Alexander y un día terrible, horrible, malo… ¡Muy malo!
A pesar de ser divertida y contar con las atinadas actuaciones de Steve Carrell y Jennifer Garner, su gran error es ser predecible.
¿Alguna vez han tenido un día en el que absolutamente nada les sale bien? Tal es el caso de Alexander, un niño que sufre el peor día de su vida en la víspera de su cumpleaños y que cansado por la indiferencia de su familia, pide como deseo que sus padres y hermanos tengan un día igual de malo. El problema: sus padres y hermanos tienen actividades de gran importancia que se verán afectada por esta magia cumpleañera.
Alexander y un día terrible, horrible, malo…¡Muy malo! (Alexander and the Terrible, Horrible, no Good, Very Bad Day) está inspirada en el cuento homónimo de Judith Viorst, pero lejos de concentrarse únicamente en las penurias que aquejan al joven protagonista, nos muestra las numerosas desgracias que afectan a su familia a lo largo del día. Esta modificación resulta más que positiva para el desarrollo de la historia, ya que resulta fácil identificarse con cualquiera de los personajes y con la desesperación que experimentan ante la infinidad de conflictos: desde el molesto acné que aparece justo el día de la graduación hasta la desesperación por una entrevista laboral fallida.
Esta empatía también se ve beneficiada por el buen trabajo actoral del elenco, destacando las atinadas actuaciones de Steve Carrell y Jennifer Garner. Además de la buena química entre ambos actores, su carisma resulta determinante para que el público pueda compartir las decepciones de Alexander sin llegar a molestarse verdaderamente con sus personajes. Mención aparte para Ed Oxenbould, joven protagonista que realiza un muy buen trabajo como el héroe de esta simpática historia.
A pesar de esta serie de aciertos, el principal problema de Alexander y un día terrible, horrible, malo…¡Muy malo! no radica en memorizar su kilométrico título, sino en su trama increíblemente predecible que permite anticipar los sucesos de la historia desde los primeros minutos. En caso de que esto no les incomode, se trata de una excelente opción que seguramente arrancará algunas carcajadas al tiempo que nos recuerda que siempre podemos sacar algo bueno del peor de nuestros días.