11 películas cuyos estrenos desataron polémicas
La polémica incluye tramas blasfemas, detonadores de violencia e incluso acusaciones ante las autoridades. Y aun así, muchas se convirtieron en clásicos.
El cine es la expresión artística más popular en todo el mundo y como tal, suele estar en la mira de diversos sectores de la sociedad. Algunas cintas sobresalen por su exploración del contexto en que se desarrollan, la calidad de sus valores de producción o incluso su capacidad de entretenimiento, pero también hay unas películas que lo han hecho por las polémicas en las historias.
Desde los primeros clásicos del cine hasta los más recientes estrenos, estas son algunas de las películas cuyos estrenos se van visto rodeados por la controversia y el escándalo.
Nota: Esta lista se encuentra en orden cronológico
El nacimiento de una nación (Dir. D.W. Griffith, 1915)
La historia del cine ha batallado por encontrar un lugar para El nacimiento de una nación: fue la primera película cuyo argumento generó un debate a gran escala entre las audiencias, pero también la primera en ser duramente cuestionada por su controvertida trama que mostraba a los afroamericanos como torpes, agresivos e incluso como amenazas sexuales para las mujeres caucásicas. Muchas organizaciones igualitarias intentaron censurarla al considerarla peligrosa para un país cuyos graves problemas de racismo habían detonado una guerra civil hace menos de 50 años, pero los esfuerzos no prosperaron.
El debate se mantiene hasta nuestros días: nadie cuestiona sus aportaciones para la entonces naciente industria norteamericana, pero muchos ven al filme con recelo al recordar que su estreno motivó el renacimiento del Ku Klux Klan en 1915 y cuyo primer movimiento había sido suprimido en 1872. Irónicamente, realizadores como Ava DuVernay y Spike Lee han aprovechado la que suele ser considerada una de las cintas más racistas de la historia como arma contra la intolerancia. La primera con críticas directas en su documental 13th (2016) que aborda la inequidad racial en la unión americana; el segundo con secuencias en El infiltrado del KkKlan (2018) para mostrar la adoración del filme en la entidad supremacista.
La edad de oro (Dir. Luis Buñuel, 1930)
Uno de los cineastas más provocadores de todos los tiempos, Luis Buñuel siempre aprovechó su talento para realizar duras críticas a la hipocresía y falsa moral de la sociedad, apuntando en numerosas ocasiones a la iglesia católica. Una de las cintas más representativas de esta tendencia es La edad de oro, realizada en su etapa surrealista y sobre una pareja incapaz de consumar sus pasiones por las presiones que le rodean, lo que resulta en toda clase de alusiones sexuales, incluyendo la felación de una estatua y la conversión de Cristo en un personaje del Marqués de Sade.
La película casi le vale la excomunión a Buñuel, así como al productor Charles de Noailles, quienes fueron perdonados porque este último era noble y su madre viajó de urgencia al Vaticano para solicitar su redención. Esto no evitó que la cinta fuera condenada por diferentes grupos conservadores en toda Europa, destacando los ataques en las proyecciones francesas perpetrados por la Liga de los Patriotas. De hecho, el filme estuvo muy cerca de ser destruido y sólo se salvó porque el propio Noailles ocultó y resguardó el negativo original en su propia casa.
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La naranja mecánica (Dir. Stanley Kubrick, 1971)
A pesar de su éxito mundial, se dice que La naranja mecánica resultó en un mayor número de pandillas en Inglaterra y Estados Unidos, lo que invariablemente aumentó los niveles de violencia de ambos países. El caso del país europeo fue más perturbador, pues la película pareció inspirar dos crímenes que imitaron la brutalidad vista en pantalla: la violación de una mujer en Lancashire por hombres que cantaban “Singin’ in the Rain” y la golpiza que un joven vestido de blanco, bombín y botas de combate propinó a un niño.
Los rumores aseguran que esto provocó la censura del filme en Reino Unido, cuando realmente fue Stanley Kubrick quien solicitó su retirada tras recibir numerosas amenazas de muerte durante el rodaje de Barry Lyndon en Irlanda. Los allegados al cineasta aseguran que nunca se perdonó la polémica, pero sobre todo las consecuencias de su exploración de la ultraviolencia. La cinta volvió a estar disponible en el territorio hasta el 2000, un año después de la muerte del realizador. A la fecha, es la única cinta clasificación X con una nominación al Óscar a Mejor película junto con Perdidos en la noche (1969).
