Gente de bien
Protagonizada por Kate Hudson y James Franco, Good People no tiene mayor pretensión que entretener, pero apenas y lo logra.
Con una premisa y estructura digna de un episodio de Castle (o la serie de “misterio de la semana” que prefieran), Gente de bien (Good People) es una de esas películas que resultan ser exactamente lo que parecen ser. Es entretenimiento simple, básico y sin alguna pretensión más allá de mantener nuestra atención durante la hora y media que dura. ¿Lo logra? Apenas… pero sí.
Gente de bien está basada en la novela del mismo nombre en inglés y sigue a una pareja de norteamericanos con problemas económicos (Kate Hudson y James Franco) quienes, por alguna razón irrelevante a la trama, viven en el Reino Unido. Un día, los jóvenes descubren que la persona a quien le rentan el sótano de su casa ha muerto y entre sus cosas encuentran un maletín lleno de dinero en efectivo. Como era de esperarse, porque de otra forma no habría trama, Tom y Anna Wright comienzan a gastar el dinero antes de asegurarse de que el botín no le pertenezca a alguna asociación criminal. Y… ¿adivinen a quién le pertenecen todos esos billetes?
De ahí en adelante, la película se desarrolla con todo el suspenso, giros de tuerca y set pieces de acción, balazos y romance necesarios únicamente para avanzar la trama, pero sin complicarla demasiado. Esto desafortunadamente resulta en un argumento que parece armado en una clase de guionismo para principiantes y demasiado simplón para un público sofisticado moderno que necesita de un poco más que música emocionante y drama superficial.
Si Perdida de David Fincher está en un extremo, Gente de bien se encuentra al otro lado del espectro del género. Aun así, para la audiencia menos exigente en búsqueda de algo “para no pensar” –la cual tristemente se ha convertido en una cualidad deseable por algunos– y sin narrativas rebuscadas, experimentales, profundas o “complicadas”, esta cinta puede resultar una buena opción. Reservada para ellos y para fanáticos de James Franco que quieran algo un poco más entretenido que su cuenta de Instagram.