Tinker Bell Hadas y Piratas
La animación de la secuela de la franquicia Disney Fairies es modesta para los estándares de los gigantes animados, pero es la más divertida hasta ahora.
Desde su debut cinematográfico en 1953, Tinker Bell se ha convertido en uno de los personajes más emblemáticos de los estudios Disney, cuya popularidad sigue manifestándose hasta nuestros días. Prueba de ello es su exitosa franquicia Fairies, la cual nos deleita con su quinta entrega titulada Tinker Bell Hadas y Piratas (Tinker Bell and the Pirate Fairy).
Para ser honestos, las diferentes entregas de Tinker Bell nunca se han caracterizado por narrar historias realmente memorables, sin embargo tienen los elementos suficientes para cautivar al público infantil: personajes memorables, sentido del humor y una interesante expansión del universo de Peter Pan. Hadas y piratas no es la excepción a esta regla, pues en esta ocasión la historia nos presenta a Zarina, un hada cuyos deseos por comprender los misterios del polvillo mágico terminarán por condenarla a una vida en el exilio como capitana de un grupo de piratas.
El primer gran acierto de esta secuela radica en la presencia de los bucaneros, ya que además de hacer la franquicia más atractiva para los niños, concede la oportunidad de conocer los orígenes del temerario Capitán Garfio y sus primeros esfuerzos por convertirse en el azote de Nunca Jamás. A esto agreguemos que la película cuenta con infinidad de guiños al clásico de Walt Disney y aunque resulta fácil emocionarse por ellos, los más aficionados descubrirán una serie de importantes irregularidades en relación a los hechos narrados en Peter Pan.
Por otro lado es la primera cinta de Fairies que reduce un poco el peso de Tinker Bell, una decisión arriesgada que al final nos permite conocer mejor al grupo de hadas que le acompañan en cada una de sus aventuras. En cuanto a nuestra hada favorita se refiere, el personaje sigue mostrando la curiosa personalidad que le ha caracterizado a lo largo de la franquicia, aunque sigue estando muy alejada del singular estilo que le conocimos en la adaptación animada del niño perdido.
Técnicamente hablando, Hadas y piratas mantiene el nivel que le ha caracterizado a lo largo de la franquicia: modesto para los estándares de los gigantes animados, pero muy superior en comparación con otros proyectos animados de menos calibre. Sin embargo estas características pasarán a segundo término para los ojos de los más pequeños, cuya diversión está más que garantizada en la que bien podríamos considerar la película más divertida hasta ahora de Disney Fairies.