Cruising (Dir. William Friedkin, 1980)
El exorcista parecería en el papel la película más controversial de William Friedkin, pero ese título le pertenece realmente a Cruising, sobre un detective encubierto interpretado por Al Pacino, que busca a un asesino serial de homosexuales. El filme obtuvo duras críticas por la comunidad LGBT al considerar que su representación de la subcultura del cuero era estereotípica e incluso ofensiva, y porque lejos de fomentar la aceptación, parecía aumentar el rechazo de la sociedad. Más preocupante aún fue que sólo tres años antes se registraron asesinatos sumamente violentos de homosexuales en Nueva York.
Los peores miedos de este sector de la población se cumplieron ante las numerosas muestras de violencia en algunas salas donde se proyectaba la película, amenazas y ataques realizados por sujetos que consideraban el filme motivante y un tiroteo en un bar gay que aparecía en la cinta.
Holocausto caníbal (Dir. Ruggero Deodato, 1980)
La sangrienta naturaleza de Holocausto caníbal ha convencido a varias generaciones de que el proyecto es completamente verídico. El falso documental que explora la trágica historia de un equipo que viaja al Amazonas para documentar la vida de una tribu caníbal puso al director Ruggero Deodato en la mira de las autoridades italianas por, presuntamente, ejecutar a actores reales en pantalla al estilo snuff. Deodato tuvo que probar que sus estrellas estaban vivas y completamente ilesas. Lo anterior, a pesar de les había hecho firmar un contrato donde tenían prohibido aparecer en cualquier otra producción audiovisual durante un año, precisamente, para alimentar la creencia de que eran grabaciones reales.
Lamentablemente, no se pueden decir lo mismo respecto a los animales ejecutados en pantalla. Ese simple hecho hizo que el director, los productores, el guionista y los representantes de United Artists Europa recibieran una sentencia de libertad condicional de cuatro meses; a la par, el cineasta tuvo que luchar en tribunales por tres años para conseguir que su película no terminase enlatada tras ser confiscada a 10 días de su estreno. A nivel internacional se le prohibió en más de 50 países.
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La última tentación de Cristo (Dir. Martin Scorsese, 1988)
La última tentación de Cristo se convirtió en una de las novelas más controvertidas de todos los tiempos por especular sobre los deseos de Jesús por tener una vida normal con Magdalena. La idea provocó la excomunión de Nikos Kazantzakis, lo que le impidió recibir sepultara conforme a la religión ortodoxa tras su fallecimiento en 1957.
Esto no intimidó a Martin Scorsese, cuya adaptación de 1988 recibió críticas severas por distintos líderes religiosos: el arzobispo Iakovos de la iglesia ortodoxa de Nueva York la llamó “la fantasía de una mente humana enferma”; el reverendo Thomas A. Wolf de la iglesia bautista del sur de California la consideró “moralmente grotesca”; la Madre Angélica de la Red de la Palabra Eterna la describió como “una cinta del holocausto con el poder para destruir las almas eternamente”; finalmente el evangelista Bill Bright intentó comprar el negativo original para destruirlo.
Esto resultó en protestas de centenares de personas, la cancelación de su exhibición en numerosas salas y su prohibición en varios países incluido México, donde estrenó hasta 2004. Las inconformidades alcanzaron su punto más alto en París, donde una proyección recibió un ataque con un objeto incendiario que provocó una docena de lesionados. A la fecha se le ve con recelo en todo el mundo.
Asesinos por naturaleza (Dir. Oliver Stone, 1994)
A lo largo de su obra Oliver Stone nos entrega toda clase de críticas políticas y sociales, siendo Asesinos por naturaleza uno de los ejemplos más polémicos al explorar el caso de una pareja asesina a la que glorifican por los medios. Además de la censura que enfrentó en numerosos países del mundo, se le consideró fuente de inspiración para numerosos crímenes, incluyendo varios padres asesinados por sus hijos y numerosos tiroteos realizados por parejas sentimentales que no dudaron en externar su admiración por el filme y sus deseos por ser famosos tal y como sucede en la historia.
Mención aparte para Eric Harris y Dylan Klebold, responsables de la masacre de Columbine que usaban las iniciales NBK (Natural Born Killers, título original de la cinta) como código personal, cuyos diarios incluyen entradas en las que se preguntan si “volverse NBK […] es el modo de liberarse” y quienes filmaron videos en los que discuten qué directores podrían adaptar su historia, siendo Quentin Tarantino, guionista de Asesinos por naturaleza, uno de los mencionados.
El crimen del padre Amaro (Dir. Carlos Carrera, 2002)
Una de las películas más controvertidas en toda la historia del cine mexicano, que se inspiró en la novela portuguesa homónima del siglo XIX para tratar distintas crisis al interior de la iglesia católica. Aquí se narra el amorío de un joven sacerdote con una chica del pueblo al que se le asignó, lo que resulta en su embarazo e intento de aborto para ocultar el secreto.
