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Cine

De jueves a domingo

10-10-2013, 12:28:26 PM Por:
De jueves a domingo

La película de la chilena Dominga Sotomayor es una sucesión de bellas y sensibles tomas que apuntan al desbarate de una familia.

Cine PREMIERE: 3.5
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Una familia emprende lo que parecen ser sus últimas vacaciones como tal. El matrimonio de Ana (Paola Gianini) y de Fernando (Francisco Pérez-Bannen) pende de un hilo, destinado a romperse en un futuro inmediato, que no alcanzamos a ver en pantalla pero que permanece ahí, como una sombra difícil de ignorar. Aun así, una mañana toman el auto y, en compañía de sus hijos Lucía (Santi Ahumada) y Manuel (Emiliano Freifeld), se lanzan a un recorrido por el norte de Chile que nunca deja de tener un sabor a despedida. El objetivo: encontrar las tierras que el padre de Fernando compró alguna vez.

De jueves a domingo, el primer largometraje de la directora Dominga Sotomayor, es uno de los títulos que, junto con filmes como No de Pablo Larraín, dieron voz y fuerza al cine chileno durante el 2012. Destaca principalmente por su gran sensibilidad hacia el detalle, así como por la melancolía que emana de entrelíneas, como si lo que estuviéramos viendo se tratara de un recuerdo atesorado: de algo ya extrañado por alguien, en algún lugar. Quizá esa persona sea Lucía, quien, a pesar de su corta edad, es capaz de percibir la tensión que se esconde tras los silencios y actitudes de sus padres, a pesar de la aparente calma de éstos.

La fotografía, a cargo de Bárbara Álvarez, repleta de instantes brillantes, es uno de los elementos que contribuyen a la atmósfera de emotividad, así como a la principal cualidad del largo: a medida que avanza el viaje familiar, la historia se va construyendo sola, sin esfuerzos ni la necesidad de diálogos extensos. La mirada de la cámara es la que narra, a menudo estática por largos periodos de tiempo, en cuyos planos cerrados y abiertos se cuela un universo de nociones, que invitan a descubrir lo que sucede dentro de los personajes, su pasado y futuro familiar.

Es una cinta que apela a la intuición, a lo sensible e implícito, cuyo estilo introspectivo, sin embargo, no será del gusto de quienes disfrutan de los relatos más explícitos o grandilocuentes. Las actuaciones honestas y naturales de toda la familia (especialmente la de los niños) sirven de contrapeso al ritmo pausado y contenido. La mayoría de su tiempo de convivencia sucede dentro del auto, en donde se refleja perfectamente esa intimidad un poco en conflicto que existe entre quienes no necesitan impresionarse unos a otros.

En suma, a pesar de que el ritmo de De jueves a domingo se cae por momentos, al final es una sucesión de bellas y sensibles tomas que apuntan al desbarate de una familia, capaz de evocar la niñez en todos sus matices.

autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
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