Matar al mensajero

Matar al mensajero nos ubica en un caso poco conocido en México, pero un escenario muy recorrido en el cine: el periodista que encuentra una verdad turbulenta y que pronto comienza a ser cazado por departamentos gubernamentales de Estados Unidos. 

Jeremy Renner interpreta al reportero Gary Webb, quien como parte de su trabajo en el San Jose Mercury News, descubre una conexión entre los rebeldes de Nicaragua y la CIA para que puedan pasar cocaína sin ningún problema en las aduanas. Tan pronto es publicado su trabajo, los encargados en el poder comienzan una estrategia para desacreditar y derribar a Webb. 

Dirigida por Michael Cuesta, Matar al mensajero toma mucho de estos thrillers político-periodísticos, desde el clásico de referencia Todos los hombres del presidente pasando por Syriana de George Clooney, hasta la olvidada El informante de Michael Mann. Y mientras Jeremy Renner ofrece un papel construido sólidamente que va de la seguridad a la paranoia, el resto de los actores permanecen más en automático. 

Así mismo, los «villanos» de la trama están manejados de una manera plana, donde al ser agentes secretos, desde su caminar hasta sus miradas parecen tomadas del manual Cómo ser un espías 1.1. Mientras que los compañeros de Webb parecen personas sin algún tipo de profundidad psicológica ya que toman todo por un hecho sin siquiera investigar, ¿no se supone que son periodistas todos?

Sin duda la historia de Gary Webb es por demás interesante y la película de Jeremy Renner le rinde hasta cierta forma un homenaje a su legado y a la espiral por la que descendió su prestigio periodístico, sin embargo para efectos de impacto y trascendencia, la cinta se queda corta. Matar al mensajero probablemente llegó 10 años tarde a las pantallas, cuando la historia de Webb cobró más sentido en 2004.

Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.