En la oscuridad Star Trek
Esta secuela de JJ Abrams y protagonizada por Chris Pine, Zachary Quinto y Benedict Cumberbatch tiene las dosis perfectas de acción, drama, romance y humor.
Han pasado 4 años desde que JJ Abrams presentara Star Trek, el reebot/precuela/secuela de la manera más inteligente y logrando algo que parecía imposible: satisfacer a los fans hardcore, como a todo aquel que no fuera experto.
En la oscuridad Star Trek probablemente no descubre nuevos mundos ni va a donde ningún hombre ha ido jamás, pero JJ Abrams junto con la tripulación del USS Enterprise consigue lo inimaginable: seguir emocionando a los fans que han seguido todas las historias derivadas de la mente de su creador Gene Roddenberry, así como de mantener al filo del asiento al espectador promedio, pero aquel también que es exigente y busca una sólida película de acción y aventura para el verano.
La historia de En la oscuridad Star Trek nos presenta de lleno a la tripulación del USS Enterprise sin cambios en el mando del Capitán Kirk (Chris Pine) y el Comandante Spock (Zachary Quinto). Posteriormente hace su aparición el misterioso villano John Harrison (Benedict Cumberbatch), uno de los más importantes agentes de la Flota Estelar y quien busca llamar la atención de los más altos mandos a toda costa para iniciar su venganza.
Kirk y Spock siguen con la misma personalidad y psicología de la cinta anterior, pero este detalle es un factor esencial de En la oscuridad Star Trek. Mientras conocemos su forma de actuar ante diferentes situaciones, los eventos que van ocurriendo a lo largo de la película los obligan a madurar de una manera natural, y sobre todo de una manera HUMANA (así en mayúsculas), como lo haría un humano en situaciones extremas (sí, también en Spock, su lado humano le gana al vulcano).
El resto del reparto no se siente desperdiciado en ningún momento y prácticamente todos tienen su gran momento de acción. Mención aparte y un gran acierto la participación de Benedict Cumberbatch quien demuestra enormemente su capacidad histriónica para interpretar al villano de esta secuela, que sobresale del antagónico promedio demostrando que un sólo hombre puede hacer la diferencia, aunque en este caso sea para el mal y la destrucción.
El aspecto técnico es impecable, desde el score de Michael Giacchino hasta los efectos visuales donde interactúan viejas construcciones de Londres o San Francisco con lo más avanzado en arquitectura y transporte.
La experiencia en IMAX le otorga otro plus, adentrándonos en el universo Star Trek como no lo habíamos hecho. La versión en 3D es sólida, sin llegar a ser algo espectacular, y aunque no defrauda, sí nos deja con la sensación de haber querido algo más envolvente, y sí, los lens flare están en 3D.
Por su parte las secuencias de acción están perfectamente ejecutadas y justificadas dentro de la historia, especialmente aquellas que involucran un recorrido a grandes velocidades entre basura espacial. El USS Enterprise juega un papel muy importante, sin embargo nos quedamos con las ganas de observar por más tiempo de lo que es capaz.
En la oscuridad Star Trek es una película sumamente disfrutable, con las dosis perfectas de acción, drama, romance, humor, pero más que nada un elemento que es pilar dentro de las historias de ciencia ficción: el factor humano.
Ya lo decía Gene Roddenberry: “Star Trek aborda una de las necesidades humanas básicas: la necesidad de un futuro. La raza humana está mejorando y hay cosas de las que debemos estar orugllosos como humanos”. Y por lo pronto, Roddenberry donde quiera que se encuentre, debe estar tranquilo porque En la oscuridad Star Trek es fiel a todo lo que le importó demostrar sobre la humanidad y su futuro.