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Cine

Loca por el trabajo – Crítica

15-11-2018, 4:06:15 PM Por:
Loca por el trabajo – Crítica

Luis Eduardo Reyes presenta su tercer comedia romántica del año, con los mismos resultados. Un guion poco desarrollado, pero con el apoyo de una buena química entre sus dos protagonistas: Bárbara de Regil y Marianna Burelli.

Cine PREMIERE: 1.5
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La premisa que aparece en el póster de Loca por el trabajo («Es un placer hacer negocios») captura completamente la esencia de la cinta: estamos ante una comedia en la que el doble sentido estará a la orden del día. A pesar de que sus materiales promocionales nos podrían remitir a un estilo de comedia burdo y tosco –tanto el póster como el trailer hacen muchas referencia a juguetes sexuales y en sí la experiencia sexual–, la realidad es que lo que salva a la cinta es precisamente su tratamiento de la sexualidad femenina.

Alicia (Bárbara de Regil) es una exitosa ejecutiva obsesionada con su trabajo, tan obsesionada que su marido y su hijo siempre terminan en segundo lugar. Un mal día, Alicia confunde un paquete de su trabajo con el paquete de su vecina, el cual contiene una serie de juguetes sexuales. Debido a esto, pierde su trabajo y, para colmo, su marido Leonardo (Alberto Guerra) la deja. Esto llevará a Alicia a hacerse amiga de su vecina Marcela (Marianna Burelli), quien resulta ser propietaria de una sex shop. Así, Alicia explorará un nuevo mundo de negocios, placer y amor.

Bárbara de Regil y Marianna Burelli logran transmitir esta relación amor-odio, que junta a dos personalidades completamente diferentes, y al final las vuelve inseparables. Burelli, a quien recientemente vimos en la comedia Todo mal, consigue darle vida a una chica intrépida que no tiene miedo a explorar (o hablar de) su sexualidad. El papel nunca se siente forzado ni inverosímil, sino todo lo contrario. De la misma manera, Bárbara de Regil, a pesar de ser conocida por interpretar a la violenta Rosario Tijeras, nos muestra una cara mucho más recatada y ejecutiva que no se le conocía. La química entre ambas es innegable, y si bien ayuda al guion predecible, no es suficiente para resolver sus demás problemas narrativos.

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Las situaciones que presenta el guion se sienten muy forzadas y son demasiado convenientes. La historia no permite que los personajes exploren los diferentes y complicados caminos de los problemas que plantea: la relación de pareja, el proceso de una separación, entre otros. Incluso el hecho de que Alicia es abandonada (y a pesar de cuánto ella lo menciona y los esfuerzos del guion por recordárnoslo) es pronto dejado de lado y el guion se concentra en sus experiencias sexuales y su negocio en la sex shop.

Si hay algo que vale la pena destacar de la cinta, es que aborda (aunque se queda corta en la exploración) temas como las consecuencias de una presión innecesaria en el trabajo, la vida en familia y lo más importante: el tema tabú de la sexualidad femenina. Esto se agradece, principalmente porque la película nunca cae en lo vulgar, ni en lo meramente sexual. Loca por el trabajo se toma la oportunidad de explorar la sexualidad de la mujer en todas su etapas y sin miedo a ir más allá: desde alguien que tiene su primer orgasmo, hasta hablar con franqueza de la masturbación. Si bien algunas alegorías están exageradas, demuestran que es un tema que se puede abordar de una forma clara, sencilla y sin tapujos. Si el guion hubiera abordado más estos temas en lugar de irse por la tangente sencilla, la cinta le pudo haber dado a su audiencia algo diferente a lo que estamos acostumbrados de las comedias románticas.

Por su parte, el uso de la música es muy poco orgánico. El director utiliza canciones que, si bien son atractivas, no se sienten como parte de la historia que vemos en pantalla. Incluso podría decirse que se abusa de las mismas. En lugar de que se logre un cierto tipo de ambiente o funcione como una remembranza, los temas musicales se sienten cansados y repetitivos.

Lamentablemente, Loca por el trabajo tiene el mismo problema de casi todas las comedias románticas mexicanas actuales: un guion poco trabajado que responde más a intereses comerciales, que a la necesidad de contar una historia entrañable. La película tiene momentos divertidos, pero los errores en su narrativa son tan notables, que al final se le presta más atención a ellos que al entretenimiento que presenta.

autor No habla de otra cosa que no sea cine, series o anime. Miope con lentes hipsters. Fangirl en su máxima expresión. Sueña con vivir en el castillo de Disney y completar su colección de Tsum-Tsums.
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