Sangre, dolor y gloria
La comedia salva esta historia dirigida por Michael Bay que se siente sobre escrita y exagerada. La protagonizan Mark Walhberg y Dwayne Johnson.
Generalmente, lo mejor del director Michael Bay lo encontramos en sus fríos, explosivos y emocionantes viajes cinemáticos. Pero aquí el enfoque es menos ambicioso y más humano con una frenética y astuta historia de crimen con la suficiente violencia y humor (un dedo del pie amputado que sirve como alimento para un chihuahua) para hacer de éste un viaje divertido si mantienes tus expectativas a la baja.
Sangre, dolor y gloria (Pain and Gain) está basada en la historia real de las crónicas del periodista Pete Collins, la trama se centra en el entrenador personal Daniel Lugo (Mark Walhberg), quien no parece lo suficientemente inteligente para planear un secuestro y apoderarse de todos los bienes de uno de los cliente de su gimnasio, el molesto millonario Kershaw (Tony Shalhoub).
Pero como Lugo explica, él cree que su curso de acción es aceptable y necesario para poder obtener su sueño americano. Así que convence a sus 2 amigos (interpretados por Dawyne Johnson y Anthonie Mackie) de que lo ayuden a lograr la estafa. Y aunque todo sale al revés de cómo lo planearon, lo acaban logrando.
Hay momentos en los que se llega a sentir incomodidad, sobre todo cuando la historia se torna fea o se siente sobre escrita, pero vale la pena aguantarlo por la mecánica de los 3 chiflados que fluye con los protagonistas. El título es apto, porque como muchas de las experiencias que tenemos al ir al cine hoy en día: sin dolor no hay gloria.