Bienvenido a los 40
Del director Judd Apatow, esta comedia protagonizada por Paul Rudd y Leslie Mann es una especie de secuela que queda a deber.
Bienvenido a los 40 es una pseudosecuela de Ligeramente embarazada, donde Judd Apatow se enfoca en la vida de los personajes de Paul Rudd, Leslie Mann y sus dos hijas. La trama es en realidad muy delgada (él le esconde sus problemas económicos a ella) y existe sólo como excusa para mostrarnos “escenas de un matrimonio” à la Apatow.
El problema es que esas viñetas no son tan interesantes o entrañables como para sostener al filme entero. Los personajes se pelean, se defraudan, se contentan y cruzan, varias veces, esa no tan delgada línea entre lo que se comparte y lo que no. (¿O estoy equivocado y es común no cerrar la puerta para ir al baño frente a tu esposa?).
El director ha dicho que la cinta (cuyas protagonistas femeninas forman parte de su familia verdadera) es “emocionalmente autobiográfica” y su intención es echar un vistazo honesto a la vida en pareja. Pero es posible que su estilo de rodar casi sin guión y de dejar a los actores improvisar a su gusto, esta vez se le haya salido un poco de las manos. Hace falta algún tipo de narrativa (visual, emocional o tradicional de 3 actos) que les dé coherencia y las identifique como parte un todo.
Cierto, más de una secuencia es hilarante y se justifica para entrar a verla, pero en términos de su lugar entre la filmografía de Apatow (sobre todo contando Siempre hay tiempo para reír, que es mucho más exitosa y temáticamente similar) nos queda mucho a deber.