Lazos Perversos
Un thriller de Park Chan-wook con una historia con mucho que ofrecer, es protagonizada por Mia Wasikowska, Matthew Goode y Nicole Kidman.
El primer, y hasta el momento, único guión de Wentworth Miller (protagonista de Prison Break) podría haber caído en manos de un director primerizo y terminar siendo un thriller genérico, lleno de clichés y escenarios típicos; pero gracias a Park Chan-wook, Lazos perversos es todo lo contrario.
En el funeral de su padre, India Stoker descubre que tiene un tío al que nunca había visto y tanto ella como su madre están intrigadas por su misteriosa presencia. Desde sus minutos iniciales, el primer largometraje en inglés del coreano Park Chan-wook (Oldboy 5 días para vengarse) destaca por su cuidada fotografía con planos generales de la residencia de la familia Stoker, mientras India busca el regalo de su cumpleaños 18.
Otra aspecto que llama la atención y que distingue a Lazos perversos del thriller genérico aparte de la ya mencionada fotografía, es su score a cargo de Clint Mansell mientras aparecen los créditos iniciales. Es aquí donde nos presentan a una Mia Wasikowska alejada completamente de su papel en Alicia en el País de las Maravillas, donde si bien nos entrega al principio una niña de familia, las circunstancias la hacen madurar de una forma obscura.
Conforme avanza la trama, el escenario y los personajes se van desarrollando de una manera natural y la dirección de Chan-wook nunca pretende descubrir el hilo negro ni engañar con falsas promesas: la desconfianza de India tiene una razón de ser. El reparto que incluye a Nicole Kidman y Matthew Goode logra un sólido ensamble con una psicología que va cambiando naturalmente y con motivos creíbles, que no enloquecen de la noche a la mañana.
Es importante señalar la carga sexual en todos los personajes, que si bien no convierte al filme en un thriller erótico, muchos de los motivos de la familia Stoker nacen gracias al deseo, ya sea reprimido o natural, con fetiches que van desde la asfixiofilia hasta la evolución en el calzado femenino.
A pesar que en su tercer acto se presentan varios giros y descubrimientos en la trama que por momentos se opacan los unos a los otros, Lazos perversos es un thriller cuidado, de autor, que no cae en lo comercial del género pero que está lejos de ser presuntuoso.