El círculo

“Si tu visión
futurista es un iPhone 3, para cuando estrene tu película, ya habrá salido el 7
y la gente se va a morir de risa”, nos dijo hace unos años en entrevista el director mexicano Iyari Wertta. El tiempo es muy cruel, y no espera
nada ni a nadie. Especialmente al cine. ¿Cuántas películas hemos visto que han
envejecido luego de algunos años de haber sido estrenadas? Eso,
lamentablemente, le pasó a El círculo.

Si mezcláramos la aterradora policía del pensamiento y la
idea del Big Brother del gran clásico
1984 de George Orwell, con la
estremecedora premisa del poder de las imágenes sin razonamiento en Homo videns, de Giovanni Sartori, el
resultado podría ser similar a la premisa prometida de esta cinta de James
Ponsoldt (The Spectacular Now) protagonizada
por Emma Watson y Tom Hanks.

En esta historia, Mae (Watson) consigue el trabajo de sus
sueños en la poderosa empresa de tecnología llamada The Circle –que podría ser
una mezcla de todas las compañías que habitan Silicon Valley–, en la que poco a
poco descubrirá la frivolidad de las redes sociales y los planes secretos de la
compañía que afectarán significativamente a la humidad erradicando por completo
su privacidad.

¿El problema, entonces, es hablar de cosas actuales en tus
historias? No. El inconveniente es la ejecución de dichos temas y sostener
todo tu argumento con algo que quizás en un futuro –más pronto de lo que crees–
puedan ser algo normal dentro de nuestra cotidianidad en el siglo XXI. En esta
era en la que hemos visto las cosas más extrañas y aterradoras en vivo a través
de Facebook Live, o en el que experimentos como el de Katy Perry –de transmitir
en vivo al mundo cuatro días de su vida– a nadie le sorprende ya una historia
en la que tu vida está disponible en línea las 24 horas al día, siete días a la
semana. 

Sorprendería, desde luego, si se le diera un giro
interesante y se definiera bien el camino por el que se quiere seguir. Ahí
está, por ejemplo, Black Mirror y todos
sus episodios, que son más reales y actuales que nada, y que impactarán cada
vez que se les vea. Y lo más atractivo de El
circulo es esa premisa prometedora que nos atrae al cine y que,
lamentablemente, poco a poco se va desarticulando en varias historias, de las
cuales, ninguna llega a preponderar.

La cinta pudo ser una crítica aguda a nuestra interacción
con las redes sociales; a nuestra percepción de lo que es real y lo que no; la
desinhibición que nos da estar detrás de una cuenta con identidades falsas; a
esa espantosa idea de vivir tu vida ahora a través de una pantalla y, sobre
todo, nuestra obsesión cada vez mayor a ser vistos y ser testigos de cada
instante que pasa en la vida de todos. Sin embargo, nada de eso llega a
concretarse en esta cinta.

Aquí, ni el enorme talento y carisma de sus protagonistas –que sorprendentemente jamás llega a brillar como en el resto de su filmografía–, así como la nostalgia de ver a Bill Paxton en su último papel en la pantalla
grande, logran salvar a una cinta cuyo “futuro distópico” le alcanzó la
realidad; una que, penosamente, es más intrigante que lo que vemos en esta
ocasión en la pantalla grande.  

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Arturo Magaña Arce Apasionado de ver, escribir, leer, investigar y hablar sobre cine en todas sus formas. Soy fan de Star Wars, me sé de memoria todos los capítulos de Friends y si me preguntan de cine mexicano, no hay quien me calle. Editor en Cine PREMIERE.