La respuesta de la iglesia comenzó varios meses antes del estreno, con invitaciones a sus seguidores para boicotear el filme y presiones al gobierno para la censura definitiva. Sus esfuerzos sólo prosperaron parcialmente, pues el estreno se retrasó para que no coincidiera con la visita del Papa Juan Pablo II, mientras que algunas salas recibieron seguridad extra por la presencia de manifestantes al exterior de los complejos cinematográficos. Irónicamente, esta misma controversia resultó en una gran publicidad que la convirtió la cinta más taquillera de su época y la impulsó hasta la nominación al Óscar en la categoría de Mejor película extranjera.
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Una película serbia (Dir. Srdjan Spasojevic, 2010)
Pocas óperas primas tan controvertidas como la realizada por Srdjan Spasojevic, sobre un veterano del porno que salta al cine de arte para limpiar su carrera, ignorante de que todo es un engaño para hacer películas snuff con temas pedófilos y necrófilos. El cineasta explicó que su trama era una crítica a los tiempos políticamente correctos que enfrenta la sociedad contemporánea, pero sus argumentos no impidieron que el filme fuera censurado en cerca de 50 países por sus altos niveles de violencia, pero sobre todo por sus representaciones sexuales de los niños.
A la cinta se le recuerda especialmente en España, pues su proyección en Sitges resultó en una acusación de pornografía infantil contra el director del festival, lo que provocó su cancelación en otros certámenes ibéricos. Los cargos fueron desechados un par de años después, cuando las autoridades catalanas concluyeron que “no es una película pornográfica, por cuanto las imágenes, antes de poseer una finalidad de provocación sexual, tienden a todo lo contrario […], se trata más de una película de género gore”.
Una loca entrevista (Dir. Evan Goldberg & Seth Rogen, 2014)
¿Quién habría imaginado que una película de Seth Rogen podía ocasionar una guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte? Una loca entrevista desató una de las mayores controversias cinematográficas del nuevo milenio, así como una de las más inusuales. El gobierno del país asiático acusó a Hollywood de mofarse de su líder Kim Jong-un, pero sobre todo de atentar contra su integridad. La ficción presenta un plan para asesinarlo, lo que según el Ministerio de Relaciones Exteriores era “el más flagrante acto de terrorismo y de guerra y absolutamente no será tolerado”.
El gobierno norcoreano manifestó su molestia ante las Naciones Unidas, al igual que el presidente Barack Obama. Pero las tensiones crecieron cuando la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA) prometió una reacción del gobierno si el estreno no se cancelaba. Sony retrasó el estreno un par de meses para trabajar en un corte más políticamente correcto, pero esto no fue suficiente para los Guardianes de la Paz, grupo de hackers presuntamente ajenos al gobierno norcoreano que filtraron toda clase de contenidos del estudio, exigieron la cancelación de “la película de terrorismo” y amenazaron con atacar la premiere programada para diciembre, así como las salas que exhibieran el filme. Las principales cadenas se negaron a proyectar la película por temor a represalias y la película tuvo que abrir en streaming.
Guasón (Dir. Todd Phillips, 2019)
Joker no sólo es el villano más importante del cómic norteamericano, sino también uno de los más brutales al combinar la maldad y locura del ser humano en sus estados más puros. Aunque las encarnaciones de Jack Nicholson, Heath Ledger y Jared Leto ya exploraron algunos de estos elementos, la cinta individual protagonizada por Joaquin Phoenix llevó la tendencia al extremo al convertir al personaje en un auténtico símbolo de la decadencia contemporánea, lo que ha provocado que algunas personas vean la adaptación como una glorificación de la violencia.
Los antecedentes tampoco están a favor del payaso, pues incluyen la matanza ocurrida en Aurora durante una proyección de El caballero de la noche asciende (2012), así como numerosos tiroteos ocurridos en distintos puntos de Estados Unidos sólo unos meses antes del estreno. Esto generó un aire de paranoia en toda la unión americana con prohibiciones de distintas cadenas para acudir disfrazados a las salas e incluso la intervención del FBI que realiza un monitoreo constante de posibles amenazas.
La rabia que el personaje muestra hacia la sociedad y la élite le convirtieron una imagen recurrente durante las manifestaciones globales durante 2019, en países como Bolivia, Chile, Hong Kong, Argelia, Líbano o Irak, entre otros. Sin embargo, las cosas escalaron a otro nivel cuando Kyota Hattori, un joven de 24 años vestido de Joker, dejó heridas a 17 personas a quienes atacó indiscriminadamente en un vagón de la línea Keiō durante las festividades de Halloween en el área metropolitana de Tokio.