Marvel’s Luke Cage – Temporada 1

Daredevil. Jessica Jones. Luke Cage. Nos falta Iron Fist y el semi-spinoff de Punisher, pero con estos tres superhéroes/antihéroes/vigilantes como precedente, queda claro que las series por venir antes (y después) de The Defenders están forjando algo aparte en un universo Marvel donde “todo está conectado”, pero donde no necesariamente veremos combinarse en un solo producto (al menos ahora).

En Luke Cage se acabaron los momentos de sobresalto cuando se menciona a Iron Man, Hulk o Cap. Sí sonreímos al ver un nuevo cameo bidimensional de Stan Lee y agradecemos las referencias evidentes o ambiguas al MCU. Pero el micro-universo neoyorquino de Marvel/Netflix ya está en otro nivel… y me atrevería a asegurar que uno bastante por encima de lo que ABC está haciendo con los Agentes de SHIELD y con la desahuciada Peggy Carter.

Los 13 episodios de Luke Cage son intensos. No todos perfectos, pero sí intensos de una forma u otra. Al principio, se siente como uno de esos videojuegos difíciles de entender… que requieren de una curva de aprendizaje para adaptarse al ritmo y cadencia tan diferentes a Daredevil y la deprimida señorita Jones. Pero al superar el tercer episodio, Carl Lucas nos ofrece una narrativa sólida, como aquellas series de antaño estilo Columbo, Quincy, Adderly... diálogos densos pero significativos que cobran un mayor sentido hacia la conclusión de la historia central y dotan de profundidad a los personajes.

Así, Mike Colter nos entrega un Cage mucho más profundo que el “galán fortachón” de Jessica Jones. Nos enamoramos del antagónico entregado por Mahershala Ali y sufrimos con los giros en la historia –no se creerán que la historia sigue tras el episodio 7– y el refuerzo histriónico de Rosario Dawson, Alfre Woodard, Simone Missick y el entrañable Pop de entrañable Pop de Frankie Faison son extraordinarios y los villanos forjados por Theo Rossi y Erik LaRay Harvey son de cátedra, aunque jamás tan legendarios como el Kilgrave de David Tennant.

La banda sonora de Ali Shaheed Muhammad y la selección de artistas y canciones dotan a Luke Cage de ese entorno afroamericano de un Harlem nostálgico, y hasta cierto punto atemporal. Las secuencias de acción no son tantas como se esperaría y francamente la abundancia de diálogos podría sentirse pesado en momentos, pero la idea es disfrutar de toda la temporada como una sola gran historia. El show no deja de tener un par de inconsistencias y errores aquí y allá –heroínas con brazos heridos que andan como si nada en la siguiente escena, la psique excesivamente cambiante de Cage por momentos, lo absurdo que Daredevil o Jessica no se enteren ni intervengan en el conflicto estando en la misma ciudad, etc.– pero al final la historia cumple con creces en la misión de enriquecer el camino hacia The Defenders.

Especial atención a cómo la historia de pronto eleva un mensaje no necesariamente anti-racista o anti-armamentista, sino de una tolerancia verdaderamente justificada y no solo como una moda o tendencia del momento. Sin caer en los excesos, el mensaje se siente correcto y honesto.

Netflix y Marvel TV tuvieron un gran acierto al elegir a Cheo Hodari Coker como el showrunner de esta serie, que no llega a las calzas de Daredevil pero definitivamente está un escalón o dos por encima de Jessica Jones. El tercer acto, la conclusión y los cliffhangers del episodio 13 resultan los mejores de la saga Defenders hasta ahora y dejan con ganas de más Cage solo en el futuro. Una serie muy recomendable, pero repito: para algunos será un gusto adquirido que vale la pena. ¡No se la pierdan por Netflix!

Julio Vélez Colaborador en web y revista Cine PREMIERE desde 2006. Me especializo en anime/manga, comics, doblaje, tecnología y videojuegos. Mis sagas favoritas: Doctor Who, Star Trek, Dragon Ball y Star Wars. Batimaníaco, geek ochentero y hardcore gamer.