La jugada maestra
Retrato de la historia del campeón mundial de ajedrez, Bobby Fisher y el Match del Siglo contra B. Spassky que se queda corto en reflejar su singularidad épica.
Bobby Fisher fue un prodigio del ajedrez. Un loco y un genio
que vivía repasando los movimientos de las piezas de memoria. Un jugador estadounidense
que en 1972 derrotó al entonces campeón del mundo, el soviético Boris Spassky,
y obtuvo el título máximo del ajedrez en un encuentro cardiaco que está catalogado
como el Match del Siglo. Fue un rayo de esperanza y gloria para el pueblo
gringo durante la Guerra Fría.
La jugada maestra retrata estos sucesos históricos, pero se
queda corta en reflejar su singularidad épica. La película abarca desde la
infancia de Bobby Fisher, su obsesión por convertirse en el número uno, su
inteligencia y al mismo tiempo su desequilibrio mental que lo llevaron a la
perdición. Más que una biopic, funciona como una dramatización para el público
en general, para terminar de verla y quizá tener la curiosidad de investigar más
sobre el tema, no se clava en los movimientos y estrategias del propio juego
de ajedrez.
Los papeles secundarios, Liev Schreiber como Boris Spassky, Peter
Sarsgaard como el Padre Bill Lombardy y Michael Stuhlbarg como Paul Marshall no
son memorables, pero satisfacen y ayudan a la construcción
del personaje principal y a destacar sus emociones. Tobey Maguire interpreta a
Bobby Fisher, con dos resultados: hay varios momentos en la película, sobre
todo cuando grita, que logra reflejar la inestabilidad e intelecto de su
personaje, pero hay otros en que su mirada perdida no transmite, no proyecta
credibilidad, se ve y se siente sin espíritu, sin alma.
El director Edward Zwick (Diamante de sangre) utiliza material de archivo en varios momentos durante la película, y el enfoque de la historia lo concentra alrededor del infierno que vive Fisher en su cabeza. Aunque el cierre es abrupto y deja caer la emoción que genera ese Partido del Siglo, la narrativa de la película aporta una reflexión sobre lo que es alcanzar una obsesión, sentirte realizado, lleno durante unos minutos y después completamente vacío cuando se alcanza ese punto máximo y ya no hay nada más que te motive en el mundo.