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Cine

El alma de la fiesta – Crítica

29-06-2018, 4:27:58 PM Por:
El alma de la fiesta – Crítica

A pesar del talento de su protagonista, El alma de la fiesta nunca sabe qué hacer con la presencia de McCarthy en una historia desprovista de un conflicto atractivo para la audiencia.

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Melissa McCarthy es una joya de la comedia. Ella puede hacer todo: ser la amiga obscena de Kristen Wiig en Damas en Guerra (2011); la heroína que salva al mundo en Spy: Una espía despistada (2015) y la compañera con una actitud desfachatada de Sandra Bullock en Chicas armadas y peligrosas (2013). Y es precisamente por todo esto que es muy frustrante ver a la actriz en El alma de la fiesta, una cinta que no le da el mejor material para explotar su talento en el género.

En El alma de la fiesta, Melissa McCarthy interpreta a Deanna Miles, una mujer que descubre que su esposo tiene planes de dejarla después de despedirse de su hija, quien iniciará la universidad un poco lejos de casa. Triste y desesperada por encontrar una nueva motivación en su vida, Deanna se inscribe a la misma institución con la intención de terminar la carrera que dejó en pausa para contraer matrimonio hace muchos años. Contrario a lo que cualquiera podría imaginar, Deanna rápidamente encuentra su lugar dentro de la hermandad a la que también pertenece su hija así como de su grupo de amigas, quienes la reciben con los brazos abiertos desde el inicio.

El peor pecado que una comedia puede cometer es no ser chistosa y el segundo mayor error del género es mostrarle al público que las bromas y los chistes que están en el guion existen de manera forzada. Ambas faltas están presentes en El alma de la fiesta, una comedia que está sumamente calculada en los momentos donde quiere hacer reír al público y lo que es incluso más decepcionante, es que se trata de una historia que nunca sabe lo que quiere hacer con su personaje principal.

Por un lado están las encantadoras escenas entre McCarthy y Luke Benward, las cuales son lo mejor de una cinta que tiene miedo de ser atrevida con lo que dice y muestra y que, sin embargo, brilla más cuando deja que los personajes actúen como universitarios reales. Es hilarante y refrescante ver a Deanna Miles tener sexo –en todos los lugares posibles– con Jack (Benward), el chico más popular de la escuela, pero tan pronto ella regresa a su círculo de amigas, todo se vuelve demasiado rosa y perfecto para ser creíble.

Lo cual nos lleva a la falta de conflicto que presenta la historia. Uno podría pensar que al tratarse de una comedia, lo importante son la cantidad de risas y situaciones chistosas que puedes escribir para tus personajes. No obstante, como cualquier narración, ésta también debe tener un conflicto atractivo para que el público se interese por lo que está ocurriendo en pantalla. En El alma de la fiesta no hay ninguna sensación de riesgo o peligro y no es hasta el tercer acto que Deanna se topa con un obstáculo mínimo que se resuelve a los cinco minutos de haberse presentado.

En lo que respecta al resto del reparto, la mayoría de los personajes se sienten como ideas tardías que fueron introducidas por necesidad y no de manera orgánica. Gillian Jacobs, Maya Rudolph y Julie Bowen son actrices que también han mostrado sus dotes en el género tanto en el cine como en la televisión, pero en El alma de la fiesta, sus intervenciones son sosas y banales. Lo mismo ocurre con el cameo de cierta cantante pop que llega a salvar el día de la manera más inverosímil posible.

Es curioso que cada vez que McCarthy protagoniza una cinta dirigida por su esposo Ben Falcone, su talento se vea opacado por guiones que la ponen en situaciones que son risibles pero que no dan risa, lo cual nunca ocurre cuando la actriz está bajo las órdenes de otros directores como Paul Feig. Al igual que su personaje en El alma de la fiesta, quizá McCarthy debería dejar su relación con Falcone en un plano personal y seguir creciendo como la gran actriz de comedia que es lejos de casa.

autor Soy fan de los slasher y me gustaría vivir en una película de terror. De grande quiero ser como Sidney Prescott. Algún día escribiré un best seller. Me gustan los libros, las series y obviamente, el cine.
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