La vida precoz y breve de Sabina Rivas
De Luis Mandoki, este drama nos confronta con la realidad que se vive en la frontera sur con el tráfico de seres humanos.
Sabina Rivas tiene 16 años y un sueño: llegar al Gabacho para convertirse en cantante. Por eso dejó su natal Honduras y por eso, pese a todo y contra todo, baila cada noche en un table dance de la frontera de Guatemala con México. “En su lugar yo no hubiese seguido” –nos dice Greisy Mena, la actriz venezolana que da vida a este personaje. “Ella pone en riesgo todo y le pasan cosas atroces. A los centroamericanos que quieren llegar al norte no les importa perder la vida con tal de llegar, porque en su país no hay futuro, porque es su única esperanza.”
La novela “La Mara” de Rafael Ramírez Heredia –resultado de un año de investigación– es la base de la que surge la adaptación a la pantalla. “El reto fue que el libro era enorme”, nos comentaría en entrevista el director Luis Mandoki. Sobre todo porque los personajes se tuvieron que compactar y se tuvo que decidir contar la historia de un sólo protagonista. Así se escogió la historia de Sabina, la razón en palabras del director: “representa la lucha humana, porque habla de una vida con un obstáculo tras otro, sin respiro… y de pronto te das cuenta que tampoco sin salida.”
Mandoki siempre fue la elección obvia como director para los productores Abraham Zabludovsky y Perla Ciuk, al considerarlo como el único con la experiencia suficiente para llevar a buen término un proyecto como éste. Y es que la cinta no escatima en valores de producción ni en talento histriónico. Además de Greisy Mena – descubierta en Internet sólo unos cuantos meses antes de iniciar la filmación–, la película cuenta con actuaciones memorables del también venezolano Fernando Moreno, de Joaquín Cosío y de Angelina Peláez.
Como si fuera parte de una línea del tiempo, La vida precoz y breve de Sabina Rivas parece mostrar el futuro de los niños que Mandoki nos presentara en Voces inocentes, aunque en esta oportunidad con mayor contundencia. Y si la historia de Sabina es ya de por sí valiosa, es el contexto, el fiel y crudo retrato del drama que se vive a diario en nuestra frontera sur, el que se lleva las palmas. Aquí nos confronta con la realidad que se vive a diario en la frontera sur: el tráfico de seres humanos que son víctimas del hambre, de la migra, de los Maras, de la impunidad y del protagonista mexicano de siempre: la corrupción.