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Cine

Creed 2: Defendiendo el legado – Crítica

01-01-2019, 5:28:57 PM Por:
Creed 2: Defendiendo el legado – Crítica

Una revancha emocionante -pero algo desgastada- que en los combates cuerpo a cuerpo te mantiene al filo del asiento.

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Creed: corazón de campeón marcó el regreso de Sylvester Stallone en la piel de Rocky e incluso le valió un Globo de Oro y una nominación al Oscar. La misión de su secuela Creed 2: Defendiendo el legado es profundizar en Adonis Creed (Michael B. Jordan) y confrontarlo con la herencia legendaria de su padre –sobre el ring y a nivel personal–, y su muerte prematura (lo que ocurrió en Rocky IV). ¿Cómo? Enfrentándolo con Viktor Drago, el hijo de Ivan Drago, el púgil responsable de la caída de Apollo Creed.

Esta secuela no cuenta con la dirección de Ryan Coogler, quien permaneció cercano al proyecto en el rol de productor para permitirle a Steven Caple Jr. tomar la batuta. Bajo su mandato la película retoma líneas argumentales de otras entregas de la saga del underdog boxístico: el factor emotivo y las charlas motivacionales, por ejemplo, añade similitudes con Karate Kid y la estética indie que caracterizó a su antecesora inmediata.

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El boxeador alemán de origen rumano Florian Munteanu interpreta a Viktor Drago, quien intenta redimir a su padre.

Como en aquella, la calidad de las afrentas sobre el cuadrilátero son de un realismo y emoción cuasi palpables que le inyectan dinamismo y emoción cuando el ritmo va en picada. Caple Jr. hace un notorio aprovechamiento de la cámara subjetiva (cuando vemos cómo el protagonista recibe golpes certeros) y de la cámara lenta para añadir dramatismo a estas escenas y sublevarlas a un enfrentamiento épico. Son más emocionantes que una pelea real gracias a los close-ups.

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En Creed 2: Defendiendo el legado la relación entre Adonis y Bianca evoluciona y enfrenta turbulencias.

No obstante, donde esta danza corpórea se queda corta es en el acartonamiento de las motivaciones de los personajes. No sólo son semejantes a los sentimientos ya experimentados por Rocky, Apollo Creed o el mismo Ivan Drago en el siglo pasado, sino que en el caso de los antagonistas actuales sus conflictos internos son plásticos, primitivos y bidimensionales. En sí la contraposición maniquea entre estadounidenses y rusos está por demás mancillada. Vamos, odiar a Rocky porque tras perder la pelea con él Drago fue vilipendiado en Rusia parece una exageración; un complejo inmaduro ad hoc con un comportamiento pueril perteneciente al jardín de niños, no para hombres maduros y atletas de alto rendimiento.

Pero además de retomar acontecimientos ya explorados en la franquicia,Creed 2: Defendiendo el legado no consigue desafanarse de los fantasmas del subgénero: es un cuento más de cómo el tesón y la lucha son garantes de la victoria. De ahí que tras pasados unos pocos minutos de pietaje se vaticine el camino a recorrer. Lo que mantiene el interés es la subtrama dramática familiar de Creed, la cual permite apreciar el registro actoral tanto de Michael B. Jordan como de Tessa Thompson.

Creed 2: Defendiendo el legado es una revancha emocionante -pero algo desgastada- que en los combates cuerpo a cuerpo mantiene al filo del asiento y ésa es su nota mejor tocada. Si bien hay un desarrollo en el arco de Creed, quien también transita por pesares personales, para Stallone significa una digna despedida del hombre que lo ayudó a florecer como actor; hasta siempre, Rocky Balboa.

autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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