeño pueblo que depende económicamente de ella y que no recibe respeto hacia sus habitantes o autoridades. Y por supuesto el daño al medio ambiente. El descubrimiento de un nuevo ecosistema, lejos de apreciarse como una revelación científica, se presenta como un obstáculo para los ejecutivos. Un estorboso inconveniente que tiene que ser destruido y encubierto.

Monster Trucks es ligera y entretenida, aunque resiente el poco desarrollo de sus personajes y un reparto infrautilizado que incluye a Danny Glover como el bonachón dueño del deshuesadero y Rob Lowe haciendo el papel del caricaturizado ejecutivo petrolero. 

El filme aprovecha el uso del 3D para lograr crear cumplidoras escenas de acción. Sin embargo, la intención de emular a un clásico como E.T. El Extraterrestre (1982), termina por diluirse para parecer más bien una versión contemporánea de Liberen a Willy (1993), donde la mayor novedad podría ser que el chico se toma una selfie con la peculiar criatura.

Charlie Del Río Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.