La asesina

La trama de Nie yin niang o La asesina, por su título en español, se ubica durante la China del siglo IX y en ella seguimos los pasos de la joven hija de un general, criada desde niña por una monja, quien está en proceso de convertirse en una implacable asesina de monarcas corruptos. El problema es que su nueva misión consiste en matar a su primo, quien tiempo antes también fuera su prometido, y que ahora se ha convertido en el gobernador disidente de la provincia militar de Weib. Un dilema que le lleva a cuestionar su lealtad, sus principios y sus más profundos sentimientos. 

Aclamada alrededor del mundo, incluso galardonada con la Palma de Oro a Mejor director en el pasado Festival de Cannes, esta película encuentra sus antecedentes dentro de la variante del cine de época conocido como «wuxia«.  Este subgénero está casi siempre relacionado con las artes marciales –hace algunos años llamó mucho la atención con piezas de tintes poéticos como El tigre y el dragón, Hero, La casa de las dagas voladoras y la maldición de la flor dorada– y se caracteriza por casi siempre estar basado en una novela y enfatizar la cuestión filosófica, además de ser muy tradicional en el continente asiático. Al igual que en aquellas cintas mencionadas, aquí el dramatismo exacerbado, el trasfondo espiritual, la narrativa envolvente, ademas de la austeridad y precisión apabullante de los diálogos, son sus rasgos más evidentes. La diferencia, es que el principal acierto no está en una excesiva estilización de las secuencias de acción -que no son muchas, por cierto, y las que hay son sumamente breves-, sino en la búsqueda de una naturalidad que termina siendo llevada a niveles inesperados de virtuosismo. Y es que el experimentado director Hou Hsiao-Hsien, cuya filmografía incluye títulos como Flowers of Shanghai y El vuelo del globo rojo, hace de las pausas y los silencios la herramienta ideal para hilvanar un concepto de marcado carácter melodramático, con un desarrollo reflexivo, sugerente y por momentos contemplativo, sobre una historia de tintes trágicos que nunca se le va de las manos. 

Mención aparte merece la impresionante belleza de la propuesta visual, la cual saca provecho del uso de escenarios exteriores y de la luz natural, con puntos de vista poco rebuscados. Por si fuera poco, encuentra la réplica exacta en los interminables silencios del personaje protagonista interpretado por la taiwanesa Shu Qi (Gone with the Bullets, The Last Woman Standing), que no hacen sino estirar de forma gradual, pero con firmeza, los puntos de tensión, dejando en claro que la verdadera batalla está en el plano emocional. 

Así pues, estamos hablando de una obra sofisticada y de manufactura impecable, cuyo ritmo parsimonioso puede hacer que resulte algo cansada para quien sólo esté acostumbrado a los convencionalismos hollywoodenses, pero que bien vale la pena se de la oportunidad de acercarse a formas fílmicas provenientes de otras latitudes. La asesina ciertamente exige paciencia, pero pueden estar seguros que ésta será recompensada y con creces. 

Jesús Chavarría Critico de cine y cómics. Critico en Cine con Kristoff de Telehit. Fue editor de Stageone México. Colaboró con Playboy, Chilango y la edición mexicana de Archie. Hoy escribe para La Razón y Mórbido Magazine. Conduce el programa de radio y Tv, Rocket.