Masacre en Texas Herencia maldita

Debería comenzar esta review mencionando que soy una de las pocas personas disfrutaron el remake de Marcus Nispel en el 2003. Y es que aunque estaba muy estilizada para compararse con la original de Tobe Hopper de 1974, Masacre en Texas era un brutal experimento en terror con excelente cinematografía, actuaciones sólidas y personajes entrañables (una rareza en el género).

Masacre en Texas Herencia maldita es la tercera entrega en la saga nueva (y séptima en total), y esta versión descarta todo lo anterior y busca ser una secuela directa al clásico de 1974. Comenzando inmediatamente después del escape de Sally, la gente del pueblo de Newt decide hacer justicia en contra de la maniática familia Sawyer al puro estilo de Texas. A esta masacre sobrevive un bebé recién nacido, quien es adoptado por uno de los vigilantes.

39 años después, este bebé es Heather (Alexandra Daddario), quien inexplicablemente no se ve mayor de 25 años. Ella se entera de la reciente muerte de su abuela, quien le deja en su testamento su mansión en Newt. Acompañada de sus amigos, ella visita la casa, donde es atacada por un monstruoso maniático y su sierra eléctrica.

No es difícil hacer una película de Masacre en Texas decente: con una trama simple, algo de tensión y mucha violencia, la película se hace sola. Es por eso que no queda claro cómo es que el director John Luessenhop y el equipo de 6 escritores dieran como resultado un desastre de esta magnitud.

El guión intenta cambiar la fórmula de Masacre en Texas, y a pesar de que tiene una idea bastante creativa, ésta no logra cuajar sino hasta después de la primera hora. Y durante la parte inicial de la película, sabemos exactamente lo que sucederá (de hecho se incluye hasta al proverbial hitchhiker), por lo que se vuelve innecesaria cuando la historia realmente comienza. De esta manera, cuando el twist ocurre, la cinta mete freno total y no logra arrancar del todo sino hasta su conclusión, una que no sorprenderá a nadie. Otro grave problema en el guión son sus hoyos del tamaño de Texas –que mencionaría aquí pero incluyen spoilers–, así como subtramas que no llegan a ningún lado. Sin embargo, su problema más grande es fallar en niveles fundamentales del género: el horror y la violencia. Porque aunque hay un par de momentos de gore, en general es muy ligera, nunca causa tensión y ni siquiera se molesta en tener sustos de sorpresa.

Pero seamos justos, cuando a la audiencia no le interesa ningún personaje, es difícil crear tensión. Ésta tiene que ser la más hilarante colección de idiotas desde el gabinete de Kim Jong. Aquí ningún personaje tiene una gota de sentido común, y entre sus propias caídas y accidentes no necesitan la ayuda de Leatherface para salir heridos (literalmente 2 personajes mueren accidentalmente).

Las actuaciones de todos –jóvenes y adultos– son terribles, y nadie en ningún momento se siente como un ser humano genuino. Se aprecian los cameos de Gunnar Hansen y Bill Moseley, pero si parpadeas te los pierdes.

Al final, Masacre en Texas Herencia maldita está al nivel de La nueva generación (1994) como la peor película de la saga; tiene una buena idea y buenas intenciones, pero absolutamente nada que ofrecer ni a los que buscan buen cine, ni a los que sólo buscan sangre.

Staff Cine PREMIERE Este texto fue ideado, creado y desarrollado al mismo tiempo por un equipo de expertos trabajando en armonía. Todos juntos. Una letra cada uno.