Cuestión de tiempo
Del británico Richard Curtis, About Time es una comedia romántica que pierde el punto a la mitad. La protagonizan Dumhnall Gleeson y Rachel McAdams.
El director y guionista británico, Richard Curtis (Realmente amor), confecciona en su nueva película, Cuestión de tiempo (About Time), uno de los filmes más dispares de 2013: la primera parte es elegante, estética y sentimental; desafortunadamente en la segunda parte, es una mezcla entre Twilight Zone y una tarjeta Hallmark de San Valentín.
Al cumplir 21 años, Tim –interpretado por Dumhnall Gleeson, a quien recordarán por interpretar a Bill Weasley en Harry Potter– se entera que tiene la habilidad de viajar por el tiempo –únicamente a su pasado, no puede matar a Hitler. Un día conoce a Mary (Rachel McAdams), sin embargo, gracias a uno de sus viajes, elimina este encuentro y ahora tendrá que encontrar la forma de conocerla otra vez.
Curtis, experto en retratar cortejos fílmicos, no decepciona en mostrar cómo Tim y Mary viven un cuento de hadas. Sus diálogos y escenas cómicas recuerdan a los trabajos de Woody Allen en los 70, y entiendes algunos de los mensajes más claros que lanza al espectador: el amor predestinado, la reflexión sobre las oportunidades perdidas y la paternidad.
Sin embargo, la película peca de inconsistente y pretende rellenar los huecos de un guión meloso y únicamente destinado a crear suspiros, con colores ocres y vestimentas en tonos pastel, sin encontrar un conflicto en la vida perfecta de los personajes.
El director Richard Curtis prolonga innecesariamente su película media hora más, sólo para indicarnos que la clave de la felicidad es vivir día tras día como si fuera un milagro. Qué tristeza que su película no lo fue.
