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Cine

Cantinflas

15-09-2014, 12:48:50 PM Por:
Cantinflas

Cantinflas logra trascender el nivel estético superficial y entrega una obra emocionalmente verdadera. La protagoniza Óscar Jaenada.

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Lo primero que habría que destacar, es que más que una reproducción precisa de la vida y obra de uno de los más grandes artistas que hemos tenido como país, Cantinflas, la película, es un homenaje no sólo al personaje, sino a una época en general. Ésta es una película tributo, un filme que celebra un estilo de cine y una clase de estrella que ya ha desaparecido. No es una copia ni una imitación, porque eso no le serviría a nadie de nada. Ésta es una interpretación y una celebración del actor a quien Chaplin llamó el mejor cómico del mundo. Eso es justamente lo que tenía que ser y lo logra con creces. 

La obra de Sebastián del Amo (quien en el 2012 presentó El fantástico mundo de Juan Orol a grandes ovaciones) se desarrolla a lo largo de 2 líneas argumentales principales. Por un lado, tenemos la línea narrativa llevada por Michael Imperioli (The Sopranos) como Mike Todd, el productor de La vuelta al mundo en 80 días (1956). Aquí el asunto gira en torno a sus diversos intentos por juntar a la mayor cantidad de estrellas posibles en la que él veía como la película más grande jamás filmada.

Así, vemos unas espectaculares recreaciones del Hollywood cinematográfico de los 30. Digo “el Hollywood cinematográfico” porque aunque seguramente no lucía así aquella ciudad, así es como la recordamos. Nuestra memoria colectiva está llena de imágenes que lucen exactamente así y cualquiera que haya visto algún filme de esa época de oro, no podrá evitar regocijarse con aquel diseño de producción. Ése, por cierto, es uno de tantos premios que los creadores de Cantinflas se deben estar preparando para recibir.

La 2a línea argumental, ahora sí, gira en torno a Mario Moreno y sus diversos comienzos en falso haciendo cuanto trabajo le pusieran enfrente. Desde barredor, hasta boxeador y proto-stand-up, lo vemos encontrar su voz, descubrirse a sí mismo y hallar al personaje que lo acompañaría el resto de su vida. Es en esta línea narrativa donde quizás algunos espectadores podrían empezar a encontrarle pelos a la sopa. Y es que resulta clarísimo desde sus primeros fotogramas que Cantinflas está mucho más interesada en ser emocionalmente verdadera, que específicamente biográfica.

Si usted busca lo segundo, seguramente por ahí habrá varios especiales televisivos relatando la vida del actor. Aquí venimos a envolvernos de la magia del cine, de celebrar a aquellas estrellas del celuloide de antaño. Así como lo haría Chaplin en aquella gran obra de Richard Attenborough del mismo título de 1992, el momento en que Mario Moreno descubre a su Cantinflas, tenía que ser mágico y fantástico.

Hablando de aquella, así como Robert Downey, Jr. hace casi 20 años estuvo en boca de todos por su impresionante retrato de Charlie Chaplin, ninguna crítica, comentario o review de Cantinflas estaría completa sin celebrar el absolutamente monumental trabajo de Óscar Jaenada. Su interpretación del artista en cuestión no es únicamente atinada, sino entrañable y –para usar un término favorito de histriones– llena de verdad.

Al igual que la construcción narrativa, que el diseño de producción, que la fotografía, que la puesta en escena y que la musicalización, Jaenada le da vida a Cantinflas no porque se parezca mucho al original (aunque sí se parece), sino porque logra trascender ese nivel estético superficial y entregarnos una obra, como ya fue dicho aquí, emocionalmente verdadera. 

autor Escritor, director de cine y director editorial en ésta, su amigable vecina publicación de cine, Cine PREMIERE. Nunca perderá la esperanza de una segunda temporada de Studio 60 on the Sunset Strip y Firefly.
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