Guten Tag, Ramón

Conmovedora, entrañable, refrescante, son palabras que le vienen bien a la nueva cinta de Jorge Ramírez Suárez (Amar, Conejo en la luna). No se dejen influenciar por el tráiler, que por su mismo formato no permite mostrar más allá de una historia, que a primera vista, puede parecer bastante simple: Ramón vive en una ínfima ranchería en Coahuila con su madre (Arcelia Ramírez) y su abuela (Adriana Barraza). Las condiciones de vida no podrían ser más difíciles y para ganarse la vida Ramón sólo tiene un par de opciones: participar en el narcotráfico local –que no quiere- y emigrar a los Estados Unidos –que ha intentado dos veces sin éxito. El dueño de la tienda local le cuenta de lo bien que le va a su tía como emigrante en Alemania y al poco tiempo Ramón conseguirá inesperadamente el dinero para un boleto. Nada le será fácil en Weisbaden hasta que conoce a Ruth (Ingeborg Schöner), una mujer que lo ayudará a salir adelante.

La historia no sólo suena simple, sino incluso demasiado conocida. ¿Por qué las cuatro estrellas? Porque además de su impecable manufactura, el más grande mérito de Guten tag, Ramón reside en ir más allá de las palabras para hablar frente a frente con nuestras emociones.

Dicen que es más difícil hacer reír que llorar, pero más aún es hacer brotar la lágrima sin recurrir a los lugares comunes consabidos tales como la lástima, la pérdida y demás clichés hollywoodenses. Guten tag, Ramón mueve esa parte de todos en donde se aloja la nostalgia, el amor que uno tiene por el lugar en el que nació, la bondad, la amistad y la confianza.

Y si bien al correr los créditos uno experimenta una renovada esperanza por este mundo, tampoco es una feel good movie, porque nada tiene que ver con la gastada fórmula del que logra alcanzar su sueño siguiendo a su corazón ni con la redención del hombre a través de su propia circunstancia. “Quise contar la historia de una persona como las que yo he conocido –dice Ramírez Suárez– que lo único que quieren es trabajar, que son súper inocentes, nada maleadas. Por otra parte quise atacar la idea de la Alemania nazista, agresiva y fría. Creo que de lo que estoy en contra es del cliché».

Y efectivamente, porque de lo que en realidad trata Guten tag, Ramón es sobre la relación profunda que puede surgir entre los seres humanos a pesar de un idioma, una cultura y una generación diferente, siempre que estemos dispuestos a abrirnos al otro, a dejar atrás el miedo y los prejuicios ante quienes son diferentes a nosotros.

Claudia Llaca Ama el aroma a celuloide por las mañanas porque lo suyo, lo suyo, lo suyo es el cine. Dice que es el único que sigue haciéndole ofertas que no puede rechazar.