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Cine

La región salvaje – Crítica

30-01-2018, 4:02:33 PM Por:
La región salvaje – Crítica

Una estupenda película de género dirigida por el mexicano Amat Escalante.

Cine PREMIERE: 4.5
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Una película arriesgada e impactante que explora el género fantástico a través del terror y la ciencia ficción pero sin renunciar a los comentarios sociales sobre el México contemporáneo –la homofobia, el machismo, la violencia de género, la violencia a secas y la indiferencia–. Eso es La región salvaje, el más reciente largometraje de Amat Escalante, quien ganó el premio a la dirección en el Festival de Cine de Venecia por esta película un año antes que Guillermo del Toro y que en 2013 se llevó el premio análogo en Cannes por Heli.

La imagen que abre la película es la de un meteorito. Pronto sabremos que ahí viajaba un monstruo tentacular (el cual ha hecho pensar a muchos críticos en una influencia del porno tentacular, una variante del anime, y que el propio cineasta ha dicho que no conocía), el cual es alojado por unos ancianos en una cabaña en las afueras de Guanajuato. El alien tiene encuentros sexuales con Vero (Simone Bucio), pero cuando la lastima, la pareja le pide que busque otras personas que quieran relacionarse carnalmente con el esperpento extraterrestre.

Vero conoce a Fabián (Edén Villavicencio), un enfermero gay que le cura sus heridas en el hospital. Este, a su vez, se encuentra en una complicada relación con Ángel (Jesús Meza), el borracho, misógino y homófobo esposo de su hermana Ale (Ruth Ramos), con quien tiene dos hijos pequeños. Así pues, el ya de por sí complicado triángulo amoroso se complica todavía más con la interacción del bicho informe de tentáculos fálicos con los hermanos, lo que da paso a una historia de liberación femenina desde una perspectiva crítica y mordaz que además habla de la importancia de ser plenamente conscientes de nosotros mismos y lo que somos.

Escalante y su coguionista Gibrán Portela armaron el relato con meticulosidad para que su incursión en el cine de género no se desbarrancara en el ridículo y, por el contrario, se sostuviera plenamente. No hacen falta vericuetos metafísicos ni una insistencia por una cámara contemplativa o deconstrucciones temporales. Tampoco diálogos ni situaciones extravagantemente intelectualizadas. Lo que hay son atmósferas bien cuidadas para transmitir desasosiego, un monstruo hecho impecablemente, un score compuesto a cinco manos que remite al género, una fotografía de Manuel Alberto Claro (Melancolía, 2011) efectiva y destacada y, sobre todo, un guion inteligente y entretenido pero para nada vacuo.

La cinta, lo ha dicho el mismo Amat, tiene como una de sus grandes inspiraciones a la película de culto Posesión (1981). Pero tampoco oculta sus referencias al cine de David Cronenberg o al del Ridley Scott de Alien (1979). Tal vez el único «pero» que hay que ponerle a esta extraordinaria propuesta de terror y ciencia ficción del cine mexicano es la irregularidad de Escalante en la dirección de actores. Mientras Ruth Ramos y Simone Bucio están estupendas –en especial la primera–, Jesús y Edén se ven acartonados –en especial el primero–. Pero a pesar de eso La región salvaje funciona en muchos niveles, incluido el del entretenimiento. Es inexplicable que haya tardado tanto en llegar al circuito comercial, pero finalmente llega y hay que ir a verla.

Demuestra y corrobora que hay varias generaciones de cineastas mexicanos en activo que están marcando la pauta a nivel mundial. Amat es, sin duda, parte de ellos.

autